El sacerdote de Barlovento, Rubén Gallego, comunicó a los presentes en la misa del pasado domingo que definitivamente no será trasladado de la Isla, por lo que se daba respuesta de forma satisfactoria tanto al deseo del cura como, sobre todo, a la opinión expresada en numerosas ocasiones por al menos la mayoría de los cristianos del pueblo.

Sin embargo, desde el Obispado, con el que esta redacción se puso ayer en contacto, la respuesta fue tan escueta como desconcertante: "No se hacen valoraciones al respecto".

La intención de la Iglesia era mantener a Rubén hasta este mes de septiembre en Barlovento para que pudiera estar presente en las fiestas patronales en honor a Nuestra Señora del Rosario, y luego trasladarlo. Una decisión que se altera para beneficio colectivo.