Crónicas laguneras
El antiguo tranvía de Tenerife

El antiguo tranvía. / ED
Domingo Medina
Tal día como hoy, hace 124 años, el 7 de abril de 1901, dio comienzo el servicio del nuevo tranvía entre Santa Cruz de Tenerife y La Laguna. Las cocheras se instalaron en La Cuesta, donde también se ubicó la central generadora de electricidad, ya que en esa fecha no existía una red de producción y generación de electricidad en la Isla para contratar el suministro necesario para el nuevo tranvía.
El alcalde Antonio Díaz-Llanos (1865-1867) reformó la plaza de La Antigua en La Laguna, colocando pilastras de cantería sobre un muro que bordeaba el límite de la iglesia de La Concepción, por el lado oeste, y sobre el mismo se puso una verja de hierro, tal y como está actualmente, aunque el muro, las pilastras y las verjas se instalaron de nuevo durante la remodelación de la plaza en los años 80 del pasado siglo.
Las obras de construcción de la línea del tranvía entre Santa Cruz y La Laguna, con parada en la plaza de La Antigua (hoy, Doctor Olivera), comenzaron el 29 de octubre de 1889 y terminaron el 7 de abril de 1901. El tranvía de Tenerife, como otros similares de la península, no solo se creó para atender la necesaria demanda de movilidad de los viajeros, sino que también se le añadió un ramal de enlace con el puerto de Santa Cruz, lo que facilitaba distribuir las mercancías llegadas a la Isla por el mar.
Con la ampliación de la línea hasta Tacoronte, el 27 de julio de 1904, esta estación cobra mayor importancia y para ello se realizan obras, dado que la capilla de la Santa Cruz, que estaba en esta plaza, impedía la movilidad del nuevo tranvía, se autorizó a la concesionaria de este servicio a retranquear la misma, por lo que desapareció y se obligó a la empresa a construir una nueva adosada a la iglesia de La Concepción y frente al lugar que antes ocupaba. En la última reforma de la parroquia matriz en el año 1972, se perdió definitivamente esta capilla.
Pasado el tiempo, a pesar de la modernización del servicio, que nunca fue completo, el tranvía comenzó a ofrecer una imagen antigua, multiplicándose las averías, y según iban apareciendo otros medios de transporte, como el automóvil, el camión y las guaguas, las pérdidas de la explotación fueron el motivo real del abandono por parte de la empresa concesionaria, asumiendo el Cabildo de Tenerife el servicio del tranvía.
El 1 de septiembre de 1934, fue asaltado el tranvía, a la altura de la curva de Gracia en La Laguna, sobre las 20:30 horas, el conductor del tranvía Antonio Guerra se dirigía a La Cuesta, con el coche número 15, para terminar y entregar su recaudación, aproximadamente de 600 pesetas. En el vehículo iban 5 pasajeros en el interior y uno en la plataforma. Casi inmediatamente bajaba otro tranvía, en este caso fuera de servicio, conducido por Luis García Panasco, que solamente le acompañaba el inspector de la compañía Manuel Cabrera. Al llegar el primer vehículo a la curva de Gracia, el conductor observó que una piedra en los raíles interrumpía el paso. Frenó en seco y descendió para retirarla.
En ese momento, tal como relató en su día el conductor Antonio Guerra: “Vi cómo salían de la parte del barranco unos cuatro o cinco hombres de mediana estatura y las caras cubiertas con pañuelos. Algunos llevaban gorras y todos esgrimían pistolas. Se pusieron dos a cada lado del tranvía y sin pronunciar palabra, empezaron a hacer disparos contra nosotros. Yo me agaché, refugiándome detrás del control para que las balas no me alcanzaran y vi cómo el joven que iba a mi derecha caía desplomado a la carretera», el joven fallecido, llamado Agustín Bernal Cubas, de 19 años, estudiaba bachillerato en el Instituto de La Laguna. También falleció en el acto el conductor del otro tranvía, Luis García Panasco, de 35 años de edad.
En consecuencia, “el 15 de noviembre de 1956, el presidente del Cabildo decretó la suspensión del servicio, suspensión que, en principio, debía ser temporal pero que se convirtió en definitiva, tras la autorización del gobierno para sustituir el tranvía por autobuses, las populares guaguas el 26 de febrero de 1959” (Rafael Cedrés). Muchos fueron los accidentes que sufrió el tranvía de Tenerife, donde incluso se produjo la muerte de varios pasajeros, choque con carros, el accidente en la carretera de Tacoronte, donde colisionó una guagua con el tranvía número 4 y con camiones, entre ellos, uno militar. Grave fue el accidente sufrido en el puente Zurita, donde dos chicos que iban colgados de un camión cayeron a la vía del tren produciéndose las muertes al ser arrollados por el tranvía…
A todo esto hay que añadir el grave accidente que motivó al presidente del Cabildo para suspender el servicio cuando al tranvía que bajaba desde La Laguna se le rompieron los frenos y chocó contra un muro a la altura de la Cuesta de Piedra, muriendo un joven de 16 años, y resultando numerosas personas heridas, muchas de ellas de gravedad.
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