“Las palabras se las lleva el viento pero los hechos son los que permanecen en un muro”. Así lo apunta Martina A. Valero, una de las seis artistas que ha reproducido en La Laguna el mural vandalizado el 8M, Día de la Mujer, en Madrid. Cincuenta metros de pared en el parking de la Facultad de Bellas Artes de Guajara son los que han necesitado las jóvenes Iris García, Elia Estévez, Manez, Irene Morales, Marie Sellet y Martina A. Valero para apoyar con arte el movimiento feminista. Las graduadas en Bellas Artes de la Universidad de La Laguna se presentaron a la convocatoria de la institución para pintar el mural que destrozaron en la capital y que copiaron después en diferentes zonas de España bajo la etiqueta en redes sociales #elmuralsemultiplica. La obra artística, titulada La unión hace la fuerza -y que incluye el título de la de Madrid, Las capacidades no dependen de tu género-, realza la trayectoria literaria, artística, social o deportiva de 15 mujeres que cambiaron la historia, como Rigoberta Menchú, Frida Kahlo o Rosa Parks. Pero también la de mujeres no tan conocidas como la astronauta Valentina Tereshkova e incluso la francotiradora soviética que luchó en la II Guerra Mundial Liudmila Pavlichenko.

El interés por lo prohibido. Esto es lo que movió a estas artistas tinerfeñas, que al leer la noticia del destrozo del mural madrileño comenzaron a interesarse y a buscar la historia de aquellas mujeres para saber la razón por la que había sido objeto del vandalismo. En el mural original las caras de las mujeres fueron tapadas con pintura negra hasta que quedaron irreconocibles y un cartel pegado en la pared rezaba junto a otras declaraciones: “El feminismo es una de las bestias negras de nuestro tiempo”.

No tienen miedo a que su mural sea también destrozado pero aclaran que lo volverían a pintar las veces que hiciera falta. Han tenido tanto éxito que han mantenido conversaciones con otras facultades de la Universidad para pintarlo con más íconos femeninos. La Facultad de Física es la que más dispuesta se ha mostrado proponiendo pintar a mujeres científicas. Una de las artistas, Elia Estévez, comenta que la vicedecana de la Facultad de Física, Silvana Radescu, le relató la dificultad de romper el techo de cristal que existe en el mundo científico. “No podemos derribar ese techo de cristal literalmente pero sí que es importante que haya un apoyo en el que se vean reflejadas las jóvenes que quieran dedicarse a la ciencia”, explica Estévez.

La Laguna acoge el mural feminista que veta Madrid

Estas jóvenes no se dieron cuenta de que estaban huérfanas de referentes femeninos en el arte hasta que crecieron. En general conocían a Picasso, Dalí, Van Gogh pero nombres como Camille Claudel, una importante escultora, no los habían escuchado hasta cursar sus estudios de Bellas Artes. “Yo daba por hecho que no había mujeres que hubieran hecho cosas importantes. Por eso es necesario ser conscientes de las diferencias de trato y dar visibilidad”, expresa la artista del grupo Iris García. El mural lagunero intenta mostrar que a la hora de conseguir cualquier propósito lo único importante son las capacidades de las personas y no el género, un mensaje que debe calar hondo en Canarias, que cuenta con una brecha salarial entre hombres y mujeres del 14,7% y el desempleo femenino ha aumentado un 39% en las Islas desde la pandemia.

Mientras dan los últimos retoques, la artista del grupo Manez rompe uno de los botes de pintura al caminar de un lado para otro. “Ya es el segundo que destrozo”, suelta entre risas. De pequeña, Manez también rompía los estereotipos que la sociedad le exigía: “Me transmitió cierta negatividad hacia el rol de la mujer porque yo desde pequeña hacía cosas que decían que eran de niños. Es frustrante que te digan qué tipo de mujer tienes que ser”. A falta de mujeres en sus libros de texto de Historia, estas jóvenes tuvieron que buscar referentes en sus familias. Es el caso de Martina A. Valero: “Mi madre es una mujer que también debería estar en este muro”.

Tras preguntarles si les gustaría que algún día crearan un muro con sus rostros, se quedan calladas por un momento. Entonces, Iris García asegura con una sonrisa tímida que eso implicaría que su “trayectoria puede inspirar a gente”. “Y eso es genial”, precisa. Aunque todavía están decidiendo su camino laboral, las seis jóvenes quieren seguir dedicándose al arte en un futuro.

Aterrizando en el presente, Iris García analiza la situación actual ante ataques como el del mural madrileño que han replicado en La Laguna. “Estamos en un punto clave para el feminismo. Podemos retroceder o progresar y de ahí dependen pequeñas cosas como las que estamos haciendo”. La artista Marie Sellet añade que “las reivindicaciones también deben venir de las administraciones públicas y no solo de los ciudadanos”. “Si no hay una implicación conjunta es como si todo se lo llevara el viento”. Para Irene Morales, el mural ha sido “un proceso de enriquecimiento” en el que conoció a personajes históricos. “Al pintarlas sentí que estaba apoyando al movimiento y eso me reconfortó”, explica la pintora, que se sintió especialmente conectada con frases como la de la rapera cordobesa Gata Cattana. La frase más famosa de la cantante es: “Déjame ser algo más que un cuerpo”. Se ha vuelto común en las pancartas de las manifestaciones feministas.

Con la intención de convertir el mural en una obra artística participativa, decidieron publicar en sus redes sociales una convocatoria de puertas abiertas, en la que todo el mundo que se acercara a Guajara podía pintar una frase feminista. Hasta el lugar se desplazaron alrededor de 20 personas para añadir sus citas favoritas. El mural ha recibido algunos toques personales que lo diferencian del madrileño. Por ejemplo, en el caso del retrato de la tenista Billie Jean King, las tinerfeñas decidieron pintar la imagen real y no a la actriz Emma Stone, que la interpreta en la película La Batalla de los Sexos. Además, añadieron los nombres de cada una de las mujeres y cambiaron la paleta de colores, eliminando los amarillos que se usan en el original.

Las chicas, dispersas por el muro, pintan mientras escuchan música y se quejan del calor. Iris lleva unos pantalones manchados de pintura y se atavía de sus guantes de plástico violeta. Las dos semanas que han estado pintando el mural han sido un momento para conocerse y crear una obra de arte efímera, que entienden que en algún momento será remplazada por otra. Hasta que eso ocurra, los rostros de las 15 mujeres reposan en la pared para visibilizar la igualdad. Elia Estévez aclara que “es un momento determinante para que nos unamos”. Las seis artistas seguirán su carrera con otras obras pero un trozo de ellas se queda en este muro de la libertad La Laguna.