Las ruinas de San Agustín se encuentran ante los últimos trámites previos al comienzo de las obras de consolidación para crear un espacio a modo de plaza al aire libre. Así lo apuntó el concejal de Obras e Infraestructuras del Ayuntamiento de La Laguna, Andrés Raya, que también dio a conocer que los trabajos están adjudicados desde el pasado mes de febrero, lo que hasta ahora no había trascendido.

El edil socialista explicó que en las últimas fechas estaban pendientes de uno de los informes finales -del que ya disponen-, mientras que ahora esperan a que el Servicio de Presupuestos del Ayuntamiento emita un documento de estabilidad presupuestaria y sostenibilidad financiera. Una vez que esté concluido, y ya con toda la información, se reenviará a Contratación. Según detalló, vendría después la firma del decreto de adjudicación, la formalización del contrato y el posterior replanteo para empezar las obras.

Raya señaló que el importe de adjudicación de los trabajos fue de 845.209 euros. "Esto es una primera fase del proyecto", manifestó, e indicó que, una vez realizada la consolidación, ya se podrán hacer actividades dentro de las ruinas. "Es uno de los objetivos", precisó.

Labor junto a Patrimonio

"Es un proceso que ha sido también impulsado desde la Concejalía de Patrimonio Histórico de este Ayuntamiento", resaltó el responsable local de Obras e Infraestructuras. Concretamente, significó que Patrimonio ha gestionado un convenio con el Gobierno de Canarias para disponer de fondos económicos para la actuación, mientras que la labor de Obras ha estado centrada en el proyecto y sus procedimientos.

Hasta ahora, el último hito del que se tenía constancia era el anuncio del consistorio, en diciembre, de que se encontraban en licitación las obras para consolidar la estructura de una iglesia que sucumbió al fuego en junio de 1964. Ya desde aquella ocasión el Ayuntamiento avanzó que el objetivo no era quedarse ahí, sino que es la primera fase de un proyecto que el pasado mandato quedó aparcado.

La iniciativa de recuperación del antiguo templo de San Agustín se remonta a septiembre de 2005, cuando el Estudio FAM Arquitectura y Urbanismo ganó el concurso internacional de ideas que se celebró. Sin embargo, la actuación acabó quedando pendiente por los efectos de la crisis económica. Años atrás, la empresa SIC Arquitectura, dirigida por Esaú Acosta -uno de los componentes del equipo ganador del concurso- elaboró el proyecto de espacio abierto.

"Básicamente se prevé consolidar la ruina desde la zona del coro de lo que fue la iglesia hasta la plaza Guillermo Rancés", manifestaron en diciembre desde el consistorio, y avanzaron que desde el interior de la instalación se podrán ver las ruinas de la iglesia y también desarrollar actividades como encuentros y reuniones. "El recinto no estará completamente rehabilitado hasta que no se adecue el edificio de los Bethlemitas, que será objeto de una fase posterior", apostillaron.

Doce meses de obras

La intervención cuenta, según los datos aportados entonces, con un plazo de ejecución de doce meses y "pretende recuperar este espacio como un lugar accesible a la ciudadanía en unas condiciones que permitan su uso y disfrute, sin perder por ello las características propias de las ruinas del edificio". El alcalde, Luis Yeray Gutiérrez, destacó en aquella ocasión que se trababa de una intervención "largamente esperada". Y comentó: "Nos permite avanzar por fin en el proceso de recuperar para la ciudad una de nuestras joyas patrimoniales, que cuenta con enormes posibilidades de uso como inmueble para actividades culturales".

Se da la circunstancia de que, cuando la iniciativa de la plaza abierta fue presentada en noviembre de 2016, la por entonces concejala de Patrimonio, Candelaria Díaz (CC), dejó en el aire el espacio multiusos. "Fue una obra que se planteó en 2009; la situación ha cambiado, y las necesidades de la ciudad también", expuso. "Ya necesitamos otras cosas", agregó, antes de dirigir la mirada más bien hacia la idea del espacio abierto. Esto supone que la decisión por la que ha apostado el actual grupo de gobierno supone un nuevo giro en los planes.