La Laguna | Romería de San Benito

La Laguna presume del 75 aniversario de su romería

Una leve brisa alivió el paseo a los 15.000 asistentes, con tanta comida como público

Humberto Gonar

Humberto Gonar

La Laguna

Sin miedo a ahondar en la diferencia de criterios sobre la antigüedad de la romería de San Benito –75 años, según JulioTorres, autor del libro-programa institucional de esta edición; 74 según el cronista oficial, el periodista Eliseo Izquierdo–, La Laguna se reencontró con las tradiciones en un paseo solemne, con el incienso propio que emana de las parrillas y que dos años después de las restricciones sanitarias por la pandemia devolvió a las calles de Aguere, de Villa Arriba a Villa Abajo, y viceversa, el olor a carne fiesta.

Según los datos oficiales facilitados por el Ayuntamiento de La Laguna, más de 15.000 participantes. Al margen de las cifras, una realidad: san Benito se tomó su tiempo con un cortejo a ritmo de isas y tajarastes. Por momentos, fue literal al copla: dos pasos pa’lante, dos pasos pa’trás, da la media vuelta y vamos a empezar.

A las doce y media, a las puertas de la parroquia de San Benito, se procedió a la bendición del ganado. Por momentos el calor parecía asfixiante, hasta que una leve brisa permitió aliviar el trayecto y sobre todo el rigor de las vestimentas tradicionales.

La romería tardó casi una hora y media en llegar desde su punto de partida hasta La Catedral. Así, a las 14:00 horas, comenzaron a repicar las campanas por el reencuentro de la romería, con un cortejo que ya al inicio de la calle empedrada tomaba cuerpo.

En la cabecera, el grupo folclórico de San Benito haciendo los honores a su santo patrón y justo cuando ya enfilaba Marqués de Celada se advirtió la presencia de Román Rodríguez, el cabrero, del mismo nombre que el vicepresidente del Gobierno canario. En la pechera de su chaleco de típico sobresalía la primera de las insignias que apuntala los argumentos de Julio Torres, autor del libro del programa oficial y que también refrenda el concejal de Fiestas Tradicionales de La Laguna, Badel Albelo: «Romería Regional de San Benito Abad. 1947-2022. 75 años. La Laguna de Tenerife».

Román Rodríguez casi ni se inmutaba en marcar el paso del ganado, que parecía flanqueado, por el grupo del baile de cintas de La Danza los Viejos de Las Mercedes.

Mientras se disponía a hacer aparición la carreta Tradiciones El Amparo, en uno de los callejones de Marqués de Celada estaba apostado uno de esos grupos formados por exponentes de La Laguna profunda, como Tato Regalado, a quien igual se le puede encontrar en la Junta de Hermandades, dejando todo expedito para la procesión magna del Viernes Santo o esperando el hueco para, enfundado en traje típico de la Hacienda de Argual, de La Palma, esperar el mejor momento para adentrar el carrito del Pub El Soplete en la romería de San Benito.

Público y participantes disfrutaron del reencuentro. Sintieron con solemnidad la vuelta a la calle de la tradición y hasta la leve brisa se alió para dar esplendor y aliviar el agobio del calor. «¡Qué bueno el airito!», le dijo Manolo, otro de los exponentes de La Laguna profunda a Tato Regalado, como quien da el certificado de que todo lo que continúe será un éxito en esta exhibición de orgullo de tradición y costumbrismo.

Sorprendidos con la vestimenta de marineros, de nuevo otro grupo de vecinos intentaba desempolvar las referencias históricas de Juan de la Cruz a la hora de averiguar el traje del grupo llegado desde El Escobonal. Nunca Güímar estuvo tan cerca de San Benito, pues a dos pasos del grupo folclórico con la vestimenta de marineros entonaban cantos de la tierra los componentes de la Agrupación Folclórica San Benito. «Y Los Sabandeños no vienen este año», se preguntó otro.

No habían salido las carretas de las romeras adultas, infantiles y de mayores, y ya hacía acto de presencia, justo detrás de la agrupación folclórica San Benito, la comitiva municipal. En realidad, la representación política de Canarias que se dio cita en esta romería regional. Aunque por su porte sobresalía el alcalde, Luis Yeray Gutiérrez, flanqueado por la concejala de Cultura, Yaiza López Landi, y el responsable de Fiestas Tradicionales, Babel Albelo.

