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La Semana Santa de Jaky Romero

Jesús Cautivo ante Caifás y María Santísima de los Dolores viven su Encuentro en La Cuesta | Julio Torres aborda las raíces de esta procesión en su última obra

El momento del Encuentro.

El Encuentro de la Semana Santa de La Cuesta ha conseguido consolidarse con el paso del tiempo. Ayer, tras la espera motivada por la pandemia, volvió la emoción a la plaza de Trinidad Barreto. La explicación para esta manifestación de raíces andaluzas en Canarias está en la influencia que ejerció Joaquín López Barrera, más conocido como Jaky Romero, un polifacético que dejó su legado en esta zona.


La Cuesta vivió este martes uno de sus días grandes del año: el Encuentro del Martes Santo. Se trata de una procesión de corte andaluz y que ha conseguido consolidarse. Se puede decir que la zona lo vive. Y este martes, después de tres años de espera y dos ediciones suspendidas, no fue una excepción. Nuestro Padre Jesús Cautivo ante Caifás salió en procesión de la parroquia de Nuestra Señora de La Candelaria y María Santísima de los Dolores, de la de Nuestra Señora de La Paz y Unión. Una y otra confluyeron, como es tradición, en el denominado Encuentro, en la plaza de Trinidad Barreto. Un momento de emoción.

¿Y por qué una procesión andaluza en unas islas caracterizadas por un arte sacro más sobrio? Los orígenes se encuentran en el polifacético Joaquín López Barrera, fallecido en 1995 y más conocido por su nombre artístico: Jaky Romero. Su figura y la historia de la Semana Santa de La Cuesta han sido investigadas por Julio Torres y recogidas en una obra recientemente presentada, bajo el título La Cuesta de Arguijón, un Encuentro en primavera, integrada en la colección Retazos de Historia y novena entrega de la Biblioteca Lagunera de Bolsillo.

Torres explica en la obra que Romero nació el 7 de diciembre de 1932 en la calle Feria, en Sevilla. Fue el mayor de tres hijos y tuvo la danza como profesión y afición. «También fue un gran bailarín y coreógrafo. Su gusto y buen hacer en el mundo de la danza y el espectáculo pronto lo llevarían a integrase en el cuerpo de baile de la agrupación coreográfica Los Bohemios, del Carnaval de Santa Cruz de Tenerife», detalla. Vendría después su paso por Los Rumberos, Los Cariocas y Danzarines Canarios. «En su última etapa, desde 1985, diseñó brillantes teatralizaciones coreográficas para Sentir Canario», precisa Torres.

«Fueron devociones de Jaky Jesús del Gran Poder, de cuya Pontificia y Real Hermandad y Cofradía de Nazarenos era hermano, y María Santísima de la Amargura, de la hermandad homónima sevillana, con sede en su calle natal. Íntimamente siempre anheló traer a la isla que tanto amaba un pedacito de esa, su otra tierra; un empeño que logró con creces», contextualiza en el libro. «Adquirió la imagen de un Cautivo al imaginero sevillano Antonio Dubé de Luque, que consiguió poner al culto en la antigua parroquia de La Candelaria, situada en la calle 26 de diciembre de La Cuesta. Por entonces ya tenía la talla de una pequeña Dolorosa de vestir en su domicilio, en el número 52 de la calle Siete. Esta, su Dolorosa particular, acabaría recibiendo culto en la parroquia de La Paz y Unión, aunque después fue sustituida por otra de mayor tamaño, ambas adquiridas a otro imaginero sevillano, Juan González García, Ventura», indica.

Y de ahí el resto. «Si hay algo que destaque en La Cuesta es el Encuentro del Martes Santo», señaló este martes Julio Torres al ser preguntado por los orígenes de su última publicación. En concreto, cuando analizó qué aspectos de La Cuesta merecían un libro, lo tuvo claro. Asimismo, lo consideraba necesario también por Jaky Romero. «Era una figura que se iba a diluir en la historia si no se hacía algo; es un personaje interesante en la Semana Santa y fue uno de los precursores de sacar el Carnaval de la plaza de toros y llevarlo a la plaza de España», manifestó Torres en conversación telefónica desde Andalucía, camino a la procesión de La Candelaria, que desfila cada Martes Santo.

El primer Encuentro tuvo lugar el 6 de abril de 1993. El lector tiene en La Cuesta de Arguijón, un Encuentro en primavera otros detalles sobre cómo este acto llegó a ser lo que es hoy, para lo que Romero tuvo que realizar, incluso, una labor formativa de las funciones propias de este tipo de procesiones: costaleros, contraguías... No menos relevante es que su influjo llegó también al casco lagunero. «No es mi intención tratar aquí sobre la Real Hermandad y Cofradía de Nuestro Padre Jesús de la Sentencia y María Santísima de la Amargura, de la parroquia matriz de La Concepción de La Laguna, pues merecería ser objeto de otro trabajo; pero sí dejar constancia de la colaboración de Jaky en lo que fue un ilusionante proyecto, afortunadamente hecho realidad. Además de mediar con el imaginero Juan González García, Ventura, para la adquisición de María Santísima de la Amargura, fue fiel devoto de Nuestro Padre Jesús de la Sentencia, imagen que le evocaba mucho la estética sevillana, tan de su agrado, y lo transportaba a su infancia», expone en el libro.

En torno a un año de trabajo le supuso esta obra a su autor, que destaca que recibió la colaboración de «muchísima gente». El trabajo está editado por la Concejalía de Fiestas con el objetivo de «divulgar la historia, tradiciones y memoria popular de las principales citas del calendario festivo del municipio», según indicaron desde el Consistorio lagunero, y fue presentado el pasado 30 de marzo en el salón de actos del Centro Cultural El Tranvía, en La Cuesta. Según apuntó Julio Torres, los ejemplares están siendo repartidos gratuitamente tanto en el mencionado espacio social como en la Delegación de Fiestas del Ayuntamiento de La Laguna, en el convento de Santo Domingo.

Cuatro años de espera en el casco

Las cofradías laguneras recorrieron las calles de la ciudad en 2019 y la pandemia lo impidió en 2020 y 2021, por lo que han tenido que esperar hasta 2022. Sin embargo, el Martes Santo del casco lagunero no se pudo desarrollar en 2019 por la lluvia. Los pasos de Nuestra Señora de los Dolores y las Lágrimas de San Pedro, de la parroquia de La Concepción, y el Señor atado a la Columna, el Cristo de los Remedios y Nuestra Señora de las Angustias, de la Catedral, se quedaron en aquella ocasión en sus respectivos templos. Así es que, a diferencia del resto, acumulaban hasta ayer cuatro años esperando para salir en su procesión. Esta se desarrolló este martes con normalidad, aunque por unos recorridos notablemente más cortos de lo acostumbrado. El frío volvió a convertirse en uno de los protagonistas.

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