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Religión | Los devotos se reencuentran con Sor María de Jesús

Cita con la Siervita sin flores y con peticiones virtuales

Miles de fieles visitan a Sor María de Jesús después de que la pandemia impidiese el acto el pasado año | El próximo domingo se abrirá nuevamente su sarcófago

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Visita este martes, 15 de febrero, a Sor María de Jesús Andrés Gutiérrez

La fe en Sor María de Jesús, la monja cuyo cuerpo se considera que permanece incorrupto 291 años después de su fallecimiento, sigue intacta pese a la pandemia y al parón en 2021 del acto en el que se abre su sarcófago. Este martes quedó patente. A media mañana, la cola de devotos bordeaba el convento de Santa Catalina hasta la altura de la entrada principal a la Casa de los Capitanes, sede central del Ayuntamiento de La Laguna. La cita estuvo marcada, eso sí, por algunas medidas sanitarias frente a la covid, lo que llevó a la imposibilidad de acudir con flores y a que se habilitase un código QR para que a través del móvil –en lugar de en unos pequeños papeles que los feligreses tiraban a través de una reja– se pudiesen enviar las peticiones a la Siervita, como es llamada popularmente.

Sor María de Jesús de León y Delgado nació en 1643 en el municipio de El Sauzal. «Tras diversos avatares personales, recaló en La Laguna, donde ingresó en el convento de Santa Catalina de Siena. Tras muchos años de estancia allí, falleció el 15 de febrero de 1731. El estado de su cuerpo, considerado incorrupto, ha sido tomado como hipotético signo de santidad», sintetizan su biografía desde el Obispado de Tenerife. Así pues, este martes se cumplían 291 años de su muerte y, como es costumbre, fue abierto su sarcófago, al igual que ocurre cada año el domingo siguiente al 15 de febrero.

A las 6:00 horas estaba prevista la apertura del convento de Las Catalinas y durante toda la jornada acudieron fieles desde diferentes puntos de la Isla. «Yo vengo desde Tacoronte. Hace años que no podía asistir y tenía ganas de estar», explicaba a media mañana Antonio Díaz, de 57 años. «Siempre venía con mi hermana», continuó su relato sobre el motivo por el que se encontraba allí. A su juicio, este martes percibía «más o menos la misma gente que en un año normal, sin pandemia».

Mientras que Antonio se encontraba en la esquina de la calle Nava y Grimón con La Carrera, la cola seguía calle arriba. Allí estaba también Carmen Pérez, vecina de Taco y de 54 años. «No me esperaba tanta cola. Pensé que la gente vendría menos. Hace años que llevo viniendo siempre, menos cuando no se ha podido por la covid», señaló. «No vengo por ningún motivo en particular, sino por la devoción y la tradición que uno tiene», manifestó.

«La lluvia es lo peor. Espero que pase. Hay mucha gente mayor que viene con mucha fe y que se está mojando. Menos mal que traje el paraguas. Aunque es verdad que recuerdo algún que otro año que ha pasado lo mismo». Así se expresaba Augusto, del Puerto de la Cruz. «Estoy aquí porque mi madre le pidió que la ayudara en un problema que tuvo y ella siempre venía, y yo he querido seguir con esta especie de legado de realizar esta visita cada año», dijo.

Otro testimonio era el de Vanesa, más joven que los anteriores, de 30 años. «Soy de La Gallega. Toda mi familia le tiene mucha fe a la Siervita y mi tía me pidió que viniese porque ella había prometido venir este año y, aunque estuvo intentando cambiar el turno en su trabajo, no pudo, y aquí estoy yo para que al menos haya una visita mía en su nombre», indicó la joven.

Ambiente habitual

El ambiente en las inmediaciones del convento de Las Catalinas era el habitual del 15 de febrero y no solamente por la afluencia de devotos. Se repetían estampas propias de actos de este tipo. Un puesto de venta de turrones y otros dulces en la plaza del Adelantado, por un lado, y varios vendedores de lotería que trataban de que quienes esperaban en la cola adquiriesen alguno de sus boletos, por otro, aportaban su particular toque a la jornada. La calle Nava y Grimón cortada a su paso por el templo y algunas guaguas completaban la escena.

Aunque era minoritario y por desconocimiento, algunas flores se veían entre quienes estaban por la zona y esperaban para acceder. «En esta ocasión, la visita exige que se cumplan todas las medidas de seguridad e higiene conforme a los protocolos sanitarios establecidos. En este sentido, desde el monasterio se ha hecho hincapié en la importancia de guardar la distancia interpersonal, el uso de mascarilla e hidroalcohol y no llevar flores», habían avanzado como primer paquete de normas desde el Obispado, antes de agregar: «Asimismo, este año no se podrá escribir en los pequeños papeles que en otras ocasiones han servido para expresar las intenciones de súplicas o agradecimientos a la Siervita. Por este motivo se facilitará un código QR para que, a través del móvil, se pueda rellenar un formulario donde se podrán recoger dichas intenciones».

