El Obispado de Tenerife y las hermandades de La Laguna preparan otra edición de la Semana Santa en el interior de los templos debido a las restricciones derivadas de la pandemia. Se trata del segundo año en que esta celebración vería sus actos reducidos, después de que en 2020 coincidiesen sus fechas con las de mayor intensidad del confinamiento.

Fuentes oficiales del Obispado indicaron ayer que, aunque se están realizando propuestas para desarrollarlas dentro de las iglesias, el titular de esta entidad, Bernardo Álvarez, todavía no ha suspendido las citas en la calle. No obstante, resulta improbable que, en la actual situación epidemiológica, se apueste por otra vía que no sea la de la reducción de los actos con el objetivo de evitar contagios.

Reunión en la Catedral

Sea como fuere, recientemente tuvo lugar una reunión en la Catedral de La Laguna en la que se desarrolló una presentación a cofradías del municipio para la realización de un proyecto dentro del templo durante la próxima Semana Santa. Asimismo, consultados sobre las previsiones, varios miembros destacados de este ámbito daban por sentado este lunes que, en el mejor de los supuestos, habrá alguna iniciativa más que el pasado año, pero siempre lejos de lo que fue normal hasta 2019.

Como se recordará, la edición de 2020 quedó parcialmente suspendida el 13 de marzo, justo antes del anuncio del estado de alarma. Ahí se anunció la supresión de los actos previos de la Semana Santa 2020, con la salvedad de que algunos de ellos se desarrollarían a puerta cerrada y se emitirían por streaming. Lo anunciaron en una rueda de prensa el alcalde, Luis Yeray Gutiérrez, y el obispo junto al presidente de la Junta de Hermandades y Cofradías (JHC), Miguel Ángel Martín, y el esclavo mayor del Cristo de La Laguna, Francisco Doblas. En aquel entonces todavía albergaban la esperanza de que los actos centrales se pudiesen llevar a cabo, hasta el punto de que su celebración la dejaron supeditada a lo que ocurriese en las semanas siguientes. Y lo que al final sucedió fue su coincidencia con los momentos más difíciles del coronavirus, con lo que las citas más destacadas tomaron forma de actos virtuales, como, salvo sorpresa, también sucederá este año, en el que el Jueves Santo y el Viernes Santo tendrán lugar los días 1 y 2 de abril.

La pandemia condicionó todos los actos que se desarrollaron un año atrás, como el pregón, que leyó el sacerdote Jesús Manuel Gil Agüín. Este combinó el virus con un mensaje religioso. Agüín empezó saludando a los sanitarios, a los cuerpos de seguridad, al Ejército, a los voluntarios de Cáritas... “A todos, gracias en nombre de todos, millones de aplausos”, expresó en aquel acto telemático y que suponía una ruptura con lo anterior.

Se da la circunstancia de que Sevilla, que cuenta con la Semana Santa más destacada de España, anunció desde finales de diciembre que no celebrará en 2021 las procesiones en las calles por segundo año consecutivo a causa del coronavirus, lo que no ocurría desde 1933, cuando ninguna cofradía salió en procesión por el enrarecido ambiente que provocó el enfrentamiento político y social en los años de la Segunda República, según informó semanas atrás la agencia Efe. El arzobispo de Sevilla, Juan José Asenjo, publicó un decreto en el que explicaba que tomaba esta decisión porque, “lamentablemente, la persistencia de altos niveles de incidencia, junto con las previsiones anunciadas para la distribución y aplicación de las vacunas”, desaconsejan la concentración de grandes grupos de personas y su libre circulación. Granada, Málaga, Albacete o Ciudad Real, entre otros lugares, han tomado la misma decisión que Sevilla.

Rutinas alteradas

La Laguna, que sigue sin dar el paso definitivo de la suspensión, ha visto como, desde la declaración del estado de alarma hasta la actualidad, la actividad de las hermandades se ha visto alterada. No en vano, el Obispado incluso han procedido a la prórroga de los mandatos de las juntas directivas de algunas de estas entidades religiosas. Eso ha ocurrido con la JHC –un órgano que engloba a las distintas cofradías del municipio y que celebra plenos a los que acuden dos representantes de cada una de esas organizaciones– y con la Esclavitud, que por su tradición y número de miembros está considerada una de las principales de La Laguna y del Archipiélago.