Luces y sombras tras 25 años de La Laguna como Patrimonio Mundial
Un estudio observa «retos de saturación» turística
Recomienda la creación de «un organismo central» que gestione el patrimonio lagunero

Un tramo del callejón Deán Palahí, en el casco histórico. / María Pisaca
D. Ramos
La Laguna alcanza su XXV aniversario como Ciudad Patrimonio de la Humanidad. Fue el 4 de diciembre de 1999 cuando, en Marrakech, la ciudad histórica recibió un título que ha marcado su historia más reciente. El programa de actos conmemorativos está en marcha, dicen desde el Ayuntamiento que la próxima edición de la Noche en Blanco tendrá especialmente en cuenta esa efeméride, el sábado el casco antiguo se hermanó con el silbo gomero... Y, en ese escenario conmemorativo, el Foro Económico y Social (FES) de La Laguna y el Colegio Oficial de Economistas de Santa Cruz de Tenerife presentaron el pasado martes el primer estudio sobre las repercusiones de aquella declaración. Se trata de un trabajo en el que tienen espacio las dos caras de una misma realidad: las luces y las sombras.
Impacto económico de la declaración de San Cristóbal de La Laguna como Patrimonio Mundial de la Unesco lleva por título una publicación de 147 páginas y que fue dada a conocer en el Espacio Mutua Tinerfeña, en la calle Nava y Grimón. Economía y mejor conservación del patrimonio sobresalen en el informe como beneficios destacados tras un cuarto de siglo de Patrimonio Mundial. En el lado opuesto de la balanza se encuentra que el crecimiento del turismo ha supuesto «retos de saturación en ciertas áreas y el riesgo de pérdida de autenticidad en algunas zonas». Se acaba recomendando, entre otras cosas, la creación de «un organismo central que coordine la preservación, promoción y desarrollo del patrimonio».
«Mejor versión histórica»
«Yo pienso que La Laguna vive actualmente su mejor versión histórica», destacó el secretario técnico del Colegio Oficial de Economistas de Santa Cruz de Tenerife, Juan José Hernández, durante la presentación del estudio. En paralelo, advirtió de que existen «impactos económicos negativos». El trabajo, a cuya versión en PDF se puede acceder a través de Internet, llega tras otras iniciativas de análisis que ha impulsado el Foro Económico y Social en su actual etapa, con Jordi Bercedo como director técnico y probablemente la más fructífera. «Es una investigación que se ha recogido en un libro y que explora las oportunidades y los desafíos que esta designación ha supuesto para la economía local y regional; los cambios en los patrones de inversión, turismo, comercio y empleo que se han observado en estos años, así como los retos, fórmulas y políticas que puedan servir de impulso para que La Laguna aproveche plenamente este estatus patrimonial en las próximas décadas», describen el texto desde el grupo de gobierno del Ayuntamiento lagunero.
«Desde su declaración como Patrimonio Mundial en 1999, el compromiso de conservación del patrimonio ha impulsado el turismo y ha generado beneficios económicos, aunque también plantea el reto de gestionar el desarrollo turístico de forma sostenible», contextualiza la publicación en sus conclusiones, antes de añadir que la designación reconoce el valor universal excepcional (VUE) de La Laguna, «un concepto clave para la Unesco, que se refiere a cualidades únicas y significativas que hacen que un sitio tenga un valor cultural y natural importante para las generaciones presentes y futuras de toda la humanidad».
En el caso lagunero, el VUE requiere «tanto la preservación de su trazado urbano y su patrimonio arquitectónico como la continuidad de las prácticas culturales vivas que mantienen su autenticidad y conexión con la comunidad». Es por eso que considera «fundamental» que las políticas de conservación adopten «un enfoque integral, que no solo mantenga la infraestructura física, sino que también respete las dinámicas sociales, culturales y económicas que conforman el VUE». Y completa: «En La Laguna, estas dinámicas están interrelacionadas con el entorno construido, las tradiciones y el estilo de vida de sus habitantes, factores que refuerzan su autenticidad y especificidad histórica».
