El concejal de Seguridad Ciudadana de La Laguna, Alejandro Marrero, situó como un “caso aislado” el apuñalamiento que se produjo el martes en Barrio Nuevo en torno a un edificio okupado que desde hace años es foco de conflictividad. “No percibo que haya un problema de inseguridad en el municipio, ni mucho menos. Los datos que manejamos, al igual que la Policía Nacional, no nos indican que tengamos un aumento en cuanto a criminalidad o inseguridad”, analizó.

El inmueble, ubicado en la calle El Drago, fue objeto de críticas por las asociaciones de vecinos de Barrio Nuevo. Juan Luis Marín, presidente primero del colectivo Tinguaro y en los últimos años de Barrio Nuevo-Viña Nava, lo llegó a denominar “el hotel okupa”, por la cantidad de moradores. Los hechos vinculados a esa edificación se dieron en la misma jornada en que el Cuerpo Nacional de Policía detuvo a un hombre que ocupaba instalaciones del Ejército cerca de Los Rodeos y que presuntamente utilizó un arma de aire comprimido para amenazar a un militar.

Marrero insistió en que no hay motivos para la preocupación. “Fue una disputa; es un caso aislado que no tiene nada que ver con la convivencia con los vecinos”. Sí admitió, y con ello rompió el silencio del PSOE en el municipio sobre este asunto en los últimos meses, un problema con la okupación: “Está clarísimo que, no en La Laguna, sino en toda Canarias y en España, en general, hay un problema con la okupación; eso es evidente. Los casos son los que son y las competencias que tenemos nosotros a nivel local están muy limitadas”.

Esfuerzos

Asimismo, aseguró que la Policía Local se esfuerza para contener los problemas que se dan en algunas zonas. “Lo que hemos hecho es incrementar la presencia policial, sobre todo de agentes de paisano en aquellos puntos en los que pueda haber mayor conflictividad”, manifestó. “No va relacionada la okupación con la criminalidad”, afirmó al hacer balance de la situación y antes de insistir en que los efectivos policiales del municipio no tienen competencias para desalojar. “Si las tuviésemos, podríamos actuar de otra manera”, aseveró. A continuación, se detuvo en explicar que la Policía Local cuenta con un listado de puntos conflictivos para que todos los turnos pasen por ellos hasta erradicar las incidencias.

En los últimos meses, la okupación ha sido asunto de actualidad en La Laguna debido al incremento de casos y a las manifestaciones del primer teniente de alcalde, Rubens Ascanio, que en agosto sostuvo que esa práctica se suele dar en viviendas vacías que son propiedad de entidades bancarias y por parte de “mujeres solas con menores”.

Tras las críticas de la oposición, un pleno que abordó este asunto y la convocatoria de una “mesa de vivienda” –que celebró una reunión preliminar y de la que se no se han conocido nuevas citas–, el último capítulo tuvo lugar con el desalojo de un edificio okupado en la calle Méjico, en Taco, que ha vivido algunos episodios de conflictividad en los últimos años. Ascanio, actual concejal de Bienestar Social, compareció en diciembre de 2018 en una rueda de prensa junto a un grupo de moradores para denunciar que había riesgo de que los echasen de las viviendas okupaban.