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La ciudad celebra su día grande

Los fuegos de las Fiestas del Cristo vuelven con ‘silenciador’

La Laguna celebra su día grande con los actos religiosos y la exhibición pirotécnica

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Actos religiosos del día del Cristo de La Laguna Carsten W. Lauritsen

El cielo de Aguere se volvió a iluminar anoche, después de que la pandemia lo impidiese en 2020, con la exhibición pirotécnica que cada año cierra el 14 de septiembre, el día del Cristo. El Crucificado Moreno salió hasta los portales de su Santuario y a las 23:30 horas comenzó el espectáculo pirotécnico. La exhibición, que continuaba al cierre de esta edición, llenó de colorido la parte alta de la Montaña de San Roque, el tradicional punto de disparo de los fuegos. Los espectadores se congregaron en las calles del casco, en azoteas e, incluso, en otras zonas más hacia las afueras de la ciudad.

El alcalde de La Laguna, Luis Yeray Gutiérrez (PSOE), mostró su satisfacción con el transcurso de la jornada. «Ha sido una alegría inmensa el poder estar nuevamente compartiendo con los vecinos del municipio y también con quienes nos visitan para esta festividad», manifestó. «Hoy es un día muy especial para los laguneros, sobre todo para aquellos que somos devotos, porque creemos realmente que la ayuda del Santísimo Cristo de La Laguna hace posible que podamos ya ver el futuro con bastante entusiasmo, y eso para nosotros es muy importante», señaló el regidor local.

"Hoy es un día muy especial para los laguneros, sobre todo para aquellos que somos devotos"

Luis Yeray Gutiérrez - Alcalde de La Laguna

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El Ayuntamiento lagunero había anunciado como principal novedad del espectáculo de fuegos artificiales que este tendría hasta un 60% menos de contaminación acústica. Finalmente, de los diez minutos en los que intervino cada pirotecnia (Hermanos Toste, Estadella, Gironina y San Miguel), estaba previsto que dos fueran de baja intensidad sonora, mientras que los ocho restantes tendrían la fuerza acostumbrada. El portavoz de Unidas se Puede, Rubens Ascanio, situó ayer lo anterior como un logro. «La Laguna recupera esta noche los fuegos del Cristo, pero, como pudimos comprobar anoche, son un 40% más silenciosos», expresó en las redes sociales sobre la exhibición del 13 de septiembre. Y prosiguió: «En el pasado mandato, nuestra compañera María José Roca defendió en el pleno una moción a favor de este tipo de fuegos. Ahora se demuestra que es posible tener un Ayuntamiento con sensibilidad con las mascotas y las personas que sufren ante los sonidos fuertes».

Los fuegos artificiales concluyeron la jornada grande de Aguere. Esta, aunque desprovista de sus procesiones por las restricciones derivadas de la covid, sí contó con algunos actos religiosos. El principal se desarrolló a partir de las 10:30 horas en las inmediaciones del Santuario, donde fue recibido el representante real, una responsabilidad que en esta ocasión recayó en el teniente general jefe del Mando de Canarias, Ceuta y Melilla, Carlos Palacios Zaforteza. Allí se dieron cita autoridades como el subdelegado del Gobierno en la provincia de Santa Cruz de Tenerife, Javier Plata; el presidente del Parlamento de Canarias, Gustavo Matos; la consejera insular Berta Pérez, y el alcalde de La Laguna, el también socialista Luis Yeray Gutiérrez.

La gente se acumulaba en la calle del Agua junto a unas vallas recubiertas con unas telas rojas. Llegó el obispo de Tenerife, Bernardo Álvarez. «¡Formado el piquete de honores sin novedad!», dijo uno de los militares a un superior. Ya estaba todo preparado para el recibimiento del representante real, pero, tratándose de un acto de este tipo, no podía faltar alguno de esos momentos rocambolescos que siempre dejan. Una señora descontenta con cómo estaba organizado aquello no dudó en hacer partícipe a todo el que tenía alrededor de su malestar: «¡Esto es un desastre!». Poco después entró en escena un hombre en una bicicleta, con un peto amarillo y una GoPro sobre el casco, y que pareció por un momento que iba a adentrarse a la zona acotada. La policía lo miró de arriba a abajo. Falsa alarma: acabó dándose la vuelta y se fue.

Recibimiento y eucaristía

El esclavo mayor, Francisco José Doblas González de Aledo, y el alcalde lagunero recibieron al representante real, que llegó en un vehículo escoltado por dos motoristas de la Policía Local. Fue la antesala de la celebración eucarística, que presidió el obispo de Tenerife y con homilía de Javier Salinas, prelado titular de Monterano y auxiliar de Valencia. Álvarez recordó al comienzo de la ceremonia que se está cumpliendo el centenario de la participación de la Batería de Montaña del Regimiento de Artillería de Tenerife en la Guerra de África –«fue una guerra de pacificación de una situación en la que vivía el protectorado de Marruecos», expresó–, tras la que sus integrantes llegaron sanos y salvos, lo que atribuyeron a haberse encomendado al Cristo.

«Agradezco de corazón poder participar en esta fiesta vuestra», afirmó el obispo invitado, que dijo haberse sentido «impresionado» el día del Descendimiento, la ceremonia en la que el Crucificado Moreno es bajado desde su altar-tabernáculo para trasladarlo a su trono. La intervención de Salinas giró en torno a la fe, la cruz..., pero también dejó alguna frase llamativa. «Los cristianos no somos nunca una secta, sino un signo de esperanza para el mundo; somos gente de puertas abiertas, de contacto, de diálogo, de escucha», sostuvo el prelado, aunque admitió: «No quiere decir eso que siempre lo hagamos bien».

Al término del acto religioso (hubo otro durante la tarde, también en el atrio), el concejal de Fiestas consideró que todo salió «muy bien». «Fruto del trabajo conjunto entre la Esclavitud y el Ayuntamiento hemos conseguido celebrar un acto a la altura de las condiciones y en tiempos de pandemia», afirmó. «Hoy es el día grande del Cristo. Ha habido una representación real ostentada en el teniente general, también hemos tenido a las autoridades militares y es un acto esperado por todos», destacó el edil, que mostró su esperanza en que el próximo año se puede llevar a cabo la jornada «con total normalidad».

El líder de Coalición Canaria (CC) en La Laguna, Jonathan Domínguez, resaltó que el 14 de septiembre para el municipio «no es un día más, sino el día de La Laguna». Y apuntó: «La imagen del Santísimo Cristo significa mucho los laguneros y los canarios en general, y para mi personalmente, también, que soy miembro de la Esclavitud, y estar presente en los pocos actos de hoy ha sido un honor». El nacionalista completó: «Ojalá el próximo año las condiciones sanitarias mejoren y podamos recuperar los actos como tradicionalmente los vivíamos».

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