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Las Chumberas contará con una nueva plaza que rematará la iglesia más premiada de Tenerife

El Ayuntamiento de La Laguna saca a licitación la obra por 159.000 euros

La plaza de Las Chumberas, este miércoles.

La plaza de Las Chumberas, este miércoles. / Arturo Jiménez

La Laguna

El proyecto que rematará la plaza del entorno de la iglesia del Santísimo Cristo Redentor, en Las Chumberas, vuelve a estar en marcha. El Ayuntamiento de La Laguna saca a licitación la obra, que cuenta con un presupuesto base de licitación de algo más de 159.000 euros y que tendrá un plazo de ejecución de tres meses una vez que dé comienzo.

Las actuaciones no son nuevas. El consistorio lagunero llegó a anunciar su inicio a finales de 2019. Fuentes oficiales de la institución local explicaron este miércoles que llegaron a empezar, pero que se pararon ante la necesidad de un modificado y la decisión municipal de que fuese el arquitecto Fernando Menis, autor del templo y del proyecto inicial para la plaza, el que realizase los cambios.

Ofertas hasta el 11 de noviembre

Los pliegos recogen que se podrán presentar ofertas para la ejecución de la obra hasta el 11 de noviembre. Por su parte, la memoria del proyecto básico y de ejecución contempla que el objetivo es completar la urbanización del entorno de la parroquia, «ya que en el proyecto de urbanización anterior quedaron algunas partes inacabadas que no permiten la utilización completa de la plaza de Las Chumberas».

Más en detalle, el lugar de intervención se sitúa entre las calles Volcán Estrómboli, Volcán de Pacaya, Volcán Etna y edificios. «La zona es escarpada con fuertes desniveles entre las diferentes zonas, de modo que en la urbanización existe una rampa para comunicar de forma accesible las calles de Volcán de Pacaya y de Volcán Estrómboli», se describe en la memoria.

Servicios complementarios

Además de los trabajos de urbanización, está previsto añadir servicios complementarios a la plaza existente en la calle Volcán Hekla, «creando un punto de atracción para los vecinos del barrio y tratar de revitalizar la actividad de la zona», recoge el referido documento. También se mejorará el equipamiento; se complementarán los elementos que quedaron pendientes, como el sistema de evacuación de agua de lluvia; se incorporará un banco, y se sustituirá la iluminación de los alrededores de la iglesia y la plaza, «para conseguir una adecuada iluminación global de la zona».

La actuación se realizará sobre una superficie total de 1.050 metros cuadrados. «Dado el carácter singular de la obra, el proyecto trata de ser lo más neutro posible, de manera que la nueva intervención no compita con la arquitectura del edificio, y se limita simplemente a solucionar los problemas existentes en la zona», indica el documento técnico.

Mobiliario urbano

Entre los objetivos más concretos que se persiguen se encuentran colocar mobiliario urbano como bolardos para impedir el acceso de vehículos, consolidar partes del muro de mampostería existente o plantar un nuevo árbol. Un aspecto clave será la iluminación del conjunto, para lo que se dispondrán cuatro grandes báculos que aportarán luz desde los cuatro extremos. «Se pretende que la iluminación llegue directamente sobre la superficie, dejando las paredes de la iglesia lo menos iluminadas posible, de modo que durante la noche sea la propia iglesia, a través de sus huecos, la que ilumina el edificio al exterior», se plantea en la memoria.

La importancia de la luz y de resaltar la iglesia tiene mucho que ver con el nivel arquitectónico de aquella, que acumula numerosos premios internacionales. Abrió sus puertas en 2019, después de un recorrido previo que comenzó en 2003 y que vino marcado por la crisis financiera de 2007-2008. Se levanta sobre un solar ubicado junto al centro ciudadano del barrio que fue obtenido por el Obispado de Tenerife en una permuta –por unos terrenos en la Vía de Ronda- con el Ayuntamiento de La Laguna.

Atractivo arquitectónico

La parroquia del Santísimo Redentor fue erigida el 14 de mayo de 1963 y comprendía en sus orígenes el Camino de La Hornera, Guajara, y San Bartolomé y San Miguel de Geneto. Desde aquel entonces se ubicó en un pequeño salón de los bajos del Bloque 13. El nuevo templo no solo aportó un atractivo arquitectónico a la zona, sino también una solución a la falta de un espacio religioso en buenas condiciones. Según las cifras aportadas el día de su presentación, costó unos dos millones de euros.

La «cruz vacía» de la pared del fondo del altar y la capilla lateral son algunos de los aspectos más destacados, al igual que una pila bautismal redonda y un hueco perforado en la pared de entrada destinado al agua bendita. El conjunto lo completa un piso superior con salones parroquiales.

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