Los dos centros de acogida temporal de extranjeros situados en el municipio de La Laguna albergan en la actualidad a menos de un millar de migrantes en situación irregular, llegados en embarcaciones desde la costa Noroccidental de África. Este considerable descenso en la ocupación de ambos campamentos se debe, fundamentalmente, a que centenares de magrebíes y subsaharianos han podido viajar a la Península en el último mes y medio. De los espacios que acogen a migrantes, Las Raíces y Las Canteras son los de mayor dimensión, con diferencia, entre los existentes en la provincia de Santa Cruz de Tenerife y de Canarias, en el primer caso.

Migrantes de Las Raíces en abril. | | ANDRÉS GUTIÉRREZ

Según las fuentes consultadas durante la jornada de ayer, en las instalaciones que el Ministerio de Migraciones posee en el antiguo acuartelamiento de Las Raíces, en el camino El Rodeo Alto, ahora residen 454 personas. Este recurso está gestionado por la organización no gubernamental Accem gracias a la subvención que recibe del Gobierno del Estado para ello. En el momento de su apertura se anunció que tenía capacidad para albergar a 1.800 personas, como máximo. En las semanas de mayor ocupación, alcanzó las 1.600 y los altercados eran muy frecuentes. Ahora registra menos de un tercio de ese nivel de ocupación.

Las mismas fuentes oficiales indican que en las dependencias ubicadas en el antiguo acuartelamiento situado en la zona de Las Canteras viven 540 ciudadanos subsaharianos y magrebíes en la actualidad. Este recurso de acogida está administrado por la ONG Organización Internacional de las Migraciones (OIM).

Es decir, que entre ambas infraestructuras suman 994 migrantes acogidos, indicaron las fuentes oficiales.

La planificación del Ministerio de Migraciones para resolver la llegada masiva de personas en situación irregular desde África en pateras y cayucos contemplaba que solo en La Laguna hubiera alrededor de 3.400 plazas para acogerlas en ambos centros. Es decir, casi la mitad de las 7.000 previstas para todo el Archipiélago en el denominado Plan Canarias para hacer frente a esta realidad.

Durante el verano del 2020, a las costas de las Islas llegó un número de subsaharianos y magrebíes tan importante en tan poco tiempo que solo pudo ser comparado con la llamada crisis de los cayucos, registrada entre finales del 2005 y 2008, pero que, sobre todo, resultó crítica en los años 2006 y 2007. La inmensa mayoría de las embarcaciones utilizadas para realizar la Ruta canaria hacia la Unión Europea arribaron a Gran Canaria. La imagen icónica ante la falta de instalaciones adecuadas para acoger y atender de forma digna a esos migrantes fue el hacinamiento en el puerto de Arguineguín (Mogán), en condiciones lamentables. Las semanas y los meses pasaron y la única opción que halló el Gobierno del Estado fue contratar hoteles de Gran Canaria y de Tenerife para alojar de forma temporal a esos hombres y mujeres, niños, niñas y adolescentes, siempre bajo la gestión de trabajadores de Cruz Roja Española. Desde algunos sectores políticos, vecinales y empresariales se mostraron críticas a la decisión, sobre todo en plena crisis económica generada por la pandemia del Covid-19. Ese descontento fue utilizado por algunas personas para reforzar su discurso xenófobo y racista.

En ese contexto, surgió el Plan Canarias para habilitar alojamientos en determinados espacios no utilizados por la administración. El 6 de febrero se abrieron las puertas del centro de Las Raíces. Las quejas y protestas por el funcionamiento y los servicios prestados en el mismo fueron importantes desde el primer día. Además, la masiva concentración de hombres con diferentes idiomas, cultura y prácticas religiosas, junto a la falta de las adecuadas prestaciones generó numerosos altercados que requirieron de actuaciones policiales.

La situación y la imposibilidad de viajar a la Península provocaron manifestaciones y que en el exterior de Las Raíces se estableciera un campamento alternativo, con decenas de migrantes. Muchos ciudadanos se sumaron de forma voluntaria a la ola de solidaridad para ayudar a quienes se quejaban de hambre y frío de forma constante.

El Gobierno otorga 192 millones a Cruz Roja, CEAR y Accem

Las instalaciones gestionadas por Cruz Roja acogen ahora a 196 migrantes en la provincia de Santa Cruz de Tenerife, 80 de ellos están en el Centro de Acogida Integral (CAI) de Santa Cruz de Tenerife, un espacio en la antigua prisión Tenerife I, en la avenida Benito Pérez Armas. El Consejo de Ministros aprobó subvenciones por más de 192 millones de euros para que entidades como Cruz Roja, Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) y Accem sigan atendiendo a migrantes y solicitantes de protección internacional. Según la portavoz del Gobierno, María Jesús Montero, en el acuerdo se destinan 27 millones al programa marco de atención humanitaria para que Cruz Roja refuerce las acciones en Canarias y Ceuta. Para la atención humanitaria y los programas de protección internacional, se destinan otros 87,5 millones a Cruz Roja, 47,5 a CEAR y 30,5 millones a la Asociación Comisión Católica Española de Migraciones (Accem). Estas cantidades permitirán que las citadas ongs sigan llevando a cabo trabajos con personas de especial vulnerabilidad y solicitantes de asilo, con itinerarios personalizados de integración y de inserción laboral, destacó María Jesús Montero.