La plaza del Adelantado se llena de tradición en un acto del programa festivo de julio, recuperado tras la pandemia, que une el campo con la urbe a través de los animales. La jornada, seguida por numeroso público, termina con un desfile amenizado por fanfarria y parrandas hasta el barrio de San Benito.
Dos años y unas cuantas restricciones por la pandemia después, los burros volvieron a tomar las calles de La Laguna. No solo ellos, pese a ser los principales protagonistas de un acto tradicional recuperado que une el campo con la ciudad a través de los animales. También se vieron vacas, mulos y perros, muchos perros, de presa o pastores, autóctonos de Canarias. Toda una fauna que llenó, junto a sus dueños, el punto de partida de una peculiar ruta, la plaza del Adelantado. Luego un desfile con fanfarria y parrandas llevó el folclore –y a los bichos, dicho cariñosamente– hasta el barrio de San Benito, protagonista de la fiesta lagunera de cada mes de julio.
La Noche de los Burros, integrada en el programa en honor al Abad, cumplió su edición número dieciséis dedicada a reivindicar a este animal que en épocas pasadas resultó fundamental para las tareas agrícolas y el transporte. Una cita siempre esperada, especialmente por el público infantil. Y no defraudó ni a chicos ni a grandes, que de todo había y en gran número, por otra parte.
Cada año hasta 2019 se dedicaba el evento a alguna especie en peligro de extinción, pero esta vez se ha querido homenajear a todo un colectivo, la Federación de Asociaciones de Razas Autóctonas Canarias (Faracan). Una manera de relanzar un encuentro de gran raigambre ganadera.
Juan Capote, presidente de Faracan y experto conocedor del mundo animal de las Islas, dirigió unas sentidas palabras en las que recordó al desaparecido Pedro Molina, quien tuvo esta idea en su momento. Capote explica qué es Faracan y recuerda que hay razas canarias de ovejas, de cabras, de vacas, de cochinos o, cómo no, de burros, caso del majorero.
El presidente de Faracan menciona «una bonita representación de razas caninas. Pastores garafianos, ratoneros palmeros, presas, podencos o lobitos herreños. «Conservar y promocionar las razas autóctonas» resume como objetivo de la mano de Agate.
De toda la Isla.
Esta edición de la romería de los burros, como es conocido este desfile, cuenta con una decena de ejemplares provenientes de distintos puntos de Tenerife. Del propio Aguere, pero también de Icod el Alto, de Benijos o del Sur de la Isla. Dos ejemplos de esta última zona. Eduardo y su hijo Arthamis cuidan de Majorero, un ejemplar de 7 años, mansito, que se deja tocar. Vienen de Cabo Blanco (Arona) y ya lo hicieron antes de la pandemia. Muy cerca Miguel y Eduardo, amigos de Arafo, se estrenan con Gandúl, de apenas dos añitos y también muy tranquilo. Lo niños se acercan poco a poco y tocan cada vez con más confianza al ver la actitud del animal. Alguno, en el otro extremo de la plaza se enfada e intenta soltarse de árbol donde está atado. Y un mulo de considerables dimensiones hace un amago de encabritarse al escuchar la música. No pasa a mayores.
Colaboración.
La Asociación de Ganaderos de Tenerife (Agate) organiza un acto que, como decía su secretario, Santiago Cacho «nosotros creamos y nosotros mantenemos», con la colaboración del Ayuntamiento de La Laguna a través de la concejalía de Fiestas. El alcalde, Luis Yeray Gutiérrez, y el edil del área, Badel Albelo, agradecen el esfuerzo tanto a Agate como a la Asociación de Vecinos del Casco Histórico y a Amigos y Romeros de San Benito. Estos colaboran en el concurso a los mejores balcones y ventanas engalanados con 35 participantes, cifra récord, cuyos premios se entregan en este mismo marco. Los galardones a las fachadas decoradas que han concurrido al certamen fueron cuatro: uno para la zona centro, otro para la parte alta y dos menciones especiales.
El regidor lagunero alaba la labor para «recuperar con todo su esplendor dos citas que forman parte indispensable de estos festejos». Califica el acto de «emotivo» tras dos años sin poderse realizar. «Es algo muy satisfactorio estar aquí», valora y más «al ver a esas razas autóctonas». Un llamamiento: «A disfrutar de nuestras razas autóctonas, de la tradición y a seguir apostando por ellas»..
La comitiva, acompañada por fanfarria y varias parrandas con las romeras de la fiesta al frente, parte a continuación desde la plaza de Adelantado para recorrer las calles laguneras hasta San Benito. Allí la degustación de un plato de carne, regado con buen vino del país, pone el broche final.
Casa del Ganadero.
El alcalde recuerda a los laguneros que «la fiesta no ha acabado». En efecto, la 43º Feria Ganadera da el relevo el fin de semana y precede a la procesión extraordinaria de San Benito a San Diego del domingo, el colofón a los actos de este año. La Feria tiene hoy un renovado escenario, la Casa del Ganadero. El Cabildo anuncia una inversión global de 305.000 euros para la mejora de la infraestructura «con el objetivo de crear un entorno ferial puntero que priorice el bienestar animal». El consejero insular, Javier Parrilla, explica que ya se han invertido más de 45.000 en el acondicionamiento del espacio para la Feria. Parrilla valora: «Destinaremos otros 260.000 euros a la reforma y adecuación integral del recinto». Se prolongará la grada en el terrero de arrastre, se acondicionará la entrada y la zona de aparcamientos, se creará una explanada para vehículos que transporten animales, y se instalará una red de drenaje de aguas pluviales. Todo por mantener esa comunicación tan particular en La Laguna entre el campo y la ciudad. Con los animales como nexo.
