Curar las cicatrices de las ruinas de San Agustín, en La Laguna

La consolidación del edificio experimenta sus primeros avances

La obra ‘Ruinas, cicatrices, huellas’ detalla la rehabilitación

El interior de la antigua iglesia de San Agustín.

El interior de la antigua iglesia de San Agustín. / Andrés Gutiérrez

La recuperación de las ruinas de San Agustín está dando sus primeros pasos. Admite el Ayuntamiento de La Laguna que los trabajos avanzan a un ritmo más lento del esperado, pero avanzan. «Se están eliminado de forma manual todos los elementos añadidos de la fachada para recuperar el estado original, se ha eliminado la vegetación y estabilizado el techo en la zona contigua a la casa de los betlemitas», afirman fuentes oficiales del grupo de gobierno. «El contrato establece que la fecha de finalización es en marzo, aunque es probable que se supere esa fecha», reconocen.

Se trata de una actuación largo tiempo esperada y con la que se intenta poner en servicio un espacio que ha vivido en un compás de espera desde el incendio al que sucumbió el 2 de junio de 1964. Vino después una cuestación popular que acabó destinándose al Seminario Diocesano (hoy parcialmente dedicado a otros usos), años de espera, un concurso internacional de ideas hacia ningún sitio, el nuevo proyecto de plaza abierta, más contratiempos y, finalmente, y no sin algunos problemas adicionales, las obras.

Todo el proceso de rehabilitación y las características del inmueble quedan recogidas de forma nítida en una publicación editada por la Concejalía de Patrimonio Cultural del Ayuntamiento de La Laguna y la Consejería de Cultura del Gobierno de Canarias. La obra lleva por título Ruinas, cicatrices, huellas: proceso de rehabilitación de la iglesia de San Agustín de San Cristóbal de La Laguna. Detrás del trabajo está el Estudio SIC, la empresa de arquitectura que redactó el proyecto que ahora se está ejecutando. Los textos son del referido Estudio SIC y también de Miguel Ángel Fernández Matrán, José María García de Miguel, Alba Fuentes-Porto, Ovidia Soto, Gerardo Guerra, Miguel Machado Bonde, Javier Soler Segura, Josué Ramos, Osmín Peraza y Antonio Tejera Gaspar.

«El 2 de junio de 1964, un fuerte incendio calcinó casi la totalidad de la iglesia. Según la prensa de la época, a los pocos minutos pudo sacarse el Santísimo del sagrario, que fue depositado en una imprenta próxima como medida de urgencia», contextualiza Ruinas, cicatrices, huellas. También se recuerda que San Agustín era la iglesia más espaciosa de La Laguna y albergaba «bellas imágenes».

El verdadero valor de esta publicación se encuentra en el retrato arquitectónico que realiza, con una clasificación de los hallazgos en tres niveles: ruinas, cicatrices y huellas (de ahí su título). «En las ruinas hemos agrupado aquellos ítems que necesariamente han de ser intervenidos para preservarlos tras el incendio de 1964. Elementos que si no se cuidan corren el riesgo de desaparecer para siempre», se detalla en la introducción. En Cicatrices está lo que tiene su interés por ser «señales de sucesos pasados» y Huellas aglutina «todos esos objetos que ya existían en la iglesia antes del fuego, pero han reaparecido o se han resignificado tras él».

Más en detalle, se han considerado ruinas los durmientes (maderos horizontales sobre los que se apoyan otros horizontales y verticales), tambores (cada una de las piezas del fuste aparejado de una columna o pilastra), los acopios de material, las arquerías, las biocolonias que han aparecido, dos columnas salomónicas (están casi totalmente perdidas y sobre ellas se plantea una reintegración total pero con material diferenciado «para evitar falsos históricos») y una ranura que da a la plaza Guillermo Rancés. Son cicatrices los huecos, trampantojos arquitectónicos, coro, revocos, altares y sepulturas. En la categoría de huellas están el basamento (cuerpo que se pone debajo de la caña de la columna y que comprende la basa y el pedestal), la imagen de la Virgen de los Milagros, bordillos, escaleras, baldosas y blasón.

Vivencias de arquitectos

Tienen particular interés las vivencias del Estudio SIC. Estas aparecen en varios de los párrafos de la introducción. «Nos recordamos junto a nuestros compañeros de oficina mirando cada centímetro de aquel espacio. Había un huerto, gallinas, mucha vegetación frondosa, una Virgen, paredes resquebrajadas, personas acogidas y hasta una cruz en medio de aquel lugar enigmático», rememoran. Y completan a renglón seguido: «Pero, sobre todo, había cielo, mucho cielo. Nada más entrar sentimos cobijo, pero no porque hubiese un techo. Las paredes desnudas recortaban el cielo azul luminoso casi como si fuera un cuadro. Rara vez podemos vivir esta situación, la de sentir abrigo solo por unas paredes, sin un techo. Es algo mágico que nos ofrecen las ruinas, ya que transcienden la lógica de pensar la edificación como una construcción cubierta destinada a ser habitada».

Los arquitectos habían entrado en «un lugar en un estado límite de supervivencia». En el texto recuerdan que las «paredes, pilastras, arcos y suelos se sujetaban por alguna extraña razón que desconocíamos a simple vista, dado el aspecto general del interior del convento». Y prosiguen: «Por otro lado, el huerto, símbolo de la subsistencia autónoma de la congregación que en aquel entonces había dentro, se mostraba como un elemento vital del interior. Los terraplenes con papas plantadas, yuca, rosales, millo, etc. se sucedían sin complejo alguno».

Los libros de Patrimonio

Ruinas, cicatrices, huella: proceso de rehabilitación de la iglesia de San Agustín de San Cristóbal de La Laguna es una publicación que recibió el apoyo de la Concejalía de Patrimonio Cultural. No es la única obra que ha visto la luz gracias a este departamento municipal. También ha propiciado títulos como Voces silenciadas: la represión franquista sobre las mujeres en La Laguna, de Luana Studer Villazán; la guía Memoria democrática de La Laguna: 1931-1939;San Cristóbal de La Laguna: guía arqueológica-patrimonial; Guía arqueológica-patrimonial inclusiva;Memorias guanches: testimonios sobre nuestro pasado indígena, de José Farrujia, y Taco: patrimonio, tradición e identidad. Estos libros, además, se encuentran disponibles en soporte PDF en el enlace web https://www.aytolalaguna.es/servicios/patrimonio-historico/.

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