La otra cara del casco histórico de La Laguna: «Se ha convertido en un parque temático y un disparate»

La asociación de vecinos del centro enumera las necesidades pendientes de resolver de una ciudad de moda

Pablo Reyes, presidente de la Asociación de Vecinos Casco Histórico.

Pablo Reyes, presidente de la Asociación de Vecinos Casco Histórico. / Andrés Gutiérrez

La Laguna

Terrazas y locales de gastronomía moderna, música y nuevos actos de dinamización, tardeos y selfies. El centro de La Laguna vive desde su peatonalización en una especie de dolce vita que no encuentra final. Todo parece brillo en la vieja Aguere. Es la realidad que resplandece de la ciudad actual, pero no la única. También hay daños colaterales y asuntos pendientes de resolver. Lo dice la Asociación de Vecinos Casco Histórico, que no se cansa de recordarle al Ayuntamiento la necesidad de tener en cuenta el enfoque del centro como lugar para vivir y con sus problemas cotidianos.

Pablo Reyes preside la Asociación. Este maestro jubilado lleva más de una década junto a su equipo actuando como un martillo pilón por la defensa del derecho al descanso, el patrimonio histórico y otras necesidades. «El objetivo último es mejorar la calidad de vida de los vecinos», precisa. Si las demandas no se resuelven, Reyes insiste. Si su discurso le cuesta algún desaire, le resta importancia. «Hay gente que me dice que nos vamos a cargar La Laguna con las reivindicaciones del ruido, y yo me pregunto: ¿nos la vamos a cargar nosotros, los que pedimos que se cumplan las normas para poder vivir aquí dentro...?», rebate un dirigente vecinal curtido en mil batallas.

«Esto se ha convertido en un parque temático y un disparate», resume sobre el presente. «Claro que La Laguna ha mejorado en aspectos como el de ganar espacio para el peatón, pero hemos perdido identidad», contrapone. Su mirada al futuro contiene algo de esperanza y otro poco de escepticismo. La clave está en una reciente reunión con el alcalde de La Laguna, Luis Yeray Gutiérrez, de la que salió con buenas sensaciones a la vista de la disposición del regidor local y otros concejales. Pablo Reyes quiere confiar en que se trata del primer paso para empezar a tachar problemas de un listado amplio.

«¿Nos vamos a cargar La Laguna los que pedimos que se cumplan las normas para poder vivir aquí...?»

Plan Especial

El repaso por la situación del centro lo inicia Pablo Reyes en el Plan Especial de Protección (PEP) del Conjunto Histórico, un instrumento de planeamiento aprobado en 2005. La Asociación de Vecinos urge desde hace años una revisión. «Debe ser un proceso democrático, con un equipo multidisciplinar y con verdadera participación ciudadana. El actual plan nació sin consenso y eso se nota», apunta. «Necesitamos uno nuevo que mire al siglo XXI y piense en una ciudad habitable», reivindica.

Plan de Gestión

Enlaza Reyes el PEP con otro documento urbanístico relevante: el Plan de Gestión. «No lo tenemos y es una exigencia de la Unesco», lamenta. El presidente de la Asociación de Vecinos Casco Histórico afirma que esta carencia se percibe en aspectos como el acceso de vehículos, la recogida de residuos, el tráfico, la celebración de eventos o el uso del espacio público.

Ruido

Esta entidad ciudadana tiene como uno de sus grandes objetivos resolver los problemas de ruido. «Hay fines de semana con cinco actos simultáneos entre la plaza del Cristo y la Catedral», se queja sobre un asunto del que el Consistorio lagunero ha asegurado en las últimas fechas que se ha dado un año para tener aprobada una ordenanza. Ese fue uno de los puntos que se trataron entre el colectivo vecinal y el Ayuntamiento en el último encuentro celebrado.

Sin vecinos

Uno de los grandes temores que expresa Pablo Reyes es que los problemas en el casco, y el ruido en particular, lleven a una ciudad comercial y deshabitada. «Nos estamos quedando sin vecinos; por ejemplo, la calle de La Carrera está llena de oficinas y desierta de residentes», relata. «La consigna parece ser que cuantos más turistas, mejor; pero esa política está vaciando el casco histórico de vida», mantiene.

Edificios históricos

Reyes enumera inmuebles que acumulan años de espera para empezar o culminar sus obras, como es el caso del Palacio de Nava, las ruinas de San Agustín o la última fase del antiguo convento de Santo Domingo. «Siempre parece que están trabajando, pero nunca se concreta nada», plantea.

«Nos hemos ido quedando sin vecinos; La Carrera está llena de oficinas y desierta de residentes»

Plaza del Cristo

La plaza del Cristo es un lugar clave en el análisis de la Asociación. De una parte, por convertirse en uno de los grandes escenarios para actividades de ocio y foco de ruido, con el añadido de que justo al lado se ubica el Asilo de Ancianos; por otro, por la instalación allí de un velatorio sobre el que siempre sostuvieron que aquel no debió ser su lugar. Que le conste a Reyes, actualmente los vehículos fúnebres no están atravesando la plaza, sino que el féretro es llevado a través de esta en un carro.

Centro de interpretación

«Se habla de patrimonio, pero no tenemos un centro de interpretación», reclama. Propone ubicarlo en la Casa Peraza de Ayala, en la avenida de La Trinidad. «Es hora de contar con un espacio que nos permita explicar y vivir nuestro patrimonio», demanda.

