«Ha sido muy emotivo. El momento del Descendimiento del Cristo me ha puesto los pelos de punta». Dailos González, el concejal de Fiestas de La Laguna, salió del Santuario con esa sensación en el cuerpo. Era su primera vez en este acto en el que la imagen es bajada desde su altar-tabernáculo para poder ser colocada en un trono y salir en procesión. La talla religiosa ya se encuentra en la Catedral lagunera, donde permanecerá hasta el 14 de septiembre, día grande de la ciudad.
El Descendimiento volvió a llenar el Real Santuario. En este caso se celebró un sábado, que facilita la participación, pero lo cierto es que incluso cuando el 9 de septiembre cae entre semana ocurre lo mismo. Se confirma, pues, que la devoción por el Cristo no entiende de distanciamientos con la Iglesia o de crisis de fe. Un grupo de personas esperando por fuera y el ambiente festivo de la plaza, ya con el escenario y sus quioscos plenamente instalados, completaban el ambiente durante la mañana de este sábado.
El obispo de Tenerife, Bernardo Álvarez; el rector del Santuario, Víctor Manuel Álvarez, y sacerdotes diocesanos estuvieron presentes en una ceremonia que también se caracteriza por ser uno de los momentos en los que toman posesión los nuevos miembros de la Esclavitud del Cristo de La Laguna. La otra ocasión es en Semana Santa. En este caso las incorporaciones fueron dos.
Y llegó el momento más esperado de la mañana. Un grupo de esclavos subió hasta el altar por unas escaleras instaladas para la ocasión y procedieron a descolgar la imagen y a descenderla hasta una mesa, donde posteriormente tuvo lugar el besapié del Crucificado Moreno. Suele ser habitual que en este momento resuenen en el cielo de Aguere unas salvas, y finalmente lo hicieron, pero se retrasaron más de lo habitual.
Emoción lagunera
Que las sensaciones de González bien podrían ser las de muchos otros laguneros y visitantes lo ponen de manifiesto palabras como las de Teresa Díaz. Esta vecina de Taco y de 56 años participó en la celebración y, tras ver el Descendimiento, salió de la iglesia. «Yo vengo todos los años, aunque la verdad es que desde antes del coronavirus dejé de venir. Es muy bonito y emotivo el acto y siempre se llena la iglesia. Me voy porque estaba de pie y ya no aguanto más, y que también ya está casi terminado. Y el día 14 volveré».
Las impresiones desde el Ayuntamiento con el inicio de los festejos son positivas. «El pregón, que como novedad se celebró a las puertas del Santuario, ha dejado un muy buen sabor de boca, por la afluencia de la gente y según los comentarios que recibí ese mismo día y al siguiente», destacó Dailos González tras salir del templo y antes de poner rumbo a la entrega de premios del Maratón Fotográfico organizado por la Asociación de Vecinos Casco Histórico. Además, el edil socialista puso de relieve el concierto de la Sinfónica de Gran Canaria y el de rock en la plaza del Adelantado.
También se encontraba en el atrio del Real Santuario el líder local de Coalición Canaria (CC), Jonathan Domínguez, y miembros de su equipo. «Como siempre estamos aquí cumpliendo con la tradición de una ciudad cinco veces centenaria, que en actos como el de hoy se ve reflejada», manifestó el político nacionalista, que es miembro de la Esclavitud desde 2004. Domínguez destacó «la devoción de la gente hacia el Crucificado Moreno de nuestra ciudad y por la entrega para seguir cumpliendo con un rito que forma parte de la idiosincrasia y de la identidad de La Laguna». Y añadió: «Y ahí es donde tenemos que estar. Como miembro de la corporación, lo mínimo que se despacha es respeto, presencia y, en mi caso, que soy cristiano, fe».
Terminó el acto y siguió el besapié, tras lo que los responsables de la Esclavitud prepararon el trono para la procesión. Llegada la hora, las 18:30, todo estaba listo. Todavía quedaba algo de ambiente deportivo en el entorno de la plaza, después de que desde las 16:30 se celebrase la Carrera Popular del Cristo, que por segundo año consecutivo repitió un inusual horario para una prueba atlética de estas características.
«Mi familia siempre le ha tenido devoción al Cristo y recuerdo de niño venir a los actos tanto religiosos –y sobre todo las procesiones– como a otros más festivos en la plaza», decía José Carlos Rodríguez cuando comenzaba el desfile desde los arcos del Santuario. «Soy de Santa Cruz y me gusta venir siempre que puedo a este tipo de procesiones principales; hoy lo hice solo y otras veces suelo venir con la familiar», apuntó.
La banda militar abría un desfile que transcurrió con una afluencia alta de espectadores, ayudada por tratarse de un fin de semana. Poco después de las 19:30 horas, el Cristo de La Laguna ya se encontraba en la Catedral lagunera. Durante los próximos días se celebrarán actos religiosos en su honor, el denominado Quinario, y el 14 de septiembre tendrá lugar la Procesión del Retorno.