Malestar en el casco de La Laguna con varias procesiones ‘rotas’ durante la Semana Santa

Procesiones multitudinarias el Jueves y Viernes Santo, la atmósfera de tradición de siempre y, además, menos afecciones por la lluvia de las que se temió. El balance de la Semana Santa de La Laguna 2025 podría haber sido casi redondo si no fuese por los problemas registrados en varias de sus procesiones ante la falta de consenso entre las cofradías participantes, lo que llevó a desfiles fragmentados, con cada hermandad en un punto de la ciudad y los espectadores tratando de encontrarlas como quien intenta resolver un enigma.

Miembros destacados del mundillo de las cofradías explican que estos hechos se deben al marco competencial establecido entre estos colectivos. Y es que cada hermandad tiene autonomía para organizar su procesión y, a partir de ahí, la Junta de Hermandades y Cofradías (JHC), el órgano que las aglutina, poco o nada puede hacer para solucionar un conflicto de esta naturaleza. Prueba de ello es que esta entidad llegó a celebrar, sin éxito, hasta cuatro reuniones con dos de las cofradías implicadas para buscar un acuerdo.

Momento de reflexión

Este domingo, al hacer balance de la Semana Santa, el presidente de la JHC, Juan Antonio Pérez, no podía ocultar un cierto sabor agridulce por las situaciones descritas. «Hay que hacer una reflexión, ver los errores que se han cometido, y analizar qué queremos seguir haciendo y a dónde vamos», expresó Pérez, que encadena varias ediciones logrando la que muchos consideran la organización más equilibrada de la historia de la JHC y dejando una impronta de buen talante personal que le reconocen tanto en el entorno cofrade como en otros sectores de la ciudad.

Pese a todo, el máximo responsable de las cofradías ve «esperanza» en el futuro, y se mostró «muy contento con todos los actos: el pregón; Sonidos de Pasión y Fe, que fue todo un éxito; dos exposiciones (Horas, Eternidad, de Davide Battaglia, y Yo soy la Misericordia, de Miguel Rocha); la mesa redonda de la donación de órganos; la Carrera por la ELA, que se aplazó para el 21 junio con gran acogida de participantes, y una recogida de alimentos con 400 kilos».

Escenas rocambolescas

Las escenas más rocambolescas se produjeron el Lunes y el Miércoles Santo, con cofradías que empezaron juntas en la Catedral, para después separar sus recorridos y más tarde reencontrarse. Eso impide al espectador –sobre todo al menos habituado a estos desfiles– el seguimiento normal del acto.

Estos episodios han llevado a que numerosos cofrades y no cofrades urjan la adopción de medidas a este respecto, dado el compromiso que supone para la buena imagen de la Semana Santa. Es el caso del presidente de la Asociación de Vecinos Casco Histórico, Pablo Reyes, que lleva varios años que no sale de su asombro. Un conocido cofrade sintetizaba con rotundidad: «Se debe buscar una fórmula para que prime la Semana Santa en su conjunto frente a los caprichos de cada hermano mayor».

Razones internas

Las razones para esa falta de consenso resultan difíciles de comprender desde fuera de ese mundillo: el objetivo de algunas hermandades de diferenciarse de otras, la gestión de las procesiones como si tuviesen un carácter privado y olvidando la proyección pública de estas, o la dificultad de algunos responsables de las hermandades para dar el brazo a torcer.

Cofradías con 20 miembros

Este nuevo problema se viene a unir a factores como la imagen global de la Iglesia y los sempiternos problemas internos de las cofradías, además de la deriva estilística en la que unas décadas atrás entró esta tradición en La Laguna. La suma de todo lo anterior lleva a un escenario que explica que el número de miembros de las hermandades de Aguere se haya ido reduciendo con rapidez hasta acabar desfilando cada una de ellas con una media de 20 personas.