Es un Partido Popular muy diferente. Más ambicioso. Más consciente de sus posibilidades. Más ansioso. Algo más loco. Que reta, que asume mayores riesgos. Un grupo de personas en su mayoría jóvenes que han decidido echar a Génova el pulso más arriesgado que se recuerda en la etapa democrática de esta formación política en La Palma.

Se mueven entre la valentía y la osadía. Al filo del descalabro. ¿Pero quiénes son? Crecieron a la sombra de Asier Antona, él les dio la oportunidad de entrar en política, pero el presidente regional de los populares ya no es capaz de controlar sus pasos. Las llamadas de teléfono no cuajan. Al menos, no ahora. Lo ven como un líder, como la referencia indiscutible y más conveniente en el Archipiélago, pero están convencidos de que el PP para ser un partido ganador, de liderar gobiernos, no puede ni debe conformarse con cualquier acuerdo. Van abiertamente a por todas. Y sí, es cierto, la posibilidad de acabar fulminados por desobediencia a sus jefes es palpable.

Casi todas las miradas están puestas en Mariano Hernández, al ser el candidato al Cabildo y optar a la Presidencia a través de una moción de censura con el PSOE para desbancar a Coalición Canaria. Casado y su cúpula no ha autorizado la operación. Al contrario, la rechazan. Pero la realidad es que la nueva camada de populares no tiene a Zapata de líder. Ni tampoco parece pretenderlo. Si hubiera que dibujar un organigrama en pirámide del nuevo Partido Popular, en la cúspide estaría Noelia García. Por mensaje, por presencia, por respeto colectivo, la alcaldesa de Los Llanos de Aridane es su número uno.

Con Noelia, la más veterana del grupo, no solo nació Mariano Hernández. Bajo su cobijo también apareció la figura de Lorena Hernández Labrador, que afronta su segunda legislatura como diputada regional y ocupa la Secretaría General del PP en La Palma. Ambos están en la treintena. Nacieron en el 82, en el Mundial de España. Sí, respetan a Antona, pero sobre la censura contra Nieves Lady Barreto no están de acuerdo. Lo ven de diferente manera. Labrador tiene fuerza, empuje de rebeldía y aunque es una persona de partido está por el desacato. "Asumiremos lo que se decida", ha dicho. Son, esa es la idea, menos disciplinados que la generación anterior y han estado dispuestos a aguantar hasta el final exigiendo la Presidencia cuando el resto decía que era un reto imposible. El PP no asume ese cargo desde hace tres décadas. Se parecen bastante poco, como ejemplo, a los Gabriel Mato o Ernesto Aguiar, que, por cierto, aún no han sido capaces de pronunciarse sobre el debate político más crucial que ha existido en el PP de La Palma. Con ellos, acostumbrados a las órdenes de arriba abajo, el pacto Partido Popular-Coalición Canaria estaría firmado el mismo día de las elecciones. O antes.

Elena Álvarez Simón, la presidenta insular, la persona que siempre fue la 2 de Asier Antona en La Palma, está a favor de la decisión de los más jóvenes. Tampoco acepta la directriz de Génova y apoya el golpe sobre la mesa de la nueva hornada. Ha sido, sin duda, la sorpresa en este devenir político. Siempre ha estado en contra de armar líos, aportando coherencia y serenidad en los debates, pero en la moción de censura ha sido tajante y está con los que serán expedientados y probablemente expulsados.

El presidente regional tampoco ha sido capaz de convencerla para que medie en sentido contrario. La sublevación está en el extremo de los extremos. Sin marcha atrás. ¿Es solo Noelia, Mariano y Lorena con el apoyo de Elena? No. En la imprudencia o atrevimiento, depende el objetivo con el que se mire, también tiene un peso significativo el alcalde de Breña Baja, Borja Pérez Sicilia. Nació en 1985, fue en su momento el regidor municipal más joven de Canarias y durante estos días ha sido capaz de llamar a Génova para pedir que en La Palma cambie de directriz. Así, de frente. Es más, ha cuestionado incluso el pacto entre Partido Popular y Coalición Canaria en Santa Cruz de La Palma. Un dato clarificador: gobernó con el PSOE en su primer mandato de alcalde. Luego llegarían dos mayorías absolutas. La última, el 26 de mayo.

Con ellos, en ese liderazgo que se maneja al borde del despeñadero, está Jacob Qadrí, alcalde de Barlovento. Nacido en 1978, también está convencido de que el nuevo Partido Popular debe presidir gobiernos. Lo de ser segundo ya no es un objetivo. Pidió por momentos cautela, evitar llegar a la fricción con Génova, respetar, al fin y al cabo, la jerarquía. Eso hasta que tuvo que posicionarse... y no lo dudó. "Mariano es el único que puede sacar a la Isla de la situación en la que se encuentra", sentenció.

Se entienda como un grupo de insubordinados o como personas con mayor seguridad en una idea, con independencia de esa apreciación, el Partido Popular ya no será el mismo en La Palma. Nunca más. Incluso de concretarse las expulsiones, los que vienen detrás tocando a la puerta (Omar Fumero, Nieves Hernández, Raquel Díaz, Manuel Perera...) tienen el mismo perfil que los señalados por Génova. Cambio de ciclo