Tras trece años de abandono y sin uso conocido, la Casa de Anchieta será sometida a partir del mes de enero a importantes obras de rehabilitación para convertirla en museo y centro de interpretación sobre la figura del santo lagunero José de Anchieta, religioso del siglo XVI beatificado en 1980, que vivió en su niñez y adolescencia en el enclave.

Ahora, después de que en el año 2006 concluyera una actuación menor de acondicionamiento para albergar la sede provisional del Obispado de Tenerife tras el incendio del Palacio de Salazar, la Casa Anchieta será rehabilitada para albergar el museo tras el abandono al que fue sometido, y para ello se acometerán trabajos por valor de 710.000 euros y con un plazo de ejecución de siete meses, según el proyecto.

Las actuaciones consistirán en la adaptación del edificio a la normativa de accesibilidad y la supresión de barreras físicas, lo que supondrán obras de detalle que llevarán consigo, además, la creación de baños adaptados en cada una de las dos plantas y un ascensor. Además, se prevé la redistribución de los espacios y la recuperación de la tipología del edificio y la originalidad de las paredes; y erradicar las humedades que durante décadas han afectado al inmueble. También se tratarán los pavimentos y se replicarán elementos originales.

Así lo adelantó ayer el alcalde del municipio, Luis Yeray Gutiérrez, quien en compañía de los concejales de Patrimonio Histórico y Obras, Infraestructuras y Accesibilidad, Elvira Jorge y Andrés Raya, respectivamente, visitó el edificio para analizar las obras que se van a realizar de la mano del arquitecto Alejandro Beautell y el responsable de la empresa adjudicataria, Víctor Rodríguez.

En este sentido, Gutiérrez apuntó que con las obras “la ciudadanía de La Laguna recupera un inmueble de alto valor histórico vinculado a uno de los grandes personajes de nuestra ciudad, como es José de Anchieta, y ganará muy pronto un nuevo espacio para la difusión cultural y patrimonial, que es una de las principales apuestas de este grupo de Gobierno”, detalló. Según explicó Elvira Jorge, el edificio será reconvertido para albergar un centro de interpretación de la figura del santo que da nombre a la Casa, que la habitó hasta que cumplió los 14 años, en 1548, antes de partir a la Universidad de Coimbra, Portugal. Allí se formó y viajó como misionero y evangelizador a Brasil, colonia portuguesa por aquel entonces. Allí falleció en 1597, en la localidad de Reitibia, y es considerado uno de los fundadores de las ciudades de Sao Paulo y Río de Janeiro.

Andrés Raya, por su parte, explicó los detalles de las obras que se van a acometer, que estarán basadas en la aplicación de la Ley de Accesibilidad, la supresión de barreras físicas y la mejora de las telecomunicaciones, “pero sin entrar en colisión con los valores fundamentales de la edificación histórica”.

Hay que recordar, que la Casa Anchieta fue concebida en su construcción original como vivienda unifamiliar en el siglo XVI y sobre ella se levantó el actual edificio. La vivienda original data del siglo XVI y sobre ella se levantó el actual edificio, muy reformado en el siglo XIX.

Hoy en día cuenta con dos plantas de altura sobre rasante y parcialmente con planta de semisótano y entresuelo. Se trata de una edificación de arquitectura tradicional de uso residencia que ha sufrido múltiples reformas y ampliaciones. Tiene un grado de Protección Integral 2, tal y como se establece el Plan Especial de Protección del Protección del Conjunto Histórico de La Laguna.

Fachada de la casa donde nació José de Anchieta. | | E.D.

Las claves históricas de la Casa Anchieta

Siglo XVI

Casa unifamiliar. La actual Casa Anchieta se construyó sobre una primaria original de principios del siglo XVI que nada tiene que ver con el actual edificio y que se cree que fue propiedad del Bachiller Nuño Pérez. A la muerte de éste, su viuda Mencía Díaz de Clavijo se casó en segundas nupcias con el capitán y escribano público de Tenerife Juan de Anchieta, padres de José de Anchieta.

Siglo XVII

Ampliación del inmueble. El inmueble se encuentra en la intersección de las calles Quinteras y Magistrado Campo Llarena y su actual estado viene determinado en su origen en el siglo XVII. En este caso, a mediados de este siglo la propiedad de la casa pasó a Diego Benítez de Anchieta (1563-1636), de la que se conserva la fachada lateral.

Siglo XIX

Sucesivas reformas. Ya en el siglo XIX, se sucedieron varias reformas que no respetaron la originalidad del edificio que llevaba y, finalmente, en 1905, se remodeló la fachada principal del inmueble. Es de destacar que esta casa fue residencia del poeta Manuel Verdugo (1877-1958), y posteriormente, a partir de 1962, se ubica en ella el Colegio Mayor Femenino “Virgen de la Candelaria”.

Siglo XX

Declaración de Bien Cultural. La Consejería de Educación, Universidades, Cultura y Deportes del Gobierno de Canarias declara el inmueble como Bien de Interés Cultural (BIC) en su categoría de Monumento en 1986. A pesar de las sucesivas reformas y de su escaso interés arquitectónico, el Ejecutivo contempla entre sus características el esquema simétrico y muestra el empleo de líneas sencillas en su fachada. Tanto la puerta principal como las que dan acceso al balcón central están rematadas en piedra. Los antepechos de puertas y ventanas, ambas de formas alargadas, están constituidos por balaustradas de hierro.  

Proyecto del museo

Obras de rehabilitación. Con la propuesta de la exalcaldesa Ana Oramas, se promociona el proyecto de rehabilitación de las obras de la Casa Anchieta con el objetivo de poder crear en su interior un museo, iniciándose obras de rehabilitación entre los años 2002 y 2005. Ese año concluyeron las actuaciones. En 2006, se hacen nuevas reformas para acoger la sede del Obispado tras el incendio del Palacio de Salazar. En 2007, se deja vacío y en 2015 acoge el parte del archivo municipal pocos meses hasta que en enero de 2016 se detecta problemas en la crujía. No abriría más por el refuerzo del elemento.