La Punta del Hidalgo, en La Laguna, vive una temporada estival al estilo de muchos otros núcleos costeros. No es lo de otros años, pero vamos tirando, se podría resumir la situación que describen desde la zona. "Me metieron en un ERTE desde el principio y ya no sé bien ni qué hacer, por eso vine a pasear un rato", apuntaba el lunes Juan Manuel Díaz, vecino de la avenida de La Trinidad y que caminaba a media mañana cerca de la entrada de los Apartamentos Altagay.

En La Punta, en general, hay dos opciones de baño: piscina o charcos. La primera se denomina El Arenisco y, aunque hace unos años perdió la Bandera Azul, ha seguido siendo el lugar muy visitado que fue siempre. "A mí me parece que esto está igual con Bandera Azul o sin ella. Es un sitio tranquilo, vienes y te das un bañito y pasas la mañana", opinó Manuela Álvarez, de 54 años, al ser preguntada por ese aspecto. "Yo suelo venir unas veces a aquí y otras a Tabaiba, pero me gusta más esto porque me parece más fácil para venir en la guagua", indicó esta vecina de Finca España, que estaba acompañada de una amiga. "Llegamos a las 10:00 y estaremos por aquí hasta que el sol se ponga muy fuerte; como a la una cogemos la guagua y volvemos", señaló.

Coincidían las palabras de Manuela con uno de los momentos en que unos rayos de sol se abrieron entre las nubes, aunque poco después volvió a nublarse. Y es que La Punta vivía en esas el pasado lunes: salía el sol, se ocultaba, volvía a aparecer... A las 11:00 horas, una vez que finalizó la desinfección de las instalaciones programada para las 10:00, empezó a moverse una fila de usuarios que se había formado. Se trata de un recinto que, aunque comenzó con un sistema de cita previa, ha pasado, al igual que Bajamar, a retirar ese mecanismo y a solo controlar el aforo; esto es, que, si se llega a un máximo, los siguientes usuarios tienen que esperar a que otros abandonen el lugar". El lunes, al menos en ese momento, no se había llegado al extremo en cuestión. Por su parte, los establecimientos que estaban abiertos parecían encontrarse en una situación similar: arrancando la mañana.

"Al igual que en otros puntos del litoral lagunero, en la Punta del Hidalgo vamos a seguir manteniendo el control de aforos, las tareas de desinfección y la limpieza tres veces al día, y de manera permanente en los baños y vestuarios", apuntó la concejala de Playas y Piscinas, Cristina Ledesma, al ser preguntada por la situación de este enclave costero. "Por otro lado, estamos llevando a cabo trabajos de mantenimiento y mejora en la piscina, con reparación de losetas y pintura en las zonas más deterioradas", resaltó.

También hay bañistas que aprovechan para disfrutar de la costa sin necesidad de estar pendiente a cupos, por lo que acuden a esa especie de playa y rocas junto a la piscina. Lo mismo ocurre al otro lado de la plazoleta en la que se recuerda el naufragio del Berge Istra y del Altagay, en toda la zona de charcos, desde hace meses cerrada a la circulación de vehículos. Ese espacio, de unos dos kilómetros, se caracterizó siempre por ser uno de los lugares favoritos de playa de muchas familias laguneras. Un sitio natural y de intenso olor a mar. El cierre de ese espacio a los coches se debe a que un informe elaborado por el Ejecutivo regional recoge que se está produciendo un deterioro ambiental.

"A mí siempre me ha gustado más esto que la piscina; es verdad que allí también entra el agua cuando rompen las olas, pero esta zona me parece más limpia, más auténtica", explicó Juan Carlos, también vecino de La Laguna y que empezaba a recorrer, con su mochila y una toalla verde en la mano, el tramo de tierra que discurre por esos charcos, el camino La Costa.