Análisis

La inscripción de La Laguna en la lista de Patrimonio Mundial: el proceso

El 4 de diciembre de 1999, hace 25 años, el Comité de Patrimonio Mundial, reunido en Marrakech (Marruecos), inscribió al casco histórico lagunero en la lista de la Unesco

La inscripción de La Laguna en la lista de Patrimonio Mundial: el proceso

La inscripción de La Laguna en la lista de Patrimonio Mundial: el proceso / El Día

Juan Manuel Castañeda *

El 4 de diciembre de 1999 el Comité de Patrimonio Mundial, reunido en Marrakech (Marruecos), inscribió a la ciudad histórica de San Cristóbal de La Laguna en la Lista de Patrimonio Mundial de la Unesco, sobre la base de la Convención sobre la protección del patrimonio mundial, cultural y natural de 1972. El expediente de San Cristóbal de La Laguna se aprobó el día 2 de diciembre, de ahí que, inicialmente, se tomara dicha fecha como referencia de la inscripción. Los bienes culturales y naturales inscritos en la Lista de Patrimonio Mundial en 1999 llevan como fecha el 4 de diciembre, como así consta en el certificado oficial de la Unesco.

Junto a San Cristóbal de La Laguna fue inscrita como bien mixto cultural-natural Ibiza, biodiversidad y cultura y hasta 48 espacios, bienes naturales, monumentos, yacimientos y ciudades históricas tan relevantes como Cueva de la Manos, Río Pinturas (Argentina), La villa histórica de Graz (Austria), El centro histórico de la ciudad de Diamantina (Brasil), El centro histórico de Santa Ana de los Ríos de Cuenca (Ecuador), Valle de Viñales (Cuba), Isla de los Museos, Berlín (Alemania), Santuarios y templos de Nikko (Japón), La ciudad histórica fortificada de Campeche (México), Villa Adriana, Tívoli (Italia), Paisaje cultural de Sukur (Nigeria); Sitio arqueológico de Micenas y Tirinto (Grecia), Robben Island (Sudáfrica), el Núcleo neolítico de las Orcadas (Reino Unido) o el Parque Nacional de Miguasha (Canadá).

¿Cómo llegó La Laguna a esa inscripción en la Lista de Patrimonio Mundial? El proceso fue largo y complejo y tuvo diversas etapas, así como la elaboración de diversos documentos. Para explicar ese proceso acudimos a la documentación y a los acuerdos oficiales del Ayuntamiento de La Laguna, a los expedientes remitidos a la Unesco y nuestra propia experiencia en la gestión como concejal responsable de las áreas de Cultura y Patrimonio Histórico entre junio de 1993 y mayo de 1999, bajo la Alcaldía de Elfidio Alonso.

El primer acuerdo del Ayuntamiento de La Laguna sobre inscribir a la ciudad histórica en la lista de Patrimonio Mundial se produce en el pleno ordinario de 28 de diciembre de 1987, siendo alcalde Elfidio Alonso. Fue una moción presentada por el concejal de AC-INC (Asamblea Canaria- Izquierda Nacionalista Canaria) Oswaldo Brito, tristemente fallecido, y aprobada por unanimidad. El acuerdo fue solicitar a la Unesco, a través del Gobierno de Canarias y del Estado, la declaración del casco histórico como Patrimonio de la Humanidad; iniciar el expediente por la delegación de Patrimonio Histórico y que a efectos urbanísticos, en la delimitación del casco histórico, se tengan en cuenta la directrices de rehabilitación, conservación y protección del patrimonio histórico-artístico que se formulen por la misma delegación. En su defensa de la moción, Oswaldo Brito ya avanzaba, con enorme visión de futuro, los principales elementos de valor universal que tenía la ciudad histórica de San Cristóbal de La Laguna, como su conformación urbana que sería ejemplo en América, así como los beneficios para el municipio a través de inversiones, o el turismo cultural. Este acuerdo fue un punto de partida para realizar inventarios, reportajes fotográficos y recopilar documentación sobre el desarrollo urbano de La Laguna. En esta primera etapa, hasta 1993, se elabora una documentación coordinada por el Ayuntamiento con el Cicop (Centro Internacional para la Conservación del Patrimonio), que había inaugurado su sede tras acuerdo con la institución local en la Casa de los Capitanes Generales el 10 de diciembre de 1993.

Armar el expediente

En una segunda etapa, era necesario elaborar y armar un expediente con los procedimientos y características que la Unesco requería, y promover la colaboración del Gobierno de Canarias y del Estado, así como la implicación de entidades e instituciones laguneras y de la ciudadanía. El Gobierno de Canarias, el 24 de mayo de 1995, acordó solicitar al Gobierno de España la inclusión de la ciudad histórica de La Laguna en la lista indicativa española, para que, con posterioridad, el propio Estado miembro pudiera continuar los trámites de solicitud de inscripción. En paralelo, se realizaban gestiones o se recibían visitas ilustres como la del director general de la Unesco, Federico Mayor Zaragoza, con quien, junto al alcalde Elfidio Alonso, tuvimos el placer de recorrer el conjunto histórico de La Laguna.

