La Laguna cerró ayer la edición de la Semana Santa que ha supuesto el retorno a las calles tras la pandemia de esta celebración. El balance es el de todos los desfiles desarrollados, a excepción de uno, el del Cristo de Burgos, el Domingo de Pasión por la tarde, en el que la lluvia lo impidió. La culminación la puso la procesión de Jesús Sacramentado desde la Catedral a La Concepción, que siguió a una misa solemne oficiada por el obispo de Tenerife, Bernardo Álvarez.
Si una semana atrás el prelado nivariense se había permitido alguna licencia con respecto al tono netamente religioso que ha adoptado en las homilías desde su última polémica, ayer regresó sobre la línea mística. «¡Feliz Pascua de Resurrección; paz y bien para todos!», comenzó su intervención en la Catedral. «Tenemos motivos para alegrarnos», celebró Álvarez, antes de referirse a la «certeza de que Cristo vive y camina entre nosotros». Y continuó más adelante: «Que nuestra desconfianza ante un futuro incierto se transforme en esperanza firme». «Podemos ser hombres y mujeres nuevos», manifestó el religioso.
Tres frases sí escaparon ligeramente del discurso monocorde que empleó en los dieciséis minutos y medio que duró su homilía. «A lo largo de la vida, el demonio nos tienta y no siempre vivimos como hijos de Dios», afirmó, y añadió: «Nos enfrentamos entre nosotros y nos hacemos daño». Tras ello, defendió que hay que buscar «los bienes de arriba, no los de la tierra».
Concluida la celebración eucarística, a la que asistieron miembros de diferentes cofradías, salió en procesión el Santísimo acompañado por los cofrades. El desfile unió la Catedral y La Concepción. A la llegada a este último punto, la custodia fue retirada del paso y trasladada por el obispo hasta el primer balcón de la torre, desde donde se dirigió a las hermandades y espectadores, que miraban desde abajo.
Esta procesión tiene la particularidad de que los cofrades visten sus hábitos pero no usan el capirote, a diferencia de lo que es habitual durante el resto de las procesiones de la Semana Santa. Este no fue el único desfile celebrado durante la jornada del Domingo de Resurrección. Antes, a las 10:00 horas, había tenido lugar la procesión del Cristo Resucitado, de la parroquia de Santo Domingo. Este paso sale en procesión junto a la Venerable Hermandad del Santísimo Rosario, Nuestra Señora de la Soledad y Santísimo Cristo Resucitado.
El Resucitado es una de las imágenes recientes de la Semana Santa lagunera. «Fue realizada en 2002, en madera de cedro real, por el imaginero cordobés Manuel Luque Bonillo, autor también del ángel y el romano que completan la escena de la Resurrección de Cristo. Procesiona el Domingo de Resurrección en un paso cargado por costaleros al estilo sevillano», recoge la página web de la Junta de Hermandades y Cofradías de La Laguna.
