¿Por qué era importante desarrollar este año actividades por el Día de los Abuelos?

Es importante en lo habitual porque son una parte fundamental de todo lo que tiene que ver con las políticas de los cuidados. Pero este año, la situación que hemos vivido ha hecho más visible el papel que tienen las personas mayores y entendimos que era necesario poner en valor la enorme resistencia que habían demostrado y ese reconocimiento merecido al trabajo que ha desarrollado el movimiento asociativo de los mayores. La Laguna es pionera en el número de asociaciones, tiene más de 35, que hacen un trabajo inmenso y reúnen a cientos de personas.

Los mayores han sido uno de los colectivos más afectados por la pandemia. ¿Cómo se podrán desarrollar a partir de ahora las actividades dirigidas a ellos?

Con mucho cuidado. Estamos enviando a las asociaciones de mayores recomendaciones desde el punto de vista sanitario, para no realizar grandes actividades con la presencia de mucha gente, sino pequeños actos muy medidos. El acto del otro día fue un ejemplo, dispersamos en todo el casco histórico una serie de actividades para evitar aglomeraciones. En esa misma filosofía estamos trabajando junto a las asociaciones para poder contar, tanto con los recursos materiales de protección, como con todas las recomendaciones respecto a las actividades. Hay algunas que son muy queridas como el envite, la costura o los bailes que no se podrán hacer. Intentamos potenciar otro tipo de actividades como la informática, gimnasia, talleres sanitarios, rutas saludables al aire libre... Es un colectivo que ha sufrido tan intensamente todo el proceso del Covid que todavía tiene miedo a participar. Tendremos que ir poco a poco, con acciones puntuales y manteniendo las actividades a distancia.

¿Se reorientarán las actividades para los mayores?

Se potenciarán actividades que permitan participar y convivir con una serie de personas, pero cumpliendo con todas las medidas de seguridad. Queremos ampliar, por ejemplo, el proyecto de senderos para mayores y en programas como el de Mujeres a la Playa, cuya filosofía es llevar semanalmente a 1.200 mujeres a la playa para hacer actividades saludables, lo tendremos que reformular para ver de qué manera podemos mantenerlo con las mayores garantías de seguridad, con grupos más pequeños y espacios más amplios.

¿Cómo ha afectado la pandemia a los mayores de La Laguna?

Es un colectivo que en la anterior crisis ya sufrió sus consecuencias directas. Fueron los que salvaron a las familias que se quedaron sin empleo, a las personas que se quedaron sin vivienda y asumieron un papel que la administración no pudo hacer. En la crisis actual están siendo también esa primera línea, donde los ingresos que tienen como jubilados ayudan al sustento del entorno familiar. Algunos están viniendo a los servicios sociales porque tienen dificultades para llegar a final de mes o porque faltan los ingresos de familiares que les ayudaban a ellos para poder subsistir. Hemos visto un incremento de las demandas tanto de teleasistencia como de asistencia domiciliaria. Además, en los usuarios del centro de día Acaymo, que han estado encerradas durante varios meses en sus viviendas con poco contacto con el exterior, ha habido un deterioro físico y mental importante. La gran tarea que tenemos por delante es recuperar el tiempo perdido.

¿Se deberá apostar entonces por la teleasistencia y reforzar la atención domiciliaria?

Totalmente. Creo que ahora mismo por parte del propio Gobierno de Canarias hay voluntad de reforzar todo lo que tiene que ver con la atención domiciliaria. Creo que hay una predisposición también por parte del Cabildo y del propio Ayuntamiento para potenciar todo lo que son recursos no permanentes. Antes de derivar a una persona mayor a un centro, donde lo aíslas de su barrio y su entorno familiar, lo que intentamos priorizar son los centros de día y la atención en el propio domicilio. Estamos intentando reforzar todo lo posible ese modelo, que podría ser más caro, pero en la calidad de vida de los mayores es mil veces mejor.

Los mayores no son un grupo homogéneo, ¿de qué manera se pueden desarrollar actividades y medidas para cubrir las necesidades de todos?

Hemos podido culminar el diagnóstico para convertir al municipio de La Laguna en ciudad amigable con las personas mayores. Un proyecto que se acordó de forma unánime en el mandato pasado y que nos ha tocado ejecutar en el presente mandato. El diagnóstico lo vamos a presentar entorno a la fecha del Día de los Mayores en octubre. Es un trabajo concienzudo en el territorio con más de 290 entrevistas a personas de distintos pueblos y barrios y con diferentes realidades. Tenemos mayores que son profesores catedráticos jubilados y personas que han trabajado toda la vida en el campo. La diversidad es inmensa. Hay gente de 80 años que tiene necesidades o intereses diferentes a los de las personas que se acaban de jubilar. Su idea de ocio o de atención a las personas mayores no tiene nada que ver. Aparece plasmada en ese diagnóstico esa diversidad que existe en todo el territorio de La Laguna y eso lo tenemos que hilar en un plan que será el resultado directo de ese diagnóstico. Vamos a tener un plan con la implicación de todas las áreas del ayuntamiento y con la voluntad de hacer políticas para los mayores trabajadas con los mayores. Esa es la clave. Ese plan va a tener un resultado potente en las políticas que vamos a desarrollar en el municipio.

¿Cómo ha afectado la actual crisis económica y social a los ciudadanos de La Laguna?

El equivalente a un año en atenciones del área de Bienestar Social lo tuvimos en el primer mes del confinamiento. Ya partíamos de una situación de desventaja, La Laguna es uno de los municipios de Canarias con mayor pobreza anclada, estamos hablando de un 28% de la población en situación de vulnerabilidad. Hemos invertido más de 400.000 euros para atender solo la demanda de alimentos. Ha habido un esfuerzo técnico brutal, con personal desde sus viviendas haciendo expedientes y atendiendo a los vecinos y vecinas. Ayudando al tercer sector que han estado a pie de calle y con los que, por suerte, ya teníamos proyectos en marcha como la atención social 24 horas y el comedor social con Cruz Roja, o los proyectos que tenemos con Cáritas, con la que también tenemos pendiente culminar una subvención directa para ayudar a paliar esa situación de cientos de familias del municipio. Colaboramos también con el movimiento vecinal, articulando trabajo para intentar que nadie se quede fuera.

¿A cuántas personas se ha atendido en los servicios sociales del municipio?

Más de 20.000 personas han sido atendidas de una forma u otra por los servicios sociales municipales. Las administraciones creo que han estado todas a la altura. Ahora lo que toca es reconstruir, nos ha quedado una situación muy complicada, si antes teníamos un 28% ahora podemos estar cerca del 40% de las personas que han quedado en una situación muy grave de vulnerabilidad. Algo que nos obliga a activar todas las medidas posibles, como son los campamentos de verano o la apertura de espacios de atención a personas en situación de sinhogarismo, que todavía están abiertos, y que habrá que dotarlos de un recurso permanente y digno para atender sus necesidades.