El obispo de Tenerife, Bernardo Álvarez, ha acudido a declarar en la mañana de este miércoles citado por la Fiscalía de la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife por las manifestaciones en las que señaló que la homosexualidad es un “pecado mortal”.
Álvarez llegó al Palacio de Justicia de Santa Cruz de Tenerife pasado unos minutos de las 9:40 horas, solo, con su habitual indumentaria religiosa -traje negro y cruz en el pecho- y rechazó hacer declaraciones ante la decena de periodistas y gráficos que lo esperaban. Su citación estaba marcada a las 10:00. La escena se ha repetido a la salida de los juzgados, en la que el prelado nivariense se ha mantenido en silencio, acompañado por el abogado José Manuel Niederleytner, decano del Colegio de Abogados de Santa Cruz de Tenerife.
Como se recordará, la Fiscalía ha abierto diligencias informativas para determinar si las palabras del obispo en una entrevista en el programa Buenas tardes Canarias, en Televisión Canaria, fueron constitutivas de un delito de odio. En el marco de esos trámites se produce esta citación judicial a Álvarez para que comparezca y se explique.
De las declaraciones del obispo en sede judicial y del estudio de las diligencias en su conjunto pueden derivarse dos posibles escenarios: que la Fiscalía presente una denuncia o querella contra Bernardo Álvarez por considerar que incurrió en un delito de odio o bien que el asunto se archive al no apreciarse circunstancias para exigir responsabilidades penales.