La tormenta tropical Delta tuvo en guardia a radioaficionados del área metropolitana durante varios días. Sin suministro eléctrico y con las comunicaciones caídas, las autoridades recurrieron a ellos para contactar con las ambulancias. Quince años después, ese mismo colectivo, denominado Unidad Regional Santa Cruz-La Laguna, se encuentra a punto de quedarse en la calle debido a la imposibilidad de sufragar el alquiler de su sede. Pese a la labor altruista realizada durante décadas y al apoyo que brindan en esos casos de emergencia, al menos hasta ahora sus intentos por que los ayuntamientos los apoyen han caído en saco roto.

La Unidad Regional Santa Cruz-La Laguna forma parte de la Unión de Radioaficionados de España (URE) y agrupa a los radioaficionados de Santa Cruz y La Laguna. Carlos Spadoni, miembro de este colectivo, precisa que los socios en activo y que abonan sus cuotas rondan el centenar, aunque estima que pueden llegar al medio millar en total. “No recibimos nada de nadie; nos autofinanciamos con nuestras cuotas”, precisa, y contrapone esa situación con la que se da en otros municipios del Archipiélago, donde las entidades de radioaficionados cuentan incluso con sedes en propiedad y hasta apoyo económico. Aunque añade: “Nosotros no estamos queriendo eso, ni mucho menos; simplemente que nos atiendan”.

Salvar el problema del local es lo que preocupa en la actualidad a esta asociación. Como representante de ella, Spadoni empezó desde septiembre un recorrido por los ayuntamientos de Santa Cruz y La Laguna. Desde la capital, afirma, le dijeron que los podrían ayudar el próximo año, mientras que desde el Consistorio lagunero, y tras repetidos intentos por que lo atendiesen, obtuvo la respuesta de que no le podían dar nada. “Nos conformamos con un localito de tres por tres donde sea”, expresa, y también pone de relieve que son la mayor unidad de la Isla “por el tamaño, la cobertura y las actividades”.

“Lo que pedimos es un espacio desde el que poder seguir sirviendo a la comunidad”, mantiene el portavoz de la organización a la vista de que se está aproximando el día en que no podrán pagar. “Solicitamos que alguno de los dos ayuntamientos nos ceda un local; no lo estoy pidiendo en el centro ni en ningún sitio en particular; simplemente un lugar donde poder estar”, expone, y plantea que la labor desarrollada es de “beneficio para la comunidad”.

Difusión y formación

Spadoni explica que normalmente se suelen reunir una vez por semana en la sede, en la que forman a nuevos radioaficionados y programan iniciativas. “Tenemos un trabajo de difusión muy grande de Tenerife”, menciona, y pone el ejemplo del concurso internacional que se realizaba cada año –hasta la llegada de la covid– en carnavales. “En la última edición del Carnaval de Tenerife tuvimos más de 60.000 contactos”, cifra. Otro proyecto que destaca es una iniciativa de la NASA para que colegios contacten con la Estación Espacial Internacional. “Un día vamos, instalamos equipos y los alumnos tienen contacto con astronautas en órbita, practican inglés y los pueden ver en la cámara”, comenta sobre la vertiente formativa de la actividad que realizan. “Tenemos trabajo para la comunidad y lo hacemos de forma voluntaria”, resume.