Estaba previsto que las visitas se prolongasen desde las 6:00 hasta las 20:00 horas, salvo en los intervalos horarios en los que hubiese celebraciones litúrgicas. La primera de ellas tuvo lugar a las 7:00 y la segunda, a las 17:00, con la tradicional ofrenda floral de los ayuntamientos de La Laguna y El Sauzal. Y es que el hecho de que Sor María de Jesús naciese en ese municipio hace que continúe generando devoción allí.

Quienes no pudieron acudir este martes tienen una nueva oportunidad el domingo, cuando abrirán nuevamente las puertas de la iglesia a las 8:00. «Ese día habrá dos eucaristías en la iglesia del convento: la primera, a las 12:00 y la segunda, a las 17:00, presidida por el párroco de El Sauzal, Argelio Domínguez», informaron desde el Obispado de Tenerife.

Según recoge la web del convento, desde su ingreso en el monasterio, la Siervita «despertó la admiración de las monjas» por «el extraordinario progreso de la recién llegada en el ejercicio de las virtudes hasta el punto de trascender los muros del cenobio y comenzar a extenderse por todas partes su fama de santidad». Su fallecimiento generó «una auténtica conmoción popular en torno al monasterio, con lamentaciones, a la vez que la aclamaban como sierva de Dios y santa», recoge el mismo texto, firmado por el religioso Vicente Cruz Gil y apoyado sobre escritos de José Mateos García.

La historia recoge que a los tres años de su fallecimiento fue exhumado su cuerpo incorrupto y depositado en un «artístico sarcófago policromado» en el coro bajo del monasterio. «La fama de santidad de la Sierva de Dios, que emerge públicamente el mismo día de su fallecimiento y jamás se ha oscurecido, ha ido acrecentándose con el paso del tiempo y, lejos de debilitarse, hoy es un hecho evidente, como lo atestigua la multitud de los devotos que visitan su sarcófago a lo largo del año y, de modo especial, el día del aniversario de su muerte», expresa.

Juan Pedro Rivero, un sacerdote de la Diócesis Nivariense que tiene encomendadas funciones en el proceso de beatificación que se encuentra en marcha, explica en el artículo Síntesis del proceso de beatificación de la Sierva de Dios que existe un manuscrito que cataloga los 1.251 favores que realizó Sor María de Jesús después de su muerte. «Según dicho legajo, el mayor número de prodigios se produjo en 1740, con 258 favores constatados. Según este manuscrito, Santa Cruz de Tenerife es la localidad en la que Sor María de Jesús realizó más prodigios, con un 43%, seguida de San Cristóbal de La Laguna, con un 28%; Tacoronte, con un 6,6%; La Orotava, con un 4,3%; Los Realejos, con un 3,2%; El Sauzal, con un 2,5%, y la isla de Fuerteventura, con un 2,4%», cifra. «No obstante, cada año el número de casos de personas que creen haber recibido una gracia de la Siervita crece exponencialmente, con testimonios de personas favorecidas por la monja también en Gran Canaria, La Palma, Lanzarote, El Hierro, La Gomera y otros lugares de España y del mundo».

Proceso de beatificación

El proceso de beatificación de Sor María de Jesús sigue experimentado avances, según explicó el sacerdote Juan Pedro Rivero. «Se sigue trabajando en él. Ha avanzado bastante pero aún falta un buen tramo de trabajo histórico. Se estima que hemos superado el ecuador del proceso de elaboración de la positio sanctorum», precisó este martes. En concreto, Rivero, un religioso que ha desempeñado cargos de relevancia en la Diócesis, es el colaborador externo nombrado por el obispo, bajo la denominación concreta de colaborador externo del postulador de la causa de la beatificación de la Sierva de Dios. Ese proceso no es sencillo. Se inició en torno al siglo XVIII, se paró en los tiempos de la desamortización y se reabrió en 1990. Hoy ya ha superado las fases llamadas Previa y Diocesana. Tras esa última es considerada sierva de Dios, mientras que, cuando se apruebe la positio, será venerable. Para obtener la condición de beata se ha de producir un nuevo milagro y que la Iglesia lo valide. El siguiente paso sería que fuese declarada santa, para lo que también se requiere un milagro y que sea admitido. 

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