¿En qué situación está Valle de Guerra en la actualidad?

Con el coronavirus todo se ha parado un poco y, de por sí, Valle de Guerra llevaba muchos años en una situación que no era la mejor: no ha habido mucha inversión, no se han hecho demasiadas cosas... Desde hace un par de años sí ha ido habiendo algunos cambios y ahora el gobierno nuevo quiere empezar a hacer más. Valle de Guerra tiene posibilidades, pero lleva muchos años de atraso.

¿Qué nota le pone al estado de la zona?

Un siete; le falta mucho.

¿Cuáles son las necesidades del lugar?

Está el problema del saneamiento de La Barranquera, donde Servicios Municipales quiere ejecutar el proyecto. Queremos darle fin a las dificultades que llevan durante tantos años arrastrando la Librea y algunos colectivos: un local para poder ejecutar actividades. El Ayuntamiento trata de sacar adelante un puesto del agricultor; el alcalde busca que sea con el mayor consenso posible y nosotros desde Idafe vemos que sería genial para Valle de Guerra. También es importante contar con un gran parque, porque solo tenemos algunos pequeños; la idea es una gran instalación que sea el pulmón del pueblo, con zonas ajardinadas, grandes árboles y áreas de descanso. Necesitamos equipamientos culturales, como un auditorio. Mientras que un centro de Formación Profesional sería muy importante para nuestros jóvenes, los mayores se merecen un gran centro con una piscina climatizada y las mejores instalaciones.

Y, aparte de esos principales proyectos, ¿qué debe ser mejorado en el día a día?

El asfaltado de la calle La Papaya y el alumbrado de la calle Tagoro, el muro y la canaleta del campo de fútbol y algunas nuevas dotaciones, como aspersores, el termo del agua... Tampoco está bien alumbrada la zona desde La Hondura a La Barranquera. Dentro del Plan General de Ordenación (PGO) hay que añadir algunos viarios y aparcamientos necesarios para los alrededores del campo de fútbol y del terrero de lucha canaria. En cuanto a los equipamientos deportivos, Rubens Ascanio quiere colocar en algunas zonas aparatos biosaludables.

Tratándose de un lugar alejado del centro de La Laguna, ¿cuál es la situación del transporte público?

Los fines de semana es más complicado; la guagua es de hora en hora y es terrible. Estaría bien que en ciertos momentos del día, cuando la gente más se mueve, el servicio fuese cada media hora. Para La Barranquera, y sobre todo durante los meses de invierno, sería conveniente que bajase más veces.

Con tantas necesidades como dice, ¿siente que Valle de Guerra ha estado abandonada durante años?

No abandonada, pero sí un poco olvidada. No se le ha dado lo que realmente le corresponde. Yo no pido igual que el casco de La Laguna, pero qué menos que cada año ir dotando al pueblo con algo nuevo.

¿Cómo es la relación con el actual gobierno local?

Hay que decir que desde el primer momento se han puesto en contacto con la Asociación de Vecinos y quieren trabajar y que le pidamos. El concejal Josimar Hernández me ha llamado cada dos o tres días y, si hace falta cortar los árboles, va y los corta; si hace falta limpieza, limpia las calles... En asuntos sociales también estamos hablando con Rubens Ascanio para las ayudas a la gente más vulnerable; tenemos una línea abierta con Participación Ciudadana para las subvenciones y aportaciones a los colectivos y otra con Alejandro Marrero, el edil de Seguridad Ciudadana, que quiere realizar actuaciones para que la ciudadanía esté tranquila.

Años atrás el PGO generó división en el pueblo. ¿Cómo está la situación ahora entre los vecinos y los colectivos?

Los colectivos, de alguna manera, tenemos que estar un poco más unidos. Hicimos un grupo para que todos fuéramos en la misma línea. Tenemos que sentarnos porque lo que salga del Plan General será el futuro de Valle de Guerra. Como no ha habido avances con el documento, actualmente la situación está más tranquila.

¿En qué medida ha afectado el coronavirus a los vecinos de Valle de Guerra?

Esto ha afectado sobre todo a la gente más vulnerable. Los vecinos de La Barranquera que no tienen coche se veían que debían ir caminando muy lejos para poder comprar. Desde la Asociación nos pusimos un poco las pilas e iniciamos el proyecto de buscar a algunos amigos y empresarios que nos diesen comida. Estos productos los hemos repartido a las personas más vulnerables. Y hemos escapado, por así decirlo. Ahora, cuando pase toda esta crisis, tenemos la idea de crear un fondo común para el ámbito deportivo e impulsar al Club Deportivo Valle de Guerra, al de fútbol sala y a todos los equipos de la zona. Y es que estos siempre se agarran al pequeño empresario; pero, con toda esta situación económica, muchos abandonarán las aportaciones. Tengo también mucha ilusión por que el Club de Lucha El Rosario vuelva a salir.