Los vecinos y comerciantes de Santa Cruz de La Palma se estremecen cada vez que les hablan de obras. Después de vivir (mejor, sufrir) los retrasos con la construcción de la playa, todo movimiento de tierra de cierta entidad en el casco urbano pone en alerta a toda una sociedad. Y es lo que ahora está ocurriendo.

El objetivo de los trabajos es loable. Clave, incluso. Por un lado, peatonalizar las calles cercanas a la Alameda para que visitarlas sea más atractivo y cómodo. La realidad: lo que marca el proyecto son los retrasos. Y no es, para ser justo, un problema político. La subcontrata de la adjudicataria, porque esto parece que ya funciona así, está tardando tanto que tiene a los residentes del lugar en pie de guerra.

El nuevo alcalde, Juanjo Cabrera, pasó ayer por la obra, acompañado por el arquitecto municipal, técnico que anunció que "en un par de semanas" se realizará la tercera recepción parcial de la zona, que en este caso va desde la calle Doctor Pérez Camacho hasta la Pedro J. de las Casas. Lo de un par de semanas sería recomendable no tomarlo de forma textual. Que pueden ser dos como igual se van a cuatro.

Cabrera, que está aterrizando en el cargo tras cuatro años en la oposición, admitió que en la obra se han presentado "problemas sobrevenidos" o, dicho de otra manera, semanas con las mismas calles sin tocar a la espera de, por ejemplo, cambiar un cable eléctrico que no se sabía que estaba allí. El regidor local informó de que "no está decidida" la restricción del tráfico en la zona una vez finalice la obra.

Por ahora, de las Cuatro Esquinas para arriba, las calles están levantadas hasta la plaza. Algunas, es verdad, con las obras más avanzadas que otras.

Ahora llega la obra en la Avenida Marítima. La idea del área insular de Comercio es que el frente de la ciudad tenga un aspecto diferente. Más agradable. Sacó a licitación los trabajos, fueron adjudicados... y ya aparecieron las dudas. Tras avanzar en la trasera del Cabildo y cuando se iba a empezar por la vía principal, la Asociación de Empresarios del Casco Histórico, que representan a una parte de los comerciantes, otros están a punto de crear otra asociación, denuncia que la obra "ha comenzado con retraso" y ya se acumulan "improvisaciones".

Este colectivo, que parece haberse activado tras el cambio de Alcaldía, afirma que "los primeros pasos no auguran buenos resultados", por lo que piden una reunión urgente. Los planes de la contrata han cambiado. La primera idea era hacer el proyecto sin cerrar la avenida. Ahora, sin embargo, para acabar los trabajos antes de la campaña de Navidad dice que hay que impedir el tráfico en la principal vía de la capital. ¡Para temblarse! El consejero insular de Comercio, Jordi Pérez, apuesta, en lo que parece tener una lógica aplastante, que antes de cerrar la carretera, habría que crear 150 aparcamientos.

En definitiva, frenazo a la obra. Eso sí, Transporte Insular ha dejado fuera de servicio la parada norte de la Avenida de los Indianos y la que se ubica junto al antiguo parador, afectadas por esta actuación. También ha tenido que trasladar las líneas 2, 11, 12 y 33, mientras la 500 realizará su itinerario entre el aeropuerto, Los Cancajos y Avenida Los Indianos, cancelando el recorrido por la Avenida El Puente y Barco de la Virgen.

Se entiende que al final las obras cambiarán la ciudad y merecerá la pena, pero mientras tanto...