Concienciación infantil para proteger el mar

Medio centenar de alumnos del Colegio Fernando III El Santo realizan una limpieza en la costa de La Punta

«¡Chicos, aquí hay un palo!», alerta un alumno a sus compañeros. «¿Esto lo recogemos también?», pregunta una niña con unas pequeñas ramas en la mano. Así se desarrolló la mañana de medio centenar de estudiantes del Colegio Fernando III El Santo, de La Cuesta, que este jueves se desplazaron hasta la playa de Los Troches, en la Punta del Hidalgo, para realizar una acción de limpieza y, sobre todo, de concienciación acerca de la importancia de proteger el mar de la basura.

No solamente los acompañaron sus profesores, sino también Atlán, un joven que recorrió caminando Canarias durante 19 meses, en los que recogió nueve toneladas de basura y acumuló 3.000 kilómetros en sus piernas. Tras ofrecer una charla a los alumnos, la iniciativa suponía ver de primera mano lo aprendido. «Ven lo que trae la corriente y que esta basura puede terminar en el estómago de cetáceos o aves», detalló Atlán, antes de añadir que el objetivo último es crear «arraigo» y un «sentimiento de pertenencia» que lleve a proteger la naturaleza.

Los Troches se encuentran al final de la carretera hacia la Punta del Hidalgo, la TF-13. Allí llegaron los escolares a las 10:00 horas y tomaron la pista de cemento que es principio o final de la ruta hasta el caserío de Chinamada. Una vez concluido el tramo pavimentado, se quedaron en la playa que precede a la subida hacia el Macizo de Anaga. Y se pusieron manos a la obra durante una de esas mañanas de sol tibio y brisa marina en las que La Punta se presenta como un paraíso natural.

El director del centro, Victorio García, se mostraba satisfecho con el resultado del proyecto. En concreto, hasta La Punta se desplazaron dos grupos de quinto de Primaria –entre 10 y 11 años tenían los alumnos–, aunque el aprendizaje sobre el ecosistema marino se realiza con todos los cursos del centro. «Esto se lo podríamos contar con un vídeo, pero así lo pueden ver mejor», explicó sobre el valor de desarrollar una actuación de este tipo sobre el terreno.

García apuntó que biólogos y otros profesionales ya han visitado este colegio para ilustrar a los estudiantes sobre la importancia de la naturaleza, y agregó que, tras conocer la historia de Atlán, decidieron ponerse en contacto con él. De ahí surgió la conferencia y posteriormente esta acción formativa en la costa lagunera. La idea era limpiar en algún punto del litoral de La Laguna, tras lo que finalmente se decantaron por Los Troches, un lugar tranquilo, seguro y cuyo grado de suciedad no era excesivo.

A las 11:00 horas había llegado el momento de desayunar y reponer fuerzas. Los menores ya habían dando una primera batida al terreno y el lugar había quedado más limpio de lo que ya de por sí estaba. La intención era trasladar la basura posteriormente hasta el final de la carretera, donde el Ayuntamiento de La Laguna había quedado en recogerla, expresó el director.

La aventura de Atlán

La historia de Atlán, como quiere que lo llamen, sorprende. Apunta que es de La Orotava y que estudiaba Ingeniería Aeroespacial en Madrid, hasta que llegó un momento en que decidió dar un giro radical a su vida. Con 40 euros en el bolsillo y sin ni siquiera una mochila, decidió comenzar a caminar. «El motivo de empezar fue egoísta: sentirme vivo. No conocía nada de la historia y de la cultura de Canarias. Ver lo que vi fue lo que despertó en mí esa necesidad de hacer de mi viaje una crítica, una reivindicación…», expone sobre las razones que se encuentran en el origen de su aventura.

¿Y qué fue lo que vio? ¿Qué lo llevó a ponerse a recoger la basura? «Me encontré con una biodiversidad violentada», plantea. Vivía, asegura, con apenas 30 euros al mes. «He ido sobreviviendo como he podido», detalla. Durante ese periplo por las Islas, que terminó el pasado 17 de diciembre y que realizó sin ninguna compañía en su práctica totalidad –solo lo acompañó otro joven en bicicleta en un tramo por Lanzarote–, impartió 80 charlas en colegios e institutos del Archipiélago. Ahora está escribiendo un libro sobre su aventura, quiere continuar en el campo de la educación ambiental y le gustaría seguir caminando, aunque ya fuera de las Islas, una vez que se conoce los montes y costas canarios al detalle.

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