El ‘nuevo’ Hospital de Dolores

La iglesia del Hospital de Dolores, en la céntrica calle San Agustín, en el casco histórico lagunero, ha reabierto sus puertas. La techumbre, la instalación eléctrica, la fachada… necesitaban de una puesta a punto que obligó a su cierre en el verano de 2021 y de la que ha resultado un templo completamente restaurado, como se pudo comprobar en la presentación del pasado jueves.

Los cambios se dejan notar en un exterior que vuelve a ser blanco, en las paredes interiores o en la iluminación. Según las explicaciones aportadas en el acto, también se impermeabilizó la techumbre, se renovó la instalación eléctrica, se actuó en la fachada y se incorporó un sistema contraincendios. El trabajo sobre la madera, la mejora del pavimento, la corrección de un abombamiento en los muros y la actualización de las instalaciones de agua son otros de los ámbitos en los que se ha actuado para devolver al edificio a su mejor versión.

«Es uno de los templos con más tradición y encanto de La Laguna; es especial, acogedor», manifestaba en la presentación el arquitecto responsable de los trabajos, Alejandro Beautell, sobre un inmueble de honda historia y con importantes atributos patrimoniales. Y es que el conjunto formado por el antiguo hospital y la iglesia, declarado bien de interés cultural (BIC) con la categoría de Monumento, hunde sus raíces en el siglo XVI.

El apartado de la web del Gobierno de Canarias dedicado a los BIC precisa que el templo cuenta con una sola nave de planta rectangular y presbiterio, ambos cubiertos con armaduras lignarias de carácter mudéjar. Precisamente el presbiterio será objeto de futuras actuaciones, según informó el Cabildo de Tenerife. «Se ha dejado para una segunda fase de intervención la rehabilitación de la policromía que decora la estructura de madera del presbiterio, en la zona del altar mayor, donde está prevista una restauración integral», detalló.

Las actuaciones que ahora se han realizado requirieron de la inversión de más de 600.000 euros si se añade la dirección de obra y la redacción del proyecto. «El presupuesto inicial marcado para el desarrollo de las obras se vio incrementado en cerca de un 62% para hacer frente a varias incidencias e incluir mejoras para la adecuada restauración de la edificación», cuantificó el Cabildo. «La inversión final para la ejecución de las obras ha sido de 575.885 euros, de los que el Cabildo ha aportado 460.200 euros y el Obispado, los 115.685 euros restantes. Se añaden 60.000 euros para la redacción y dirección del proyecto, sufragados por el Obispado», cifró.

Reedificación en el siglo XVII

«El Hospital fue fundado con bula del papa León X, a solicitud de Martín Jerez y su esposa en el año 1515, con la condición de que le fueran agregados dos hospitales ya existentes en La Laguna, el de la Antigua y el de San Sebastián», indica la web de Turismo del Ayuntamiento de La Laguna, antes de añadir que inició su construcción en un solar contiguo a su vivienda y que fue objeto de ampliaciones por largo tiempo. «A finales del XVII, tanto el hospital como su iglesia fueron reedificados y reorganizados de manos de don Bernardo Fau, un mercader de origen francés instalado en La Laguna, y que fue prior de la institución, por elección de los vecinos, hasta su muerte», expone.

Posteriormente, acabó cayendo en decadencia en el siglo XIX. «Primero la Diputación Provincial y, más tarde, el Cabildo de Tenerife se hicieron cargo de su administración. Fue regentado por las Hermanas de San Vicente Paúl durante años, como centro de acogida para la tercera edad. Actualmente, tras un proceso de rehabilitación, se ha convertido en biblioteca pública municipal», plantea sobre el hospital.

Destaca la web que lo más interesante del templo desde el punto de vista artístico es la portada hacia la calle San Agustín. Al respecto, explica que está delimitada «por columnillas pareadas sobre originales plintos tallados, a base de motivos geométricos –que según expertos indican una influencia americana– y en la parte superior, por un frontón partido rematado por una cruz. Esta portada es obra del alarife del siglo XVII Juan González Agalé».

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