La asociación de vecinos del centro lagunero demanda un nuevo Plan Especial de Protección (PEP) del Casco Histórico de La Laguna. Así lo expone en un documento en el que analiza la situación actual de la ciudad antigua coincidiendo con el inicio del mandato. «Después de 18 años de aprobado un Plan Especial de Protección (PEP), creemos urgente y necesario evaluarlo y con esos resultados elaborar y aprobar un nuevo PEP que sea democrático, participativo y acorde al siglo XXI», apunta el colectivo, que también pide un plan de gestión que ordene «todas las acciones».
«El nuevo PEP y su puesta en funcionamiento debe dar respuesta a todas las directrices que nos marca el Icomos», indica la asociación presidida por Pablo Reyes. «La ciudadanía aspira a ciudades sanas, sin ruido, acordes a nuestras opciones de movilidad, con un urbanismo del siglo XXI, que afronte los embates del cambio climático, con integración y respeto al patrimonio cultural, y con una administración fluida, ágil y responsable, así como con una oferta cultural, educativa social y deportiva integradora y para todos los vecinos», esboza.
Entre los asuntos que considera que deben ser abordados, Casco Histórico mencionada una «actuación clara para la eliminación del cableado en las fachadas», el mantenimiento y conservación de las calles peatonales, recuperar las farolas tradicionales del casco, ampliar el catálogo de protección, mejorar los plazos en la Gerencia de Urbanismo y tener un plan de acción con «protocolos claros» sobre La Laguna verde. Califica de «muy importante» aprobar un nuevo Plan General de Ordenación (PGO) «participativo y consensuado».
Mobiliario urbano en las calles peatonales, baños en los espacios públicos, la aprobación y puesta en funcionamiento de la Ordenanza del Ruido y otras que hoy «se incumplen de forma reiterada» y el «control y racionalización de los horario de bares, terrazas y pubs» también se encuentran en el listado. Se une a lo anterior, y entre otras medidas, ampliar la red de aparcamientos; la puesta en uso y recuperación del Palacio de Nava, del antiguo convento Santo Domingo, de la Casa de Anchieta, de las ruinas de San Agustín y de la portada de la Casa Corregidor, y dotar al casco histórico de equipamientos necesarios para la vecindad, tales como un centro ciudadano, una guardería pública, instalaciones deportivas y espacios infantiles renovados.
«Nosotros, como entidad ciudadana vecinal, estamos en la obligación de complementar la democracia representativa, con la participación, porque entendemos que la democracia participativa es la mejor de las democracias», afirma. «Solo pedimos capacidad de diálogo, de consenso y no enrocarse en las posturas de cada uno. Nosotros, como colectivo vecinal, con todos nuestros errores y aciertos, tenemos clara una premisa: no renunciaremos a la participación ciudadana», apunta.