El inmueble ubicado en el número 34 de la calle San Agustín, en pleno casco histórico de La Laguna, va más allá de ser una casa céntrica. El historiador y sociólogo Álvaro Santana explica que detrás de su fachada se encuentra «uno de los grandes representantes en España del Neohistoricismo», como es Mariano Estanga, y que la vivienda integra elementos inusuales, como su balcón corrido en piedra.

La casona del número 34 de la calle San Agustín, precintada después de sufrir desprendimientos en su interior, cuenta con importantes atributos patrimoniales y estilísticos. Lo había avanzado el historiador y sociólogo lagunero Álvaro Santana Acuña en su artículo Crónica de otro abandono anunciado, publicado en EL DÍA el pasado 18 de julio, mientras que en los últimos días ha podido consultar el proyecto y dar con un nuevo dato que así lo avala: el diseño de su fachada tiene detrás a uno de los más destacados arquitectos que han desarrollado su labor en Canarias, como es Mariano Estanga.

La riqueza oculta de San Agustín 34

«La casa original es más antigua que la fachada», contextualiza el también profesor del Whitman College, una universidad privada del estado de Washington, en Estado Unidos. Añade que ha encontrado en los planos que la casa tiene, como mínimo, 18 cuartos. «En 1908, el Ayuntamiento de La Laguna recibe un proyecto de reforma del frontis que presenta Pedro Melián y Díaz, un vecino de La Habana (Cuba)», expone, antes de entrar en el nuevo dato: «Nuestra gran sorpresa ha sido que la fachada la diseñó nada más y nada menos que Mariano Estanga, uno de los arquitectos más importantes de la historia de Canarias».

La riqueza oculta de San Agustín 34

Concretamente, Estanga es natural de Valladolid y se formó como arquitecto en la Escuela de Arquitectura de Madrid. «Es uno de los grandes representantes en España del Neohistoricismo», precisa Santana Acuña, que comenta que uno de los estilos que más le gustaba a este era el denominado Segundo Imperio francés, «que se pone muy de moda en Francia entre 1850, aproximadamente, y 1870». No en vano, explica que todo el centro histórico del París moderno, «que fascina a todo el mundo cuando lo visita», responde a ese estilo.

La firma de Mariano Estanga se encuentra detrás de importantes inmuebles tinerfeños. A ese respecto, menciona el antiguo Hotel Quisisana, en la ladera de Santa Cruz; el Círculo de Amistad XII de Enero; el Palacete Rodríguez de Azero, que alberga el Casino de La Laguna; el antiguo edificio de Las Dominicas, parte de las casas consistoriales laguneras... «Tiene obra también en La Orotava, como es la sede de la Universidad Europea de Canarias, la Casa Salazar», expresa el investigador tinerfeño. «Algunas personas consideran que dos de los edificios más importantes de Mariano Estanga están en el Barrio de Los Hoteles, en Santa Cruz: el Palacete Martí Dehesa –considerado por el profesor Darias Príncipe como uno de los mejores edificios del Neohistoricismo en Canarias– y la Casa Quintero», completa.

Los motivos decorativos o los trabajos de rejería, entre los principales valores de la casa

Señala Álvaro Santana que hay elementos del Segundo Imperio francés en la fachada, como el uso de las rejas y el balcón corrido en piedra, «que es muy raro en La Laguna» y que cree que pudiera ser el único ejemplar. Se denomina corrido porque va de lado a lado de la fachada, sin interrupciones. «Hay un trabajo muy sofisticado en rejería, con elementos decorativos que recuerdan al Segundo Imperio: medallones imperiales, motivos decorativos vegetales…», agrega. «Cuando entras en la casa tiene un techo con motivos decorativos de estilo neohistoricista, como un florero con flores, angelotes… y, una vez que atraviesas la puerta principal y accedes al patio, hay otra reja en cuya parte superior pone 1909, que fue cuando se terminó la fachada», apunta. «Considero que es un inmueble que requiere un altísimo nivel de protección y su completa rehabilitación», demanda.

La casona en cuestión ha sido objeto de actualidad en las últimas semanas después de que se produjese en ella el desprendimiento parcial de dos plantas, lo que provocó un estruendo que sorprendió a los vecinos y viandantes a las 20:30 horas. Ante ello, por un lado, se acordonó el frente del inmueble para que los peatones transitasen por la calle lo más alejados posible de la vivienda y, por otro, se cerró al tráfico el tramo afectado, entre la calle Juan de Vera y Tabares de Cala, para evitar las vibraciones que ocasionan los vehículos con autorización para circular por esta vía peatonal (solo se permite el acceso al único garaje que existe allí).

«Es prioritario salvaguardar los valores patrimoniales del inmueble que siguen en pie, pero es importante contar con las garantías suficientes para hacerlo en condiciones de seguridad para los técnicos y trabajadores que ejecuten estos trabajos, y en ello se están centrando los esfuerzos», ha señalado la Urbanismo sobre las siguientes actuaciones.