"¡Que viva San Benito!" Este grito que cada año resuena en La Laguna el segundo domingo del mes de julio, cuando se celebra la romería en honor al santo, se escuchó también ayer en el día que se hubiera realizado el tradicional recorrido, que fue suspendido debido a la actual situación sanitaria. Descartadas las fiestas multitudinarias, los devotos cambiaron las carretas, la música y los bailes, por encuentros más familiares, que a muchos les supieron a poco.

"Es una pena, esto nunca se había visto", lamenta Ana María Fariña, que como cada año engalanó su balcón para las fiestas. "Todos los años lo hago, pero este reconozco que no puse todo lo que tengo, me pudo el desánimo", indica.

Fariña mantiene que quienes viven en el entorno de la iglesia de San Benito "sentimos mucha tristeza de ver que ha llegado este día y no podemos celebrarlo", pero asume que se trata de una medida "necesaria". "Es lógico con todos los rebrotes que está habiendo, la gente tiene que tomar conciencia", insiste.

Ella se ha encomendado al santo a quien asegura que le ha pedido "salud para todos" y "que pase esto ya, porque aunque muchos se hayan olvidado, el virus sigue estando aquí". Por eso, solo espera que el próximo año "sí podamos salir a celebrar".

Otros vecinos de su misma calle también se habían esmerado en engalanar sus balcones, para recordarles a todos que el barrio estaba en fiestas. La asociación de vecinos Casco Histórico ha promovido como en años anteriores el tradicional concurso, que este año cobra todavía más protagonismo debido a la ausencia de otros actos. Había incluso quien de balcón a balcón intercambiaba impresiones con sus vecinos resignados ante la falta de romería.

Algunos trataban de recordar años en los que la fiesta tuvo que ser suspendida o se vivió de forma especial. Hubo quien aludió a 1997, cuando el asesinato del concejal del Partido Popular en Ermua Miguel Ángel Blanco a manos de la banda terrorista ETA motivó también la cancelación de los festejos. Distinta y mucho más feliz fue la edición de hace diez años, cuando a la alegría por la celebración de la romería se unió también la de los aficionados al fútbol, ya que el destino hizo coincidir el día grande la fiesta con la victoria de España en el mundial de Sudáfrica.

La falta de festejos multitudinarios no fue excusa para que algunos vecinos se pusieran sus mejores galas y salieran a la calle. Por aquí y por allá, en las principales vías del casco lagunero podían verse romeros que no quisieron renunciar a vestir sus trajes tradicionales en un día como el de ayer. De no ser por ellos, muy poca cosa hubiera hecho pensar que no era un domingo cualquiera en La Laguna, con las terrazas llenas y personas disfrutando del buen tiempo paseando por la ciudad.

El centro neurálgico de los actos festivos fue este año la iglesia de San Benito, donde el pasado sábado tuvo lugar una ofrenda con productos de primera necesidad, que se destinarán a las familias vulnerables de la zona.

Ayer se celebraron varias misas y una ofrenda floral que estuvo a cargo de fieles ataviados con la vestimenta tradicional de las ocho islas del archipiélago canario.

Una de las jóvenes que participó en esta ofrenda floral fue Carla Rodríguez, Romera Mayor de las Fiestas y Romería Regional de San Benito Abad en 2019. Las actuales circunstancias han hecho que mantenga el título por segundo año consecutivo, algo que aseguró la entristece, ya que pensaba "que me tocaría ya dar el relevo".

Para ella, "la romería es la parte más divertida de la fiesta y algo de lo que disfruta mucho la gente", por lo que su suspensión "es algo muy triste para todos".

María de la Paz y Raisa González fueron damas de honor el año pasado y se sienten agradecidas de poder participar de esta manera durante dos ediciones seguidas. Ambas aseguraron que la suspensión del tradicional recorrido no acabaría con la celebración de los laguneros y reconocieron que ellas mismas celebrarían la romería en casa con los suyos después de los actos religiosos.

A la misa y la ofrenda floral asistieron medio centenar de fieles, que siguieron atentos una celebración que sin duda será recordada en el futuro.

Allí estaban Emilia y Concepción Suárez, dos hermanas que como cada año no quisieron perderse la eucaristía. "Es un día especial para nosotras porque somos muy devotas de San Benito", afirmó la primera. Aunque reconocieron que la ausencia de romería hace un poco más triste esta fecha, insisten en que el santo "lo entiende" y mantienen que volverá "el próximo año, si Dios quiere y salimos de esta".