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fiestas del cristo de la laguna | Descendimiento y procesión al convento de Las Claras

Las Claras, santuario del Cristo de La Laguna por un día

La imagen es trasladada al convento por el 475 aniversario de la fundación de la comunidad de monjas que vive allí

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Descendimiento del Cristo de La Laguna Andrés Gutiérrez

El Cristo de La Laguna se encuentra desde la tarde de ayer en el convento de Las Claras. La imagen, una de las que despiertan una mayor devoción en Canarias, fue trasladada en una procesión extraordinaria con motivo del 475 aniversario de la fundación de la comunidad que vive en ese espacio de clausura. Fue la segunda cita de una jornada que comenzó en el Santuario del Cristo con el Descendimiento, la ceremonia en la que la talla es retirada de su altar-tabernáculo y colocada sobre una mesa para su besapié.

Las Claras, santuario del Cristo de La Laguna por un día

Lo habitual cada 9 de septiembre es que el Cristo sea llevado hasta la Catedral en la denominada Procesión del Traslado. Sin embargo, en esta ocasión cambió el guion para ir a Las Claras, donde permaneció la noche de ayer a hoy, mientras que a las 18:30 horas habrá un nuevo desfile en el que la imagen, acompañada de su hermandad –la Esclavitud del Cristo de La Laguna–, será desplazada hasta el templo catedralicio.

Las Claras, santuario del Cristo de La Laguna por un día

«Las monjas están emocionadas e ilusionadas porque fueron las primeras que tuvieron, de alguna manera, el cuidado espiritual y religioso del Cristo», expresó el esclavo mayor, Francisco Doblas González de Aledo, que precisó que, cuando estas religiosas llegaron a la Isla, residieron inicialmente en el entorno del Real Santuario. «Yo creo que es un acto de justicia», expresó tras concluir la celebración matutina, a la que calificó como «muy emotiva».

Las Claras, santuario del Cristo de La Laguna por un día

El Descendimiento tuvo lugar en el transcurso de una misa que comenzó a las 11:00 horas y que presidió el obispo de Tenerife, Bernardo Álvarez, y en la que también tomaron posesión de su medalla los nuevos miembros de la Esclavitud. En concreto, a la cofradía se han incorporado cuatro integrantes: Juan Francisco Hernández, José David Rodríguez, Remigio Beneyto e Ismael Francisco, autor del cartel de esta edición de las fiestas en honor del Cristo de La Laguna. Asimismo, se sumaron dos menores de edad con la categoría de aspirantes: Jaime Doblas y Adrián Díaz.

Las Claras, santuario del Cristo de La Laguna por un día

La particularidad de esa celebración religiosa estuvo en que, después de tres ediciones afectada por las restricciones de la pandemia, este viernes se pudo realizar con casi normalidad. No hubo limitaciones de aforo y la imagen fue bajada de su altar para posteriormente salir en procesión, en lugar de para permanecer en el templo durante los festejos. El casi se debe a que el besapié de la talla, rito que cierra la ceremonia de la mañana, sustituyó, por razones obvias, los besos que eran habituales antes de que apareciese el coronavirus por reverencias de los fieles delante del Cristo.

La homilía del obispo dejó algún planteamiento chirriante. Álvarez ejemplificó las patologías invisibles recurriendo a una grave enfermedad. «Igual pasa con las enfermedades del alma; a veces no tenemos conciencia de que estamos haciendo el mal», manifestó. Previamente había dicho: «A veces nos preocupamos de la salud del cuerpo, pero no tanto de la salud del alma».

«Los males fluyen del pecado»

«Si no nos sentimos pecadores, si no reconocemos nuestros pecados, Jesucristo para nosotros no significa nada; es inútil», expuso el prelado nivariense. «Todos los males que observamos a nuestro alrededor, enfrentamientos, todos esos egoísmos y todas esas cosas fluyen del pecado», consideró, antes de adentrarse en el resto de su intervención en un discurso eminentemente místico. «Las Fiestas del Cristo tienen que dejar huella en nuestra vida», afirmó ya al término de su alocución.

El acto se venía desarrollando en un Santuario lleno y en el que poco antes de las 12:30 se procedió a descender al Cristo. Varios sacerdotes y hermanos de la Esclavitud se encargaron de la maniobra. Las luces del templo se apagaron y sonaron las campanas, a las que seguirían unas salvas que tronaron en el cielo de la Ciudad de los Adelantados.

Ya por la tarde, la cita arrancó a partir de las 18:30 horas. Los esclavos y el Cristo de La Laguna pusieron rumbo al convento de Las Claras, pero por el recorrido acostumbrado para ir a la Catedral: calles Quintín Benito y Juan de Vera. El cambio se produjo al llegar a la confluencia de esa última con Anchieta, en la que giró, fue hasta Viana y de allí al convento. «Es bonita no solo institucionalmente por el aniversario en sí, sino también tiene un contenido espiritual muy importante para las monjas y para la Esclavitud», apuntó el esclavo mayor acerca de este visita de carácter extraordinario.

Como suele ser habitual en estos casos, el acto dejó escenas para todos los gustos. Desde una señora protestando a otra que se enfadó y se fue gritando airadamente en mitad de la procesión, pasando por un espectador disfrazado de perro. Muchas caras conocidas del casco lagunero como exige uno de los días más destacados de la tradición local y también numerosos feligreses que acudieron con flores y gestos de fe a su encuentro con el Cristo.

Terminado el desfile tuvo lugar la primera de las jornadas del Quinario, en la que estaba previsto que presidiese la misa el obispo de Tenerife y que predicara el rector del Santuario, Víctor Manuel Álvarez. Hoy, una vez que la imagen se encuentre ya en la Catedral, se encargará de la homilía Bernardo Álvarez, mientras que los días restantes este discurso correrá a cargo del arzobispo de Urgel y copríncipe de Andorra, Joan Enric Vives. El Santísimo Cristo de La Laguna permanecerá fuera de su Santuario hasta el 14 de septiembre, cuando regresará en la Procesión del Retorno.

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