Bienestar Social puso en marcha un proyecto piloto para distribuir las ayudas periódicas a las familias mediante tarjetas prepago recargables, un sistema de monedero electrónico que no requiere de cuenta bancaria de los beneficiarios, que les evita desplazamientos a la Unidad de Trabajo Social (UTS) y que garantiza los fines de la ayuda al limitar los movimientos al tipo de establecimientos relacionados con la prestación, medida que favorece el consumo en el comercio local y de cercanía.

En esta primera fase, se abonarán 261.273,60 euros en ayudas para alimentación y medicamentos a familias en situación de vulnerabilidad, financiados por el Cabildo a través de la línea de subvenciones directas para paliar los efectos sociales de la pandemia, aunque ya se trabaja para generalizar un sistema electrónico que “mejora la atención a las familias, reduce la carga administrativa y repercute en una mayor rapidez y eficacia técnica del área”.

Así lo explica el concejal de Bienestar Social, Rubens Ascanio, quien destaca que este método “nos permite la renovación periódica y automática de la ayuda, limitando el número de trámites del usuario y con todas las garantías”. Se trata de un sistema “que facilita la reducción de los trámites administrativos y los desplazamientos a las UTS, que suponen también un coste para las familias sin recursos”. Una vez finalice este proyecto piloto, Ascanio anuncia que este método se extenderá al conjunto de las ayudas.

Esta medida, junto al incremento presupuestario para este año, la Ordenanza reguladora de las Prestaciones Económicas Municipales (PEM), las mejoras previstas en la atención y la incorporación de personal “nos permitirá ser más efectivos en la intervención social con los vecinos, así como incrementar la cuantía y la frecuencia de determinadas coberturas sociales”.

Estas tarjetas en forma de monedero electrónico recargable pueden utilizarse sin necesidad de tener cuenta bancaria ni ser cliente de una entidad concreta y cuentan con los servicios característicos de estos elementos, como consultar el saldo y los movimientos, además de la protección frente a operaciones fraudulentas realizadas por terceros. Además, pueden programarse para su uso en tipos concretos de establecimientos que, en esta fase, se corresponderían con los de alimentación, supermercados y farmacias.

Este proyecto piloto se financia con cargo a la línea de subvenciones directas del Cabildo para paliar las situaciones de vulnerabilidad social derivadas de la pandemia , que concedió a La Laguna 561.273 euros. Ascanio destaca la “implicación en el apoyo a las políticas locales de atención social, un trabajo clave para llegar a las necesidades de miles de familias más vulnerables y colectivos en riesgo extremo, como las personas en situación de calle”.