El uno de enero de los años acabados en cero y en cinco supone en La Palma el inicio de un Año Lustral de Bajada de la Virgen de las Nieves. Por ello, ayer fue izada la Insignia de María en el "morro" que lleva su nombre, ubicado en las inmediaciones del Santuario Insular.

Previamente, a mediodía en el templo, el obispo Bernardo Álvarez había presidido una eucaristía. En la misma se encontraban el presidente del Cabildo, Mariano Hernández, y el alcalde Santa Cruz de La Palma, Juanjo Cabrera, además de otras autoridades locales e insulares, junto a los custodios de la Virgen, que fueron los encargados de trasladar la bandera, y numerosos fieles.

Álvarez reflexionó sobre María, la paz y el cuidado de la creación. "Todos estamos llamados a engendrar a Cristo en el corazón y darlo a luz al mundo a imagen de María", señaló.

Acompañados por el grupo de castañuelas de Breña Alta, y tras recordar el rector del Santuario el origen de la evangelización de la Isla Bonita y orar todos los presentes con el conocido cántico de las criaturas de San Francisco de Asís, la bandera fue izada mientras sonaban las campanas del Real Santuario y las salvas de honor desde los cañones situados en el lugar.

La Palma inició, por tanto, un Año Lustral que la conducirá a la 69 edición de la Bajada de la Virgen de las Nieves, que se desarrollará bajo el lema: María, ternura de Dios. Sin embargo, los principales actos no se desarrollarán hasta el próximo verano, especialmente durante el mes de junio y también en agosto, con la presencia de decenas de miles de visitantes.