Solista lírico, el responsable de la organización parecía dar un do de pecho continuo, satisfecho por el devenir de la comitiva. Pero para Badel ayer fue su romería de puesta de largo como responsable después de haber sido asesor.

El alcalde se mostró pletórico atendiendo los saludos. Casi con tanto político en primera fila, pasaba inadvertida la presencia del presidente del Parlamento de Canarias, Gustavo Matos, lagunero practicante, que se incorporaba al diálogo que establecía el regidor entre alto y alto que permitía a las carretas repartir huevos, pan con chorizo, pinchos de carne fiesta y hasta un poco de vino.

Pero Luis Yeray Gutiérrez también presumió ayer de presidente de Gobierno de Canarias en la romería de San Benito, con un Ángel Víctor Torres enfundado en un hábito del Gran Poder –que traen al recuerdo aquella que se visten a modo de promesa en Semana Santa–, que gracias al requerimiento del alcalde lagunero se identificaba en la segunda fila la comitiva, y eso que por la vestimenta, de tonalidad violeta, no era fácil pasar inadvertido.

Justo detrás, la representación nacionalista, con el expresidente y en la actualidad senador de Canarias en Madrid, el exalcalde lagunero Fernando Clavijo, que compartió el trayecto con el nuevo candidato de CC a la Alcaldía de La Laguna de cara a mayor de 2023, Jonathan Domínguez. Durante el recorrido, tiempo para cábalas políticas o encuentro con los vecinos en torno a San Benito, y hasta para un aparte de Clavijo con Ángel Víctor Torres.

De los políticos, a las carretas con las romeras adultas, infantiles y de mayores. De nuevo, entre cabreros y guayeros, más insignias que reivindicaron el 75 aniversario de la romería de San Benito, que algunos incluso colocaron en la cornamenta de algunos ejemplares que realizaban el trayecto.

Joyas sobre ruedas

Entre el medio centenar de carretas, auténticas joyas, como la de El Gamonal, una exhibición de maquetas distribuidas en el perímetro ejecutadas con excelente gusto y ejecución artesana que recreaba los principales altares de la romería de San Benito. Su exposición permitirá un recorrido en carretera de cuando supone esta tradición para La Laguna, que incluía con rigor un tributo a los años en los que la fiesta se limitó a los balcones para sortear la incidencia de la pandemia.

Pegada, otra la pequeña carreta de El Carijo, comandada por los niños, que se entregaban en el reparto de huevos duros al público que aguardaba el paso en las aceras del trayecto comprendido entre San Benito y el centro de La Laguna. Más allá del número de participantes, fue una romería abundante y generosa en el reparto de alimentos a cuantas personas secundaron la convocatoria que se tomó su tiempo para sortear el trayecto, conocedora de la solemnidad de este reencuentro. Prueba de la cuidada organización, la calidad de las carrozas, hasta el ritmo cadente que facilitaba al público acudir hasta cada templo de la tradición sobre ruedas para degustar alguno de los productos de la tierra, con aroma a fiesta, en un ambiente tomado por guitarras, laúdes y hasta acordeones, que certificaba el reencuentro con la nueva normalidad.

Llamó la atención a la anexión que protagonizó esta edición la Asociación Histórico-Cultural Gesta del 25 de Julio de 1797 –que recrean desde 2008 la derrota de Horario Nelson en Santa Cruz–, y que en esta edición, en La Laguna, recrearon la aparición de los primeros barcos romeros en Tenerife donde se dio por primera vez: en la plaza de La Catedral con la calle de La Carrera, hace 322 años. Más allá de las insignias del aniversario, reinó el ambiente festivo en una ciudad apagó sus calles para dedicarse a la romería y reivindicarse como capital de la tradición.

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La alerta por altas temperaturas que se advirtió desde el pasado viernes llevó a los responsables tanto político como los miembros de la organización a extremar las medidas para garantizar la garantizar la calidad del bienestar animal durante toda la celebración de la romería de San Benito.

Para ello, desde la organización se contó con un grupo de veterinarios que supervisaron en todo momento el devenir de la celebración velando por los animales. Eso sí, la primera medida que se adoptó fue reducir el número de participantes en el medio centenar de carreteras que partieron desde la zona de la parroquia de San Benito para llegar hasta la Catedral y regresar a Villa Arriba. Las altas temperaturas llevaron a extremar las medidas de precaución y prevención en el trato de los animales, como se pudo ver durante el trayecto, que se incrementó el suministro de agua a los animales, como confirmaron fuentes municipales.

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