La planta de compostaje de Malpaís de Triana, en Los Llanos de Aridane, cuenta con todos los informes técnicos favorables, desde las licencias de apertura y operatividad hasta los resultados de las comprobaciones realizadas al complejo, y no utiliza ningún producto tóxico en su actividad, según ha informado el responsable de la instalación, Jorge Luis Camacho.

Esta redacción ha podido comprobar que la planta tiene licencia del ayuntamiento aridanense, el permiso de la Consejería de Agricultura del Gobierno de Canarias e informes favorables del área de Sanidad, así como del Seprona. Desde el punto de vista legal, todo está en regla. Además, según el planeamiento municipal, se ubica en suelo rústico de explotación agrícola.

Camacho lleva haciendo compost desde hace dos décadas, aunque la planta actual está en marcha "desde el año 2013 o 2014". Allí ha invertido una cantidad de dinero considerable, unos 150.000 euros. Hay vecinos que han protestado por el mal olor que supuestamente desprende la industria. La vivienda del propietario está unos 20 metros de la instalación. "Aquí solo huele a campo", subraya. La clave en toda industria para determinar el posible daño a las personas, animales y al medio ambiente es el conjunto de elementos que se utiliza en los procesos de producción. "Aquí no hay química ninguna", apunta el dueño de la planta. En realidad, usa plátanos, pinillo y monte picado, acabando por la oxigenación del material. El resultado, "un subproducto que es totalmente inocuo", sentencia.

Camacho reconoce que la polémica que se ha suscitado en torno a su labor le ha afectado en todos los aspectos, pero aclara que "no tengo ninguna denuncia por escrito". Añade que los técnicos que realizaron el último informe de Sanidad y que certifican los malos olores, defendiendo que es una actividad clasificada, "ni tan siquiera visitaron la planta".