En septiembre de 1995 registramos en el Ministerio de Cultura, y le presentamos a la ministra, Carmen Alborch, el expediente elaborado por el Ayuntamiento y el Cicop. De ello se dio cuenta a la Comisión de Gobierno del Ayuntamiento de La Laguna el 2 de octubre de 1995. Otro paso fue el informe y aprobación de la lista indicativa, incluyendo a La Laguna, por parte del Instituto de Patrimonio Histórico Español el 24 de noviembre de 1995, lo que ratificará el 5 de febrero de 1996 el Consejo de Patrimonio Histórico Español. El primer paso esencial en el procedimiento se había conseguido porque la lista indicativa de los estados miembros de la Unesco refleja aquellos proyectos y expedientes que ese Estado tiene intención de promover para ser incluidos en la Lista de Patrimonio Mundial, y se recoge en la Convención de 1972 en su artículo 11.

En una tercera etapa, el 7 de abril de 1998, el Ministerio de Educación y Cultura remite un documento denominado Nuevo formulario de propuesta de inscripción en la Lista de Patrimonio Mundial de la Unesco que habría que presentar antes del 1 de julio. Se hacía necesario un impulso y una definición pormenorizada de las características del urbanismo de la ciudad histórica de La Laguna, así como de un informe científico sobre la Justificación de la inscripción como Bien Cultural en la Lista de Patrimonio Mundial del conjunto histórico de La Laguna. Ese documento esencial fue redactado por la doctora y profesora de Historia del Arte de la Universidad de La Laguna María Isabel Navarro Segura. La Comisión de Gobierno del Ayuntamiento, el 8 de junio de 1998, acordó su aprobación y remisión, a través del Gobierno de Canarias, al Ministerio.

Este primer dossier se acordó remitir a la Unesco, en el Consejo de Patrimonio Histórico Español del 23 de junio de 1998, junto a los expedientes de Ibiza y del Misterio de Elche, para ser estudiados en el año 1999, como propuestas del Estado español para la Lista de Patrimonio Mundial. De este hecho dimos cuenta a la Comisión de Gobierno del Ayuntamiento de La Laguna en una moción el 29 de junio de 1998. También se hacía una valoración positiva del proceso y la colaboración entre las administraciones, así como se agradecía el trabajo del Cicop y el estudio fundamental de la profesora María Isabel Navarro Segura. Es esencial la referencia a este estudio, que constituye el núcleo de la declaración de valor universal excepcional del conjunto histórico, su integridad y autenticidad, así como los criterios que justificarían dicha inscripción, a los que nos referiremos más adelante.

En julio de 1998 participamos en el IV Congreso Internacional del Cicop, en La Habana (Cuba), invitados por su presidente y gran colaborador y asesor en temas de patrimonio cultural, el profesor Miguel Ángel Matrán, con una delegación del Ayuntamiento de La Laguna. Allí tuvimos la oportunidad, junto al alcalde Elfidio Alonso, de conocer y mantener un encuentro con el presidente internacional del Icomos (Consejo Internacional de Monumentos y Sitios), Jean Louis Luxen. Ello nos sirvió para conocer criterios sobre los procedimientos de inscripción en la Lista de Patrimonio Mundial, así como los siguientes pasos y estrategias en torno a la evaluación del expediente por el propio Icomos como órgano asesor de la Unesco. Esta tercera etapa se cierra en una nueva sesión de la Comisión de Gobierno del Ayuntamiento, el 14 de diciembre de 1998, cuando damos cuenta a la misma de dos cuestiones del procedimiento del expediente que se impulsaba desde La Laguna. Por una parte se había remitido información complementaria que se había requerido por el Centro de Patrimonio Mundial, en agosto de 1998, a través del Gobierno de Canarias y el Ministerio, y además se daba cuenta de la designación de la arquitecta argentina, experta en patrimonio y miembro del Icomos, María Nieves Arias Incollá, como asesora para hacer la evaluación de la candidatura de La Laguna, así como la designación también por parte de Jesús Ezquerra, embajador permanente de España ante la Unesco, de José Manuel Álamo González (fallecido recientemente) como director general de Patrimonio Histórico del Gobierno de Canarias, como coordinador de esa visita de evaluación.

Se abre una cuarta y final etapa que comienza el 1 de marzo de 1999, cuando la Comisión de Gobierno del Ayuntamiento acuerda la elaboración de un dossier complementario al remitido en 1998 a la Unesco, a instancias de la embajada española en la Unesco y del Comité de Icomos España.

Este dossier complementario se encarga en lo relativo al contenido sobre la evolución urbanística del conjunto histórico de La Laguna y la justificación de la inscripción, la declaración del valor, la verificación de la autenticidad, los criterios de inscripción y la coordinación del documento, de nuevo a la profesora María Isabel Navarro Segura. El trabajo de análisis comparativo entre la arquitectura y las artes plásticas del conjunto histórico y el contexto americano se encarga al profesor y doctor de Historia del Arte de la Universidad de La Laguna, Jesús Pérez Morera; el establecimiento de coordenadas UTM del perímetro a inscribir, al doctor en Marina Civil Antonio Bermejo Díaz; la traducción al francés al Gabinete Erasmus; el reportaje de fotografía aérea, a Helicópteros Insulares; el reportaje fotográfico de inmuebles, a Efrain Pinto Barate; y la maquetación, ilustración y diseño a Valladares, Diseño y Comunicación.