En ese punto, aparecen los efectos de la declaración de Patrimonio Mundial. Los hay directos e indirectos. Entre los primeros se encuentran que la distinción atrae visitantes que contribuyen a la economía local a través del gasto en el sector turístico y que facilita la captación de fondos específicos para la conservación del patrimonio. «Este reconocimiento incrementa el valor de las propiedades, genera empleo en el sector servicios y financia actividades culturales y mejoras urbanas», sostiene la investigación. Además, se señalan otros beneficios a modo de impactos indirectos: «La mayor visibilidad de San Cristóbal de La Laguna atrae inversiones en comercio, artesanía y servicios, fortaleciendo su marca como destino cultural. Asimismo, fomenta el compromiso comunitario con el patrimonio y genera oportunidades laborales en áreas de conservación y turismo sostenible».
Los problemas
La publicación refiere «algunos desafíos y limitaciones». Y comienza a ese respecto: «La dispersión de competencias entre áreas administrativas dificulta la gestión efectiva del patrimonio, mientras que el crecimiento del turismo ha traído retos de saturación en ciertas áreas y el riesgo de pérdida de autenticidad en algunas zonas». Añade a renglón seguido: «Además, la falta de datos centralizados y confiables complica la evaluación del impacto económico y subraya la necesidad de una mayor transparencia y colaboración entre instituciones».
Dadas esas circunstancias, el estudio realiza algunas «recomendaciones para mejorar la gestión de La Laguna como sitio Patrimonio Mundial». La primera propuesta es la creación de «un organismo central que coordine la preservación, promoción y desarrollo del patrimonio, con una estructura multidisciplinaria que permita abordar los problemas desde diversas perspectivas». Según indica, este organismo podría implementar herramientas metodológicas para evaluar de forma continua el cumplimiento de las normativas de conservación, «asegurando que se adapten a los cambios del entorno sin comprometer el VUE».
Asimismo, se plantea promover la investigación continua sobre el impacto económico, social y cultural de la designación como Patrimonio Mundial de la Unesco, al tiempo que apuesta por la colaboración académica. «En cuanto al turismo, se recomienda implementar una estrategia de sostenibilidad que limite el impacto negativo del turismo masivo y fomente prácticas responsables, equilibrando el desarrollo económico y la preservación patrimonial», agrega.
En opinión del alcalde de La Laguna y presidente del FES, Luis Yeray Gutiérrez, el informe «es el resultado de un exhaustivo trabajo de análisis que nos permite comprender, con mayor precisión, el impacto que ha tenido este reconocimiento en nuestra ciudad». Y continúa en una nota de prensa enviada tras la presentación de la publicación el pasado martes: «Este documento no solo refleja el crecimiento turístico y económico que hemos experimentado, sino también cómo este ha influido en la vida de la ciudadanía, en la conservación de nuestro patrimonio y en el desarrollo sostenible de La Laguna». El regidor local también valoró que, con la experiencia y el camino recorrido tras la declaración, sigue habiendo «retos que afrontar para construir el futuro de una ciudad que es patrimonio de todos los canarios y canarias».
Por su parte, la vicepresidenta del Foro Económico y Social, Josefina Suárez, recordó que este estudio, realizado a través del análisis de datos, entrevistas y casos de estudio, tiene como objetivo «que la ciudadanía y los responsables públicos puedan tomar decisiones fundamentadas sobre el futuro económico y cultural de nuestra ciudad». También mostró su confianza en que este trabajo sirva «como un recurso para futuras estrategias de desarrollo económico en contextos patrimoniales».
Advertencia en la gestión
A la presentación del estudio de impacto económico siguió una mesa redonda en la que se sentaron la catedrática de Historia del Arte de la Universidad de La Laguna, María Isabel Navarro; el codirector de la Cátedra Cultural La Laguna Patrimonio Mundial, de la ULL, José Juan Cano; el catedrático de Proyectos Arquitectónicos de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria Juan Manuel Palerm, y el catedrático de Economía Aplicada de la ULL José Luis Rivero Ceballos. La conversación dejó varias advertencias sobre la gestión que se realiza de la zona declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. La principal la realizó María Isabel Navarro: «La eliminación o sustitución injustificada de elementos originales de la ciudad es una de las líneas rojas para el futuro de la ciudad».
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