El Roque Teneguía es una joya aborigen. Seguramente, nunca desde las instituciones se le ha dado el valor real que tiene. Está situado a unos 500 metros sobre el nivel del mar, en la falda suroeste del volcán de San Antonio en Fuencaliente, y cuenta con unos 80 ó 85 grabados rupestres en una superficie de apenas 2.000 metros cuadrados. Su cara oriental está cubierta prácticamente en su totalidad del recuerdo de los benahoaritas.

No está protegido. Ni señalizado. En realidad, está abierto al expolio. Al saqueo. La consejera insular del área, Jovita Monterrey, encabezó ayer una visita al lugar. Y no tardó en reconocer que "debemos hacer algo y lo haremos para proteger esta estación de grabados rupestres". Tiene claro que "no podemos impedir que los visitantes acudan" al Roque Teneguía, pero "tenemos que informar de lo que están viendo, de su valor, porque ahora mismo no hay ni tan siquiera panales explicativos. Hay que actuar".

Destacan el grupo de las espirales, semicírculos concéntricos y meandriformes ejecutados con la técnica del picado de diferente anchura y profundidad. Algunos de los grabados están mutilados. También se han llevado piedras. Monterrey cree que "lo que se ha vivido en esta zona debe servirnos para aprender y evitar que en un futuro siga ocurriendo". Defiende que lo básico es "poner un vallado y panales explicativos para que la gente que lo visita lo valore. Sabemos que siempre habrá personas que no lo respete, pero cuando algo se divulga es más sencillo de proteger".

Y no le falta razón a la consejera. Ahora los turistas, un notable número de ellos, afectan por desconocimiento los panales con los palos que utilizan para caminar. Comen encima de las piedras. Y casi siempre es por desconocimiento. "Tenemos que ayudarlos a que sepan lo que es el Roque Teneguía, con información en diferentes idiomas", reitera la consejera, que añade la necesidad de habilitar una pasarela para poder visitar los petroglifos que se encuentran en la parte más alta del roque.

Y la realidad es que pudo ser peor. Jovita Monterrey recuerda que "hace ya muchos años", en concreto a principio de la década de los 70 del siglo pasado, se pretendió demoler este roque para que pudiera pasar el canal de agua Barlovento-Fuencaliente. "La gente del lugar logró evitarlo", apunta la consejera. Luis Diego Cuscoy estuvo al frente de los que lograron salvar esta estructura de formación geológica muy antigua de fonolita haüynica, de color amarillento pálido.

Pero no solo está el Roque Teneguía con sus grabados. También se encuentra en la zona un yacimiento funerario de cremación, varias cuevas, un escondrijo, una zona de sacrificios rituales y una fuente estacional. Jovita Monterrey hace además hincapié en la presencia en este lugar de la Centaurea Junoniana (cabezuela), un endemismo palmero en peligro de extinción, "lo que ofrece además un valor botánico a este espacio".