Lo que los ojos no ven
La Casa de Anchieta

La fachada de la Casa Anchieta tras la última rehabilitación. | FLAVIO DORTA
Domingo Medina
En la esquina de la plaza del Adelantado con la calle de Las Quinteras, en el número 10, nos encontramos el edificio conocido como La Casa de Anchieta. «Después de viuda continúa en la misma casa que el bachiller Nuño Núñez lega a sus hijos, incluso ya casada con mi padre Juan de Anchieta hasta que este en 1536 compra la casa de la plaza de San Miguel de los Ángeles (actualmente plaza del Adelantado) con el dinero que obtiene Mencía de su dote y arras del primer matrimonio. En adelante nos mudamos a dicha casa y allí nacen todos mis hermanos posteriores». (La Ciudad de San Cristóbal según el niño Jusephe de Anchieta, de Manuela Marrero).
Tal narración nos confirma que el santo lagunero no nació en la vivienda de la plaza del Adelantado, como erróneamente sostienen algunos historiadores, basándose probablemente en la lápida instalada en la fachada en 1897, con motivo del tercer centenario de su muerte. Esta vivienda perteneció a Antón Fonte y la adquirió el 22 de marzo de 1536 (cuando ya José de Anchieta tenía dos años) Juan de Anchieta, un vasco, oriundo de Urrestilla, cerca de Azpeitia, que se estableció en La Laguna en 1525, donde contrajo matrimonio con Mencía Díaz de Clavijo y Llerena.

La Casa de Anchieta / E. D.
José de Anchieta nació en San Cristóbal de La Laguna el 19 de marzo de 1534, en la calle que «va al hospital de San Sebastián» (hoy, calle Viana). A los dos años de su nacimiento se trasladó con sus padres, el escribano Juan de Anchieta y Mencía Díaz de Clavijo, a la vivienda que adquirieron en la plaza del Adelantado. Fue bautizado el 7 de abril de 1534 en la parroquia de Nuestra Señora de Los Remedios (la pila bautismal está en la parroquia de Santo Domingo). En 1548, a los 14 años, partió a Coímbra, en Portugal, con su hermanastro mayor Pedro, quien iba a cursar estudios religiosos, que una vez terminados los mismos regresó a La Laguna, donde ejerció su ministerio sacerdotal en la parroquia de La Concepción. José de Anchieta comenzó los estudios de Filosofía en el Colégio das Artes, siendo un distinguido alumno, amante de la poesía y de la buena prosa.
José de Anchieta en Brasil
El 1 de mayo de 1551 ingresó en la Compañía de Jesús y en 1553 llegó a Salvador de Bahía con la expedición de los jesuitas. Aprendió rápidamente la lengua indígena del lugar, el tupí, en la que llegaría a escribir versos y obras de teatro. Con 49 años había conseguido reputación de santidad en la colonia brasileña, donde muchos acudían a él en busca de ayuda espiritual y curación. A partir de 1588 ya era considerado el apóstol del Brasil. Escribió libros de medicina, fauna y flora de Brasil, otros de poseías y de cánticos. Fue beatificado por el papa Juan Pablo II el 22 de julio de 1980 en una solemne ceremonia en la Basílica de San Pedro y canonizado el 3 de abril de 2014, por el papa Francisco. Falleció en Reritiba (Brasil), ciudad que actualmente lleva el nombre de Anchieta, el 9 de junio de 1597, fecha de su festividad en el santoral católico. Se venera su imagen en la Santa Iglesia Catedral de La Laguna, donde tiene su sede la Hermandad de los Caballeros y Damas de Anchieta.
La conocida como Casa de Anchieta es un edificio de estilo neoclásico. Tiene dos plantas y una cubierta de teja árabe. Como la mayoría de las casas laguneras, posee un patio central y es de forma trapezoidal con tres fachadas; la principal da a la plaza del Adelantado, originariamente asimétrica, remodelada en 1905 por el arquitecto Mariano Estanga, convirtiéndola en simétrica y añadiéndole un balcón central. La puerta principal de entrada y las del balcón están revestidas con piedra. La fachada lateral, que da a la calle Las Quinteras, es la que conserva los vestigios más originales, y la trasera da a una pequeña plaza, antigua huerta de la casa, actualmente este espacio ha sido convertido en plaza, rotulada con el nombre de la madre del Santo lagunero, Mencía Díaz de Clavijo.
Desde el siglo XVI, la Casa de Anchieta ha ido creciendo, cambiando de uso y sufriendo numerosas intervenciones, algunas de poco rigor histórico. Durante años fue vivienda del poeta Manuel Verdugo, colegio mayor universitario femenino (La Candelaria), Escuela de Actores de Canarias y en 2006, al incendiarse el Obispado, mientras duró la rehabilitación del mismo, fue sede de la Diócesis de San Cristóbal de La Laguna.
Tras varios años en desuso, el Ayuntamiento lagunero inició en 2021 una rehabilitación integral del inmueble para recuperar su pasado y su historia, adaptándola a las normas legales de accesibilidad y protección contra incendios, para convertirla en el Centro de Interpretación de la Vida y Obra de San José de Anchieta. La rehabilitación fue dirigida por el arquitecto Alejandro Beautell, redactor del proyecto y director de la obra, que se marcó como objetivo principal recuperar la apertura de las galerías al patio, que se habían cerrado y colocado diversas ventanas en rehabilitaciones anteriores, que «hacían la casa más oscura y menos conectada al patio», según palabras del director de la obra.
La rehabilitación
En el patio, de pavimento de piedra basáltica de molinera canaria, se eliminaron vigas que no eran necesarias. En el zaguán de entrada se rebajó el escalón, con el fin de conseguir una mejor accesibilidad y se colocó el pavimento hidráulico recuperado de 1905, cuando se renovó la fachada que transformó a la vivienda a un estilo neoclásico. En la última y acertada rehabilitación destaca sobre la pared una antigua puerta de madera de la época en la que el santo lagunero la habitaba.
Una vez finalizadas estas obras, el siguiente paso debe ser la musealización que llevará a convertir la vivienda en el centro de interpretación de la figura del santo, ratificada por unanimidad por el Consejo Municipal de Patrimonio Cultural y el pleno del Ayuntamiento. La Casa de Anchieta fue declarada Bien de Interés Cultural el 14 de marzo de 1986. n
«Ya no regreso a San Cristóbal de La Laguna donde viven mis padres porque por diversas circunstancias el Señor me lleva por otros senderos».
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