Arte sacro en la Casa Mesa para enriquecer la Semana Santa de La Laguna

La Sala de Exposiciones Casa Mesa acoge hasta el domingo una muestra de arte sacro organizada por una de las hermandades que salió ayer en procesión por las calles laguneras: la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno y Nuestra Señora de la Soledad. La exposición combina imágenes vinculadas a esta hermandad y otras de propiedad privada. La iniciativa abrió sus puertas el 5 de abril y se convierte en estos días en una de esas propuestas adicionales que enriquecen la Semana Santa y su oferta de actos.

La muestra está coordinada por Manuel Rigoberto González y comisariada por María Asunción Álvarez. «Hemos querido hacer un guiño al hermano Ramón, alma máter de la cofradía, y a los antiguos alumnos del Colegio Nava La Salle», explica el primero. El conocido como hermano Ramón es Ramón Padilla González (La Gomera, 1913; Madrid, 2002), un religioso lasaliano que dejó huella en la ciudad.

Antiguas imágenes

«Hemos incorporado a la exposición tres imágenes de la antigua capilla del Colegio Nava y el Nazareno que recuperamos del incendio de San Agustín de 1964», detalla González, que es un conocido cofrade lagunero y apasionado de las tradiciones del casco histórico.

Un Niño Jesús, el Sagrado Corazón, la Virgen del Rosario, el Señor de la Columna, el Resucitado... son algunas de las piezas que se encuentra el espectador de esta exposición, cuyo horario de visita es de 10:00 a 13:00 y de 17:00 a 20:00 horas.

Fe de los católicos

«Para los no cofrades, la Semana Santa es un momento de exposición viva de la fe de los católicos. Pasos antiguos y otros más nuevos salen a la calle con obras de arte de escultores canarios y foráneos, de distintas épocas y estilos artísticos, pero con un mismo sentimiento: expresar la veneración que sentimos por Dios hecho hombre y su Santísima Madre», indica la comisaria en el catálogo de la exposición. «La rica imaginería de varios siglos y, como ya hemos comentado, de distintos autores y estilos se reúne en la exposición de este año para recordarnos la manifestación de la fe que recibimos de nuestros padres y madres, y la que transmitimos a nuestros hijos», agrega Álvarez.

La comisaria también se detiene en que será la primera vez que coincidan estas obras, dado que algunas «son de propiedad privada o no están al culto». Y prosigue: «Pero todas son cariñosamente conservadas por el gran valor que tienen, y no nos referimos solo a su valor económico o histórico o artístico... El valor sentimental, el valor de ser las imágenes con las que crecimos como católicos, es muy superior».

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