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Días de Cofradías

La Esclavitud "no rechaza la admisión de mujeres pero debe cambiar sus estatutos"

La institución promueve una mesa redonda para divulgar su postura en el procedimiento judicial

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Mesa redonda sobre la presencia de mujeres en la Esclavitud del Cristo en La Laguna

La Esclavitud del Cristo de La Laguna organizó en la tarde de ayer una conferencia sobre Libertad de asociación versus derecho de igualdad: la reciente sentencia del Tribunal Supremo sobre el acceso a hermandades y cofradías en el marco del ciclo Días de Cofradías, que reunió a Remigio Beneyto, catedrático de Derecho Eclesiástico y asesor de la institución en el pleito promovido por las mujeres que han pedido entrar en la esclavitud; Elena Sánchez, catedrática de Derecho Civil, y Eligio Hernández, exmagistrado y exfiscal general del Estado.

Prueba del poder de convocatoria que ya preveía la junta de gobierno, la mesa redonda se celebró en el patio central del Casino de La Laguna, donde las voces femeninas participantes fueron determinantes y esclarecedoras, tanto la de la propia catedrática como la de la jurista y católica, ante un público que refrendó los argumentos de las ponentes –encaminados a la deferencia del principio de hacer valer el principio de igualdad entre hombres y mujeres–, así como la de la cofrade miembro de una hermandad desde 1993, quien reconoció que ser una de las interesadas en entrar en la Esclavitud del Cristo.

La propia organización, liderada por el esclavo mayor Francisco Doblas –que no se limitó a moderar, sino que acabó siendo juez y parte– ya apostó por dar una visión plural y no sesgada a sus postulados, una responsabilidad que confirió en la catedrática Sánchez Jordán, que cuestionó si la sentencia del Tribunal Supremo dictada el pasado 23 de diciembre y que favorece a la Esclavitud no respecta el principio de igualdad. De ahí que dejara la puerta abierta a que si el Tribunal Constitucional desestima las aspiraciones de las mujeres que quieren entrar en la Esclavitud de La Laguna, todavía quede la vía del Tribunal de los Derechos Humanos.

En su intervención cuestionó que se vulnerase el principio de igualdad, que se atentara contra la dignidad de la persona, una posible vejación, estatutos no razonables –los de la Esclavitud, fundada en 1659– o un atentado contra la integridad moral ,entre otras perlas, que se encontró con la respuesta del otro ponente, el asesor de la institución en el pleito –Remigio Beneyto–, quien cuestionó que el Tribunal Supremo, aunque decidió entrar en el fondo de la cuestión, se considerase competente para abordar un asunto que, a juicio del catedrático de Derecho Eclesiástico, corresponde a los tribunales eclesiásticos. A ellos incumbe la ordenación de las cofradías y hermandades religiosas, incidió.

Eligio Hernández, por su parte, fue a la mayor, y sin entrar en la sentencia, sí cuestionó que no respetara el tratado internacional entre España y la Santa Sede, que precisamente confiere a la institución religiosa la resolución de este tipo de conflictos de intereses.

Tanto Francisco Doblas como más tarde el abogado y responsable de la defensa ante los tribunales de los intereses legales de la Esclavitud, Adasat Afonso, reiteraron que esta institución «nunca ha rechazado la admisión de las mujeres» en esta cofradía. Doblas acabó matando al mensajero y responsabilizó a los medios de comunicación de no dar una información certera de los hechos. «Estas mujeres venían solicitando la entrada desde hace quince o veinte años. En diciembre de 2019 nos reunimos, en el anterior Santuario del Cristo de La Laguna, un servidor con tres de las aspirantes para explicarles que el proceso para abrir la esclavitud a las mujeres estaba en marcha». Y subraya: «Seis u ocho días después nos encontramos con una demanda en un juzgado civil y luego se celebró la asamblea general en la que se sometió a votación la posible admisión, que se desestimó con 32% a favor de la integración y el resto en contra». «Tal vez el resultado de la votación fue consecuencia de la presentación de la demanda», precisó Doblas.

La catedrática Elena Sánchez apostó por buscar vías de mediación para evitar la resolución por vía judicial. Entre el público, el periodista José Carlos Marrero refrendó la versión que dio uno de los directivos de la Cofradía Lignum Crucis, que minutos antes aseguró que ellos cambiaron los estatutos para permitir la entrada de las mujeres, deslizando que ellos salen «descalzos y con cadenas»... Ya en su intervención, el asesor jurídico de la Esclavitud en el pleito judicial también afirmó que confiaba que el interés de las mujeres en entrar en la institución no fuera «por llegar a tener acceso al patrimonio» de la institución, después de celebrar que «en este auditorio todos somos juristas y eso lo hace más enriquecedor». No perdió la oportunidad la cofrade y aspirante a ser esclava del Cristo, que dijo que ni en la esclavitud ni el público congregado ayer eran ingenieros o juristas, mientras otra abogada y católica, presente entre la audiencia, recriminó que se vincule el interés de las mujeres por llegar al patrimonio.

Doblas volvió a culpar a la prensa de distorsionar la realidad, momento que José Carlos Marrero aprovechó para recordar que tanto él, como la mayoría de los esclavos mayores y la junta de gobierno que integró, estaban a favor de la integración de la mujer, «pero ahora estamos en lo que estamos». No perdió oportunidad para dejar un aviso a la iglesia diocesana: «el silencio no es rentable». De nuevo, la cofrade y aspirante a esclava preguntó al asesor y catedrático de Derecho Eclesiástico «por qué se allanó en el pleito el Obispado» –el gran ausente en la mesa redonda. «Eso me pregunto yo también», admitió en un primer momento, para rehacerse de la contrariedad y justificar que la decisión obedeció a que la Iglesia diocesana se limita a supervisar los estatutos. Al finalizar la mesa redonda, dos conclusiones: la Esclavitud dice no rechazar la admisión de mujeres, aunque tenga que cambiar sus estatutos, y lo segundo, que mejor sería un mediador que la vía judicial. 

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