Una nueva Comisión de Gobierno el 15 de marzo de 1999 aprueba el dossier complementario y su remisión a la Unesco. La declaración del valor universal excepcional y los criterios planteados para la inscripción del conjunto histórico de La Laguna en la Lista de Patrimonio Mundial de la Unesco se basan según este documento en tres aspectos fundamentales:

1. El conjunto histórico de San Cristóbal de La Laguna (1500) presenta un valor universal excepcional como concepción urbana.

2. El trazado original de 1500 ha permanecido intacto a lo largo de los siglos, manifestando una relación entre parcelario urbano colonial característico del concepto de ciudad-territorio y la arquitectura mudéjar, de la que se conservan en la actualidad 600 ejemplares.

3. San Cristóbal de La Laguna da fe de un intercambio de influencias entre la cultura europea, e hispano-portuguesa de sus pobladores, y la cultura americana con la que ha mantenido un vínculo constante desde el punto de vista humano, cultural y socio-económico.

Estos tres criterios tienen un desarrollo, y el dossier explicita igualmente un análisis comparativo en base a los precedentes históricos del urbanismo medieval hispánico, así como desarrolla la verificación de la autenticidad del conjunto histórico de La Laguna a través de la cartografía actual, de la cartografía histórica, de la documentación histórica como los callejeros y tazmías, de la arquitectura conservada y su reflejo en el callejero original, de fuentes y repertorios documentales relativos a las crónica de la conquista de Canarias y al origen de la ciudad, y de las descripciones de viajeros. Igualmente se realiza una pormenorizada descripción del bien cultural que se propone inscribir en la Lista de Patrimonio Mundial por zonas y calles del conjunto histórico.

La visita de la evaluadora

Del 24 al 27 de marzo de 1999 visita La Laguna la evaluadora del Icomos para la Unesco, María Nieves Arias, y solicita, después de un minucioso recorrido por el conjunto histórico, un reformado del perímetro que se había definido, y que coincidía básicamente con el ámbito como Bien de Interés Cultural establecido en 1986. Las zonas a excluir se sitúan en varias manzanas entre las calles de la Higuera y Manuel Ossuna; otra entre el callejón de la Parra, calle de los Bolos y la avenida Lucas Vega; y otra en la zona norte, por la plaza del Cristo, entre la calle de la Rúa y el barranco de la Carnicería. Ese reformado del perímetro se aprobó en la Comisión de Gobierno de 10 de mayo de 1999, así como su remisión a la Unesco.

Entre el 5 y el 11 de julio de 1999 tenemos la 23 reunión del Bureau del Comité del Patrimonio Mundial en París, en la sede de la Unesco, órgano que analiza previamente los expedientes de inscripción y los informes de evaluación de Icomos y prepara su reunión posterior. Según el acta se estudiaron 48 expedientes de solicitud de inscripción. El informe de la evaluadora del Icomos, María Nieves Arias, fue positivo sin reservas, y en la página 49 de ese acta de julio de 1999, aparece la recomendación positiva del Bureau al Comité para inscribir a La Laguna en la Lista de Patrimonio Mundial de la Unesco.

Este proceso culmina en Marrakech en diciembre de 1999 y el 23 Comité de Patrimonio Mundial inscribe a La Laguna (página 18 del acta) en la lista de Patrimonio Mundial de la Unesco en base a los criterios de evaluación del valor universal excepcional (II), que es «atestiguar un intercambio de valores humanos considerable, durante un periodo concreto o en un área cultural del mundo determinada, en los ámbitos de la arquitectura o la tecnología, las artes monumentales, la planificación urbana o la creación de paisajes»; y (IV, «ser un ejemplo eminentemente representativo de un tipo de construcción o de conjunto arquitectónico o tecnológico, o de paisaje que ilustre uno o varios periodos significativos de la historia humana». Así, San Cristóbal de La Laguna es la primera ciudad colonial española no fortificada. Su plano ha proporcionado un modelo para las ciudades coloniales de Las Américas.

Han pasado 25 años y hoy, con el trabajo de diferentes corporaciones municipales, la complicidad de administraciones y entidades culturales, sociales y vecinales, y el siempre importante compromiso colectivo de la ciudadanía, debemos ser críticos con lo realizado y también valorarlo. Debemos afrontar nuevos retos y mejorar muchas cuestiones para así continuar la senda emprendida y legar este valioso patrimonio cultural de la ciudad histórica de La Laguna a las futuras generaciones.

(*) Licenciado en Geografía e Historia por la ULL. Exconcejal de Cultura y Patrimonio Histórico de La Laguna (1993-1999)

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