Lo que los ojos no ven

Casa Franco de Castilla

La vivienda está en el número 81 de la calle de Los Herradores y fue mandada construir en la mitad del siglo XVIII por Matías Franco de Castilla

Patio de la Casa Franco de Castilla tras la última rehabilitación.

Patio de la Casa Franco de Castilla tras la última rehabilitación. / Mari Cruz del Castillo Remiro

Domingo Medina

La vivienda que hoy visitamos está situada en el número 81 de la calle de Los Herradores, mandada construir en la mitad del siglo XVIII por Matías Franco de Castilla (1718-1783), alcaide del castillo de San Juan, síndico personero de la Isla en tres ocasiones y coronel de los reales ejércitos. Su origen familiar le viene de Hernán Pérez Franco, natural de Portugal, que se estableció en Tenerife a principios del siglo XVI, destacando entre sus descendientes a Juan Franco de Medina (1649), nacido en La Laguna, capitán de los tercios de Flandes, teniente de capitán general de estas islas; gobernador y capitán general de Puerto Rico que, según el historiador José Rodríguez Moure, «condujo a esas tierras a su costa a veinticinco familias tinerfeñas, y obtuvo, con fecha 14 de mayo de 1698, real título de gobernador y capitán general de todas las provincias de Yucatán, alto puesto que no llegó a desempeñar al fallecer el 16 de septiembre del mismo año».

La vivienda tiene dos plantas. El centro de la primera está ocupado por la puerta principal, ejecutada en madera de tea, con dos ventanas a ambos lados y seis en la segunda planta, todas ellas colocadas de forma simétrica. Lo más destacado de la fachada es la portada barroca enmarcada en piedra labrada. En la parte superior de la misma se encuentra el escudo de armas de los apellidos de la familia Franco de Castilla, y por encima de este una peana de piedra que parece que sostiene un medio relieve de mármol blanco y marco de madera, que representa a la Virgen entre San Juan Evangelista y San Judas Tadeo. El papa Clemente XII, por Breve Apostólico dado en Roma el 7 de abril de 1761, le favoreció con la concesión de un oratorio privado donde se podía celebrar misa diariamente (Alfonso Soriano Benítez de Lugo).

El edificio está rematado en la parte superior por un alero de triple capa de teja árabe y una cornisa fabricada de cantería roja. En la última reforma a la fachada se le añadió un zócalo, también de cantería roja labrada. Una vez superado el zaguán, a la derecha de la entrada, la vivienda tuvo una escalera de dos cuerpos de cantería roja, que daba acceso a la planta alta. Lamentablemente esa bella escalera fue sustituida por otra de material inferior en una de las reformas.

Esta edificación, catalogada como de uso familiar, originariamente fue considerada como una mansión, no solo por su bella y amplia estructura, sino por la existencia de un patio central y una hermosa huerta que llegaba hasta la paralela calle, actualmente Manuel de Ossuna, en la que tuvo su despacho el abogado Víctor Gortázar, uno de sus propietarios.

Vivienda de la familia Gortázar

Esta vivienda fue adquirida por la familia Gortázar, que la habitó desde el primer tercio del siglo XX, hasta la primera década del XXI. El edificio sufrió en el año 1965 un incendio motivado por un cortocircuito que provocó la pérdida de muchos de sus elementos arquitectónicos originales de gran valor que tenía la edificación, entre ellos la primera crujía de la casa, los artesonados de madera y las galerías que cubrían los dos lados del patio. Fue reconstruida a cargo de la familia Gortázar.

A las características de este tipo de mansiones, donde la madera constituye un elemento predominante, se unió en este caso la falta de medios para sofocar un incendio de esta magnitud, ya que en esos momentos la ciudad de La Laguna carecería de un cuerpo de bomberos y solo contaba con un grupo de trabajadores, de su plantilla laboral, que se les requería para estos menesteres.

Casa Franco de Castilla

Fachada de la Casa Franco de Castilla. / M. C. DEL CASTILLO REMIRO

Este edificio, una vez vendido, fue destinado para la instalación de una notaría y rehabilitado por su nueva propietaria. El principal objetivo del proyecto fue preservar esta importante construcción del siglo XVIII, que se encontraba en mal estado de conservación, con múltiples aplicaciones sin interés y, sobre todo, por la acción del incendio ocurrido en 1965. El equipo redactor, formado por los arquitectos Antonio Coronas y Arsenio Pérez, tenían como objeto propiciar áreas de trabajo para la instalación de una notaría, y siguiendo la memoria del proyecto, «las características invariantes del edificio antiguo se han convertido en la base conceptual para la renovación integral de las partes restantes del mismo, mientras que los nuevos sistemas de construcción se han utilizado en la sustitución de las áreas que habían sido destruidas antes de la renovación». «El resultado es un edificio donde conviven la rehabilitación con modernas soluciones técnicas entorno a un patio central que ofrece un ambiente relajante de trabajo».

Siniestros patrimoniales

El incendio de esta casa se une a otros grandes siniestros que han causado desgracias patrimoniales en el casco lagunero. Son los casos de la antigua iglesia de San Agustín el 2 de junio de 1964, construcción que nunca se recuperó; no así el que se produjo en el Obispado el 23 de enero del 2006, donde sí se ejecutó de forma acertada su rehabilitación. Más recientemente ardió uno de los referentes culturales de Canarias, el Ateneo de La Laguna, que fue pasto de las llamas el día 4 de octubre de 2019, a las quince treinta horas, cuando en la parte superior se inicia el fuego, que acaba afectando gravemente a la techumbre del mismo, ocasionando su desplome. Este edificio, a fecha de hoy, sigue aún sin rehabilitarse.

El pleno del Ayuntamiento de La Laguna, celebrado el 30 de enero de 2025, acordó la adquisición de dos edificios del casco histórico, para dedicarlos, uno a oficina turística, en la calle de La Carrera y otro, en la de Los Herradores, concretamente, la casa Franco de Castilla, que hoy hemos visitado desde estas páginas del periódico EL DÍA, para destinarlo al área de Hacienda. A estos dos inmuebles se les une el recientemente adquirido de la calle Viana con la de Los Herradores, que será destinado a obras e infraestructuras.

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