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Adiós a la fábrica de galletas

El Consistorio descarta la compra del céntrico edificio de Barrio Nuevo tras no lograr un acuerdo con los dueños | La instalación era el gran objetivo para mejorar la zona

La antigua fábrica de galletas Saydo, en pleno centro de Barrio Nuevo. | | CARSTEN W. LAURITSEN

Barrio Nuevo se despide de la antigua fábrica de galletas Saydo. El proyecto para convertir el espacio, que cuenta con una ubicación estratégica en mitad de la zona, en lugar de nuevas dotaciones finalmente no podrá salir adelante. El motivo está en que el Ayuntamiento de La Laguna no ha logrado alcanzar un acuerdo con la propiedad, según apuntó el alcalde, Luis Yeray Gutiérrez (PSOE). Esto pone punto final a un intento de adquisición que se prolongaba en el tiempo y sobre el que el Consistorio anunció en enero de 2020 que estaba trabajando.

«Buscamos alternativas para que Barrio Nuevo cuente con otros espacios públicos de esparcimiento, de acuerdo con el planeamiento de la zona y que respondan de forma adecuada a las antiguas reivindicaciones vecinales, y mejorar los ya existentes, como hemos hecho con la plaza Domingo Cruz Cabrera», expresó el regidor local una vez que se ha conocido que no se efectuará la compra del inmueble.

La particularidad de la instalación se encuentra en su amplitud, en que está situada en pleno centro de Barrio Nuevo y en su estado ruinoso, que ha derivado en sucesivas quejas y que, incluso, generó un desplome parcial del techo. Una parte del suelo llegó a estar a la venta por 149.900 euros en 2020, según se recogía en webs inmobiliarias. La hemeroteca muestra que estuvo en el discurso electoral de formaciones políticas de uno y otro signo en varios procesos electorales.

Su historia más reciente tiene su origen dos años atrás. En enero de 2020 se celebró una asamblea vecinal en Barrio Nuevo a la que asistieron representantes consistoriales y la publicación El Verdeño, del asociacionismo de La Verdellada y que en ocasiones también aborda asuntos del colindante núcleo de Barrio Nuevo, lamentó tras la cita que el actual gobierno local había descartado la adquisición. Ese contenido fue colgado en su blog el 20 de enero. Tres días más tarde, el Consistorio lagunero salió al paso y envió una nota de prensa en la que afirmaba que estaba negociando la compra del recinto.

«Ya nos hemos puesto en contacto con uno de los titulares, que se ha mostrado dispuesto a vender la propiedad, y queremos iniciar las negociaciones con los dueños de la otra parcela, que pertenece a una empresa de Gran Canaria», sostuvo el concejal de Hacienda y Asuntos Económicos, el también socialista Alejandro Marrero, en aquella nota de prensa del 23 de enero. El objetivo del pacto local pasaba, dijeron, por desarrollar sobre el solar unas instalaciones públicas «que respondan a las reivindicaciones vecinales para la zona».

A partir de ahí empezó a transcurrir el tiempo sin que se conociesen novedades. El proyecto permanecía en un compás de espera. Ya en julio de 2021, y preguntadas al respecto, fuentes oficiales del Consistorio explicaron que la Gerencia de Urbanismo estaba elaborando un informe para definir en qué situación se encontraba el recinto. «La Concejalía de Hacienda ha remitido una diligencia a Urbanismo con el fin de dilucidar la situación de legalidad urbanística de la parcela de referencia, antes de adoptar cualquier decisión sobre la idoneidad de su adquisición, llegado el caso”, manifestaron. Además, desde el Ayuntamiento apuntaron que se había solicitado a la Gerencia un informe sobre si el uso contemplado en el planeamiento vigente para ese suelo tiene carácter sociocultural, «tras una propuesta formulada por la Concejalía de Cultura y Participación Ciudadana para la adquisición de esa parcela».

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