Semana Santa

Un Domingo de Ramos bajo techo por las lluvias en La Laguna

La bendición de los palmitos y la procesión de la Burrita deben desarrollarse dentro del templo porque las precipitaciones se suceden durante toda la mañana

Patricia Ginovés

Patricia Ginovés

La Laguna

La Laguna ha tenido que conformarse con un inicio de la Semana Santa bajo techo. Las lluvias que se vienen repitiendo en los últimos días no dieron ningún respiro a la jornada dominical y obligaron a realizar la tradicional procesión de la entrada de Jesús en Jerusalén dentro de la Catedral. Precisamente el agua provocó que no fueran tantas las personas que se congregaron en las calles laguneras este domingo 13 de abril, tal y como viene siendo habitual en esta primera gran jornada de procesiones en la ciudad de los Adelantados. No obstante, fueron muchos los que no dudaron en acercarse a la Iglesia de Los Remedios para hacerse con su palmita de olivo bendecida.

La jornada estaba prevista que comenzara a las diez de la mañana en la cercana Parroquia de la Concepción. Sin embargo, la lluvia obligó a cambiar los planes y la liturgia se desarrolló por completo en la Catedral, donde comenzaron a repicar pronto las campanas, congregando de este modo a muchos vecinos que esperaban para hacerse con su ansiada rama de olivo.

Tras este reparto -que algunos consideraron escasos puesto que los ramos se acabaron, dejando a muchos asistentes con las ganas de hacerse con uno-, se procedió a la bendición de los mismos a cargo del todavía administrador diocesano Antonio Pérez, quien anunció de esta forma la inauguración de la celebración anual de la Pascua con este primer acto de la "entrada salvadora" de Jesús en Jerusalén.

Los laguneros se tratan de hacer con una rama de olivo en la Catedral.

Los laguneros se tratan de hacer con una rama de olivo en la Catedral. / María Pisaca

Celebración

Así, minutos antes de que el reloj diera las once de la mañana, con los palmos de olivo en alto, se procedió a santificar los ramos, así como las personas que lo portaban y comenzó a sonar la música en el interior de la Catedral, mientras fuera se producían chaparrones intermitentes.

Qué alegría cuando me dijeron ‘vamos a la casa del Señor’ comenzó a oírse en el interior del templo minutos antes de que Antonio Pérez explicara que la celebración de este inicio de la Semana Santa, el Domingo de Ramos, incluye siempre dos partes, una claramente festiva y de aclamación, que consiste precisamente en este reparto de ramos y su bendición, y otra solemne, la vía dolorosa, en la que se anuncia la palabra de Dios.

"Son dos momentos complementarios e igualmente importantes que nos ayudan a vivir y a preparar nuestro corazón y vidas para acompañar a Jesús a lo largo de estas jornadas de Pasión que cada año repiten además tantos otros hermanos vulnerables", afirmó antes de finalizar esta parte de la celebración y dar comienzo a la eucaristía.

Procesión

Tras la misa, la lluvia continuaba cayendo sobre las calles laguneras, por lo que se decidió que la procesión acompañada de la Cofradía de la Entrada de Jesús en Jerusalén y Cristo Predicador se desarrollara en el interior del templo, en donde se pudieron contemplar las bellas palmas que portaban y que estaban confeccionadas con intrincados dibujos, como la que portó el administrador diocesano.

El paso de la Entrada de Jesús en Jerusalén.

El paso de la Entrada de Jesús en Jerusalén. / María Pisaca

Otros templos

No obstante, y a pesar de que las procesiones no pudieron recorrer las calles laguneras en la jornada dominical, la de la Catedral no fue la única bendición de ramos que se vivió en el casco histórico. Muchas de las personas que no pudieron lograr su rama de olivo en la Catedral se desplazaron hasta el Santuario del Cristo para hacerse con uno de ello que, tal y como afirmó el rector del templo, "es un objeto sacramental y por eso es tan importante que se bendiga".

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