Educación | Un proyecto entre la nutrición y la multiculturalidad
El Ayatimas apuesta por la comida sana
El colegio de Valle de Guerra desarrolla acciones que prestigian su comedor
El rigor nutricional es la más importante de las iniciativas que se llevan a cabo

Adrián Luna, el jefe de cocina. / María Pisaca
El Colegio Ayatimas, en Valle de Guerra, tiene en marcha varios proyectos en torno a su comedor que han conseguido llamar la atención. Recientemente estuvo por la instalación el alcalde de La Laguna, Luis Yeray Gutiérrez, que destacó en un vídeo en las redes sociales las bondades de esta iniciativa. Lo que más sobresale es la decidida apuesta por inculcar una nutrición adecuada a los más pequeños.
El comedor del Colegio Ayatimas, en Valle de Guerra, cuenta con un reto consigo mismo: mejorar cada día. Sobre esa línea maestra tiene en marcha varias acciones que se dan la mano para la búsqueda de la calidad, el aprendizaje alimenticio de los alumnos, la apuesta por el kilómetro cero e, incluso, la multiculturalidad. El objetivo último es que los estudiantes coman de la más sana y mejor manera posible.

El Ayatimas apuesta por la comida sana / Domingo Ramos
Este colegio de la Comarca Nordeste cuenta en la actualidad con 163 alumnos, de los que 131 almuerzan cada día en el comedor. El precio es de apenas 3 euros diarios. Comen en un solo turno en un espacio muy limpio, ordenado y con un acondicionamiento acústico que facilita la integración de los alumnos que presentan transtornos del espectro autista o de conducta, unos problemas que suelen ir aparejados a la hipersensibilidad a los ruidos.

El Ayatimas apuesta por la comida sana / Domingo Ramos
Se trata de un servicio caracterizado por ser de gestión directa, en contraposición a aquellos otros que cuentan con un cáterin externo. El jefe de cocina es Adrián Luna y sus ayudantes son Dulce Pérez y Gustavo González. También trabaja junto a ellos Carmen Cruz, que es la jefa de Estudios y encargada del comedor, así como psicóloga especializada en transtornos de la conducta de la alimentación. Una visita y un vídeo del alcalde de La Laguna, Luis Yeray Gutiérrez, colgado en las redes sociales le ha dado recientemente visibilidad a la labor que desarrollan.
Comidas del mundo’.
La iniciativa que pudiera parecer más llamativa a primera vista de las varias que tienen en marcha es la denominada Comidas del Mundo. ¿En qué consiste? Los alumnos disfrutan una vez al mes de comidas de otras latitudes. Es el caso de la gastronomía italiana (ensalada calígula, rigatoni a la norma y tiramisú), mexicana (frijoles, fajitas de carne y nachos con guacamole) e india (curry de verduras con garbanzos, pollo tandoori con arroz basmati y yogur estilo hindú). Supone un aprendizaje para los niños y también para el equipo de cocina. «Nos salimos de lo cotidiano y nos divertimos cocinando», apunta Luna, cuyo lema es trabajar «con humildad y respeto».
Nutrición.
Aunque la acción anterior es llamativa, otro de los vértices del proyecto es, sin duda, mucho más importante. Y es que basta visitar el comedor a media mañana para comprobar la frescura de los productos. Adrián Luna detalla que han implementado varias pautas en busca de una comida sana: no superar los tres fritos al mes, presencia de verduras y hortalizas en los menús diarios y respetar el valor nutricional-energético, intentar que dos veces a la semana haya pescado, una vez huevos, una o dos veces granos y cuatro días fruta. «Se ha buscado educar los paladares y utilizar productos variados», explica el jefe de cocina, que pone como ejemplo de esa variedad que en lo referido al pescado se sirve atún, cherne, lenguado o hasta pulpo. Luna disfruta contándolo. «Siempre me ha encantado mi trabajo, pero este año está siendo especial tras el cambio en la dirección y la apuesta por este proyecto», afirma.
En el aula y en el huerto.
Otra de las actividades es la de lleva la cocina al aula. «El alumno tiene que saber la diferencia entre un proyecto ecológico y el que no lo es, saber lo que se hace en las fincas de la zona, dignificar la agricultura...», sostiene Luna, que periódicamente va a las clases e, incluso, graba algunas recetas que se muestran en el aula virtual y en las redes sociales, donde también las pueden ver las familia. Se une a lo anterior un huerto donde logran hacer un «kilómetro cero exacto». «Todos los años se ara la tierra, se planta y con los productos se prepara algo», afirma el cocinero del colegio.
Buena respuesta.
Desde el centro docente explican que la respuesta tanto de los estudiantes como de sus familias ha sido muy positiva. El director, Juan José Cruz, es el primero que celebra lo que han ido consiguiendo. «Se une un equipo de trabajo espectacular y ganas de trabajar», destaca. «Dentro de mi proyecto de dirección era fundamental el comedor, y se priorizó la gestión ecológica y directa de este», expresa el docente, antes de resaltar que «se garantiza que el alumnado de este centro tenga las mejores condiciones nutricionales». A su juicio, la buena gestión de los comedores «prestigia la enseñanza de calidad». Cruz también considera que, en general, «en los comedores de Canarias de gestión directa se come muy bien».
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