Con el más tradicional silbo gomero dio comienzo ayer la Noche en Blanco de La Laguna. Y tan solo eran las once de la mañana cuando esta tradición declarada Patrimonio Cultural Inmaterial provocó que muchas de las personas que paseaban por el casco histórico de La Laguna levantaran sus cabezas para seguir las conversaciones que mantenían los silbadores de balcón en balcón. 

Tras esta curiosa forma de inaugurar la jornada –que ayer cumplió su XIV edición–, tres grandes jirafas de colores y una animada banda de música salieron de la Casa de los Capitanes para recorrer la calle Carrera anunciando que la fiesta daba comienzo, y para confirmar que este año Aguere recupera una de sus fiestas más emblemáticas, en las que la cultura tan solo es una excusa para animar a los paseantes a comprar, puesto que la verdadera protagonista en la dinamización comercial. Así lo confirmaban los céntricos comercios que ayer lucían en sus escaparates los más variados descuentos que, unidos al Black Friday celebrado un día antes, provocaron que muchos llegaran a casa cargados de bolsas. El éxito de la jornada fue tal que tan solo a las seis de la tarde las previsiones del Ayuntamiento lagunero situaban la afluencia de público en el casco histórico en más de 40.000 personas para disfrutar de las actividades. Sin embargo, esta cifra que se prevé aún mayor si se suman todas las personas que también acudieron a la propuesta nocturna, que incluyó conciertos y mucha fiesta en la calle. 

En horario diurno, la propuesta incluyó pintacaras y deporte y la noche abrió paso a los conciertos

El alcalde de La Laguna, Luis Yeray Gutiérrez, afirmó durante la inauguración de la jornada que el de ayer era un día «de ilusión, fantasía y alegría»que volvió a llenar a la ciudad Patrimonio de la Humanidad de vida: «Esta es una Noche en Blanco que todos los laguneros esperábamos con mucha ilusión, después de tantos años en los que no hemos podido hacer la jornada como queríamos debido a las circunstancias». No obstante, celebró que «vuelve el silbo gomero a nuestras calles y también lo hace la majestuosidad de los cientos de personas que disfrutarán y trabajarán para que esta noche sea inolvidable». Por su parte, la concejal de Comercio y Desarrollo Económico, Aitami Bruno, recordó que el lema de la fiesta de este año fue Volvemos y festejó que el buen tiempo acompañara a esta jornada que animó a la gente a «salir a la calle para disfrutar de la cultura, el ocio y el teatro»,pero sobre todo recordó que se trata de una jornada comercial «porque nuestro objetivo es la dinamización» y aseguró que «hemos recibido muy buena acogida por parte de los comerciantes». Así, además de importantes descuentos que en algunos casos superaron el 50%, los comercios ofrecieron este fin de semana ofertas que animaron a los asistentes a realizar compras adelantadas para la Navidad o simplemente se hicieron un pequeño regalo. 

La edil de Comercio también recordó que en el día de ayer se pusieron en marcha diferentes dispositivos de movilidad con el objetivo de incentivar el uso del transporte púbico para llegar a la Noche en Blanco y, así, durante todo el día, el tranvía y las diferentes guaguas de Titsa estuvieron trabajando al máximo para transportar a todas las personas que se animaron a llegar al casco de La Laguna de esta forma. 

Prueba del éxito de la jornada fue que las terrazas de los bares estaban repletas desde la hora del desayuno y ya no se vaciaron hasta bien entrada la noche. La mañana fue para los más pequeños de la casa que pudieron disfrutar de una amplia oferta de actividades, desde las deportivas de las calles San Agustín o Bencomo hasta las culturales de Heraclio Sánchez o las meramente lúdicas de la plaza de la Catedral. Los seguidores del Club Baloncesto Canarias se pudieron llevar un póster a casa de su equipo favorito, así como lanzar algunos tiros a las pequeñas canastas situadas en la calle, mientras que los más tecnológicos pudieron jugar a sus videojuegos favoritos en la Catedral. Además, diferentes puestos distribuidos por todas las calles permitían a los menores hacer pequeñas manualidades o ponerse guapos con divertidos maquillajes de animales mientras sus padres hacían algunas compras. 

Grandes tableros de ajedrez, circuitos de parkour o pequeños campos de fútbol también sirvieron para que los niños realizaran algo de ejercicio durante esta jornada en la que también la magia estuvo muy presente. «¡Mira papi, los minions!». Ni los entrañables personajes de las películas de Universal quisieron perderse esta Noche en Blanco e hicieron las delicias de pequeños y mayores en un photocall que tuvo una larga cola durante buena parte del día. 

Coque Malla y The Monkey Faces fueron el fin de fiesta, que se trasladó a la plaza del Cristo

Mientras que los escenarios de los alrededores de la Concepción se vistieron de tradición y allí sonaron ritmos canarios y cubanos –sin olvidar algunas improvisadas clases de trompo–, la calle Heraclio Sánchez se transformó en un circo. De hecho, era complicado transitar por esta vía en las horas centrales del día, ya que decenas de familias se sentaron en el suelo desde la doce de la mañana para disfrutar de los espectáculos de circo que allí tuvieron lugar y que además llenaron de humo mágico esta calle. 

Público adulto

Pero si por algo se caracteriza la Noche en Blanco lagunera es porque sabe cumplir con las expectativas de todos los públicos y por eso la oferta de la tarde y noche estuvo dirigida a los adultos. La agradable noche permitió que muchos paseantes se detuvieran en las vistosas luces de Navidad de la Catedral para sacar fotos, mientras que los que tenían más frío protagonizaron algunos bailes de swing en la plaza de la Concepción, en uno de los talleres, a partir de las 19:30 horas, que más éxito tuvo en esta zona. Asimismo, varios DJ amenizaron las compras en la calle Herradores, donde la gente no sabía si entrar a comprar a las tiendas o bailar en la calle como si se tratara de una discoteca. 

En esta XIVedición, la Noche en Blanco se prolongó más allá de la medianoche con el primer festival LNB White Vibes. Además, en ese momento gran parte de la actividad se trasladó a la plaza del Cristo que acogió varios de los conciertos más importantes de la jornada, protagonizados por Coque Malla y The Monkey Faces. A esa hora ya eran muchos los que, tras haber dejado las compras en casa, volvieron a salir a la calle para disfrutar de estas últimas horas de la Noche en Blanco que cumplió con creces con su lema. Volvemos, y así lo hicieron miles de personas a las calles laguneras.