Medio centenar de inmigrantes amagaron ayer con abandonar el campamento de Las Raíces, en La Laguna. Salieron del recinto y se concentraron en el exterior de la gasolinera Pcan de la carretera de La Esperanza. Allí permanecieron durante varias horas hasta que la labor de mediación de la Policía Nacional y Local logró que volviesen nuevamente al recinto. El motivo de la medida: su deseo de construir una nueva vida fuera de la Isla, así como las condiciones que se han encontrado tras su traslado al cuartel de Las Raíces, sobre todo debido a la falta de alimentación que dicen sufrir.

A media tarde, la decisión del grupo de migrantes, todos ellos de origen magrebí, de congregarse junto a la estación de servicio obligó a un despliegue policial que se aumentaría posteriormente. Tan solo uno de ellos, de nombre Abdulali y que ejerció como portavoz, hablaba algo de español. Según insistió inicialmente ante los efectivos policiales y los medios de comunicación, la intención del grupo era la de desplazarse hasta el aeropuerto y abandonar la Isla, aunque Abdulali admitió que no contaban con pasajes. Relató que estuvieron varios días en el mar hasta llegar al Archipiélago, concretamente a Gran Canaria, y que llevan cuatro meses sin poder obtener ingresos. “Queremos buscarnos la vida”, dijo.

Los migrantes se quejan de las duras condiciones en el campamento de Las Raíces

Los migrantes se quejan de las duras condiciones en el campamento de Las Raíces El Día

“Mucho frío, muchos problemas, mucho sol, mucha gente”, expuso, flanqueado por otros compatriotas, sobre las circunstancias en el interior del acuartelamiento de Las Raíces. También se detuvo en que las duchas no cuentan con agua caliente. Todos ellos se habían desplazado hasta la gasolinera con sus pertenencias –mochilas y bolsas– y perseveraban en que no se moverían de allí si no podían ir al aeropuerto. Un mando de la Policía Local de La Laguna trató de disuadirlos de sus intenciones. “Lo mejor es que vayan al centro y coman, que en un momento se va a hacer de noche aquí”, les expresó en buen tono y en vista de la insistencia en que pasarían la noche al raso. “Lo más adecuado es que vayan y se lo replanteen”, les propuso. Pero ni así. “Cuatro meses aquí, y espera, espera, espera...”, criticó Abdulali la situación que se han encontrado en Canarias. “Queremos irnos de aquí”, apuntaría más tarde el portavoz del grupo de migrantes, molesto por la imposibilidad de dar el salto a la Península para poder emprender una nueva vida.

Hasta una decena de efectivos del Cuerpo Nacional de Policía (CNP) se contabilizaban en el lugar alrededor de las 17:30 horas. Su presencia, una vez que tomaron posiciones, generó algo de confusión entre los inmigrantes y algunos de ellos incluso optaron por sentarse en el suelo. Un grupo de cinco fue apartado del resto. Y un segundo intento por convencerlos, entonces sí, dio sus frutos. Miembros tanto de la Policía Local de La Laguna como del CNP hablaron con el portavoz de los congregados, que insistía sobre todo en la falta de comida. La labor de gestión y de mediación del subinspector de la Policía Local José Javier López, el mismo mando que lo había intentado antes, resultó determinante para conseguir el objetivo.

A continuación, Abdulali lamentó nuevamente ante los medios de comunicación las circunstancias en el recinto, desde esa falta de alimentación que, afirmó, padecen hasta otros aspectos de la vida allí. “No hay luz, ni wifi, ni nada. Solo hay frío, mucho frío”, sostuvo este hombre, que indicó que tiene una mujer y tres hijos en su país de origen y que la situación por la que está atravesando le impide ayudarlos económicamente. En relación a la conexión wifi, planteó que se trata de la vía de contacto para hablar con sus familias, dado que la falta de dinero les impide llamar a Marruecos. En torno a las 18:00 horas, los inmigrantes abandonaron la concentración y emprendieron el camino de vuelta hasta el campamento.

Los migrantes que se quejaban por las duras condiciones en Las Raíces regresan a las instalaciones

Los migrantes que se quejaban por las duras condiciones en Las Raíces regresan a las instalaciones

Ya el pasado viernes, cuando comenzaron a llegar los migrantes a Las Raíces, a uno de los dos cuarteles de La Laguna habilitados para su acogida –el otro, el de Las Canteras, está pendiente de apertura–, algunos amagaron con rebelarse ante las malas condiciones del campamento y el intenso frío que hacía, en plena borrasca y con temperaturas que llegaron a bajar de los -5 grados en esa zona próxima a Los Rodeos.