La pista de la Fajana, en el municipio de San Andrés y Sauces, se hizo en los años 70 del siglo pasado. Los propietarios de un centenar de fincas decidieron costear las obras con sus aportaciones, cada uno en función de la extensión de su parcela, al objeto de disponer de un acceso rodado a las explotaciones. No fue sencillo fraguar aquella idea, pero después de enfrentamientos, discrepancias y sacrificios, salió adelante.

Atrás había quedado un rudimentario 'teleférico' capaz de transportar una docena de piñas de plátanos. Fue, durante un tiempo, la salvación de algunos cosecheros. Sin embargo, la pista de más de un kilómetro de recorrido, quizás kilómetro y medio, abrió el abanico de posibilidades, posibilitando el acceso de pequeñas camionetas para sacar la fruta.

El camino, sin embargo, no dejaba de ser rudimentario y el paso de los años y su utilización recomendaban una mejora sustancial. Y así se hizo. Dos décadas más tarde, ya en los 90, una subvención de la Consejería de Agricultura del Gobierno de Canarias permitió mejorar el firme. La pista pudo seguir cumpliendo con el objetivo originario de su construcción, dando facilidades a los agricultores.

Sin embargo, la situación ha ido cambiando de forma radical con la obra pública que a lo largo de este siglo se ha realizado en la zona. Y para peor. Sí, las actuaciones financiadas por la administración han perjudicado a este camino. O, para ser más exactos, los trabajos paralelos que se han llevado a cabo para esos proyectos han acabado por dañar de forma notable la pista de la Fajana.

Primero fue la construcción del puente de Los Tilos. Su ejecución afectó a diferentes fincas, sobre las que se depositaron diversos materiales. Para dejarlas en el estado inicial, limpias, se utilizó maquinaría pesada que dejó huellas en la pista que construyeron los agricultores. Lo mismo ha ocurrido recientemente, cuando camiones de hasta 20 toneladas y retroexcavadoras aprovecharon el camino para sacar material (piedras y grava) del entorno del cauce del barranco del Agua, con destino a la obra de la carretera del Norte, en el tramo San Andrés y Sauces-Cruz Castillo. Huellas que nadie quiere eliminar.

Los propietarios de las fincas reclaman simplemente que se reparen los daños en la pista. No la quieren mejor que como estaban, sino igual. Lo justo. Que aquellos que la usaron con vehículos pesados vengan ahora y la dejen en las mismas condiciones que la encontraron. Piden tan solo que el acceso a sus fincas siga siendo utilizable para lo que fue concebida.