Centro ciudadano

Tampoco existe un centro ciudadano. «Hay más de 40 espacios de este tipo en el municipio, pero en el centro no tenemos ni uno», resalta Reyes. «Parece que creen que todos aquí somos socios del Casino», agrega.

Aparcamientos

La falta de estacionamientos se extiende por el municipio. No en vano, una de las propuestas electorales del PSOE fue la creación de 7.000 plazas de aparcamientos durante el mandato. El casco histórico es una de las zonas críticas. «Deberíamos fomentar estacionamientos para residentes y colaborar con los comercios», sugiere Reyes.

Vehículos pesados

«El caos es total», afirma en relación a la presencia de vehículos pesados en las calles de la ciudad histórica. Al respecto, el Ayuntamiento ha anunciado que tomará cartas en el asunto. «La norma dice que se debe aparcar en un solo lado para dejar paso, pero aquí se estaciona donde se quiere», describe. «No hay control», apostilla.

Aceras y accesibilidad

Cita calles como Juan de Vera, San Juan o Marqués de Celada como ejemplos de vías con problemas de accesibilidad. «Hay aceras donde no cabe un carrito», plantea, antes de detenerse en un caso especialmente representativo en la última de ellas, donde existen unos árboles que casi impiden el paso. Asimismo, solicita un plan urgente para arreglar vías deterioradas y con adoquines levantados.

Un momento del recorrido por el casco.

Un momento del recorrido por el casco. / Andrés Gutiérrez

Mobiliario urbano

Reyes menciona una carencia sobre la que el grupo de gobierno del Consistorio lagunero ha iniciado los trámites para tratar de resolverla: no hay baños públicos. «Tampoco hay bancos adecuados. ¿Dónde se sienta una persona mayor a descansar?», se pregunta.

Casco más verde

Es una de las demandas que la Asociación de Vecinos Casco Histórico lleva años repitiendo. «Cada vez tenemos un casco más gris», critica su presidente en relación a la desaparición de jardineras y vegetación. «El Cristo, la Junta Suprema… Hay muchas zonas que podrían tener más verde», propone.

Fibra óptica

Durante largo tiempo fue uno de los problemas por los que se quejaba el colectivo: la fibra óptica estaba en todos los lugares urbanos pero no en el centro lagunero. Aquello se fue resolviendo, pero, según indica Reyes, siguen existiendo puntos a los que no ha llegado, como a parte de la calle Rodríguez Moure, también conocida como El Remojo.

Comercios y sabores

«La Laguna ha perdido identidad», dice con pesar el presidente de la Asociación de Vecinos. «Ya no encuentras platos típicos; todo son franquicias y hamburgueserías», apunta en la línea del discurso de la gentrificación y la pérdida de la identidad. Amplía la situación a otros negocios de comercio tradicional. En diciembre, el Pleno del Ayuntamiento de La Laguna aprobó estudiar una tasa para intentar poner freno a las franquicias.

Licencias

Pablo Reyes denuncia que la burocracia desincentiva la conservación de las viviendas: «Pides licencia para pintar una fachada y se vuelve un infierno». Es por ello que reclama «facilitar trámites y ayudas reales, no poner trabas».

Vivienda tradicional

«Si no se permite instalar energías renovables o mejorar la eficiencia, estos caserones no tienen futuro». El presidente vecinal lo ve claro. Según opina, las ayudas son escasas y llegan tarde. «Una subvención de 1.000 euros no resuelve nada», mantiene.

Atención policial

El problema de la atención policial no es nuevo. Los comentarios en la página de este cuerpo de seguridad en la red social Facebook se han convertido en un termómetro de esa situación; los usuarios se quejan unas veces por la falta de atención y otras por la forma de aquella. Pablo Reyes pone el ejemplo del ruido: «No actúan. Si llamas, a veces ni contestan. Y, si lo hacen, dicen que no tienen patrullas disponibles».

Comisión mixta de fiestas

La Asociación de Vecinos Casco Histórico sigue echando en falta la creación de una comisión mixta de fiestas con presencia vecinal. «Hace tres años que se propuso y aún no se ha creado», recuerda. «Sería clave para organizar mejor los eventos», considera.

Corpus

Observa Reyes que las alfombras de Corpus, que constituyeron una de las tradiciones señeras de la ciudad, están en riesgo. «Faltan alfombristas. Si no se forma una asociación que lo mantenga, desaparecerá», vaticina. Por esa razón, el colectivo vecinal que dirige anunció recientemente que promoverá que los autores de los tapices se asocien y puedan dar un impulso a esta costumbre.

Romería de San Benito

Otra de las preocupaciones es la Romería Regional de San Benito Abad, sobre la que cuestiona el rumbo que ha tomado. «Noventa carretas es un disparate. Este año dicen que serán 70. Lo razonable serían 40. En Las Mercedes, con 30, tienen una romería perfecta. La masificación no es calidad. Lo mismo pasa con el Baile de Magos», opina.

Ordenanza de músicos

«La ordenanza de músicos callejeros nunca se cumplió», critica. «Se pactaron normas con el Ayuntamiento y los músicos, pero no hubo seguimiento. Si un día ocurre una emergencia y no puede pasar una ambulancia por culpa de los puestos mal ubicados, ¿quién será responsable?», avisa. 

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