Jorge Pais, doctor en Arqueología e inspector de Patrimonio del Cabildo de La Palma, ha mostrado su temor por la desaparición de los petroglifos existentes en un pajero abandonado en Garafía, después de que la construcción haya podido ser adquirida por extranjeros que desean restaurar las edificaciones ubicadas en la finca.

Pais aprovecha su Facebook para explicar que en una de las paredes del pajero se localiza un petroglifo "que está partido", aunque entiende que es probable que existan "otros pedazos grabados" que no se puedan ver a simple vista "al haber sido colocada la cara con inscripciones hacia en interior del muro". Hace hincapié en que la existencia de este grabado "nos fue revelada por el artesano y ceramista Pedro Miguel 'Pemi' hace unos cinco años y rápidamente lo localizamos, puesto que es muy visible al destacar en medio de la pared" del pajero.

Este experto entiende que el motivo del petroglifo "podría ser una espiral o unos círculos-semicírculos concéntricos, ejecutados con la técnica del picado de anchura y profundidad medias". Y, salvo por el hecho de que está mutilado, "presenta un aceptable estado de conservación". No es baladí que esté enclavado "en una zona de extraordinaria riqueza arqueológica con cuevas de habitación y funerarias, otras estaciones de grabados rupestres y conjuntos de cazoletas".

Jorge Pais muestra su preocupación después de que unos vecinos manifestaran que esta parcela, incluyendo huertas y pajeros, fuera adquirida por extranjeros que presenten rehabilitar las construcciones, "con lo cual corremos el riesgo" de la desaparición del o los petroglifos.

El inspector de Patrimonio subraya que "hace un par de años estuvimos valorando la posibilidad de trasladar (el grabado) a un lugar más seguro, aunque, finalmente, decidimos dejarlo in situ porque no corría peligro su integridad".

Sin embargo, ahora la situación ha variado "por lo que debemos actuar rápidamente para evitar su deterioro o desaparición, tal y como sucedió, por ejemplo, hace unos años con un grabado de la misma zona que formaba parte de los muros de un goro de cochino y que, al desmantelarse con una pala mecánica para fabricar un cuarto de aperos, desde entonces no lo hemos vuelto a ver, bien porque la cara grabada quedó hacia el interior de la pared o porque fue partido en pedazos más pequeños".

En este caso, el experto expone que lo más urgente "es proceder a la recuperación (del grabado) y a su traslado al Museo Arqueológico Benahoarita, donde podrá ser conservado en óptimas condiciones y proceder a su limpieza".