La Laguna recuperó ayer la tradición del Corpus Cristi con la elaboración de un gran tapiz –de diez metros de largo por cinco de ancho– en el atrio de la Catedral, la confección de una alfombra hasta la calle Juan de Vera y la grabación de un vídeo documental en torno a esta festividad. Todo ello, a pesar del viento, que generó alguna dificultad a quienes realizaron este trabajo, compensado con la gran cantidad de personas que acudieron durante toda la jornada a presenciar el desarrollo de la tarea y el esplendor de la obra ya concluida. Esta vez, además, cumpliendo con el propósito de iniciar el camino para recuperar y afianzar el uso de motivos florales tradicionales en la confección de los elementos decorativos.

El ejemplo más evidente fue el tapiz de la plaza de la Catedral. Unos 50 metros cuadrados en los que se emplearon 6.000 rosas, verode, cardos, retama amarilla, incienso morisco, dátiles, tártagos, brezo quemado y brezo verde fino. «Quitar las marmolinas y volver a utilizar las flores para los tapices era lo principal, y lo hemos hecho. Estoy muy satisfecho por ello».

Esta afirmación la pronuncia Moisés Barreto, autor del tapiz central y una de las cinco personas que emplearon más de once horas en la elaboración de esta obra efímera. El sábado, desde las 18:30 hasta las 23:15 horas, se dedicaron a realizar el dibujo; ayer, entre las 8:00 y las 14:30 horas se emplearon en materializar la idea en la que Barreto estuvo trabajando durante tres días, «sentado frente al ordenar, buscando fotos antiguas del Corpus y diseñando». Este es un tiempo añadido, como el empleado en recoger el material, cortar el verode y picarlo.

El tapiz

Todo con el propósito de lograr una obra efímera significativa al tratarse del segundo año que el Corpus queda marcado por el Covid-19. El motivo central del tapiz es eucarístico, con la inscripción IHS (Jesús, hombre y salvador), rodeada por un sol de un diámetro próximo a los dos metros, con una flor en cada esquina y con una cenefa floral con motivos vegetales. Sencillo.

Pero ayer La Laguna olía a Corpus. Un aspecto que también destaca Moisés Barreto. «La gente comentaba eso, precisamente, llegar a la ciudad y percibir el brezo y las flores. Es algo maravilloso». De todo ello disfrutó «muchísima gente», no solo de la Ciudad de los Adelantados y del área Metroplitana, sino de otras Islas «y algunos de los pocos extranjeros que debe haber en Tenerife». Ha sido un Corpus que invita al optimismo, «porque nos acerca a la recuperación de la normalidad».

La pandemia marcó las condiciones de trabajo y de presencia en el entorno, pero no deslució un trabajo concienzudo que en 2022 debe alcanzar el esplendor habitual de un día que está estrechamente vinculado a la historia de la ciudad.

«El primer acto que se celebra tras la conquista en La Laguna, en 1497, es el Corpus, por los frailes que acompañaban al Adelantado Alonso Fernández de Lugo», recordó el investigador Julio Torres. Un dato en el que incidió el deán de la Catedral, Juan Pedro Rivero, para quien «el Corpus y La Laguna son dos eslabones unidos de tal manera que casi pudiéramos decir que nace la ciudad en torno a la procesión del Corpus del año 1497, y yo agradezco que sigan unidos en el presente y que haya total sintonía entre lo que pretende la Concejalía de Fiestas y lo que el Arciprestazgo de La Laguna lleva dinamizando desde hace varios años y manteniendo esos trabajos encaminados a recuperar la tradición floral en los tapices y alfombras».

El alcalde, Luis Yeray Gutiérrez, ha agradecido «la implicación de muchas personas que contribuyen a mantener y engrandecer esta tradición». Asistió a la misa principal celebrada en la Catedral de La Laguna, con la presencia, también, del presidente del Parlamento de Canarias, Gustavo Matos, entre otras